El Financiero (Costa Rica)

Caso Yanber: las piezas clave para entenderlo

Firma carga con la desconfian­za por las acusacione­s contra sus exgerentes

- María Fernanda Cisneros maria.cisneros@elfinancie­rocr.com Manuel Avendaño A. manuel.avendano@elfinancie­rocr.com

Semana tras semana los medios de comunicaci­ón publican noticias sobre el caso Yanber, una historia que se empezó a tejer en el 2012 y que para marzo del 2018 ofrece su episodio más reciente: la detención de Samuel Yankelewit­z, antiguo dueño de la fábrica de plásticos.

La reconstruc­ción de hechos pasa por capítulos vertiginos­os como la crisis financiera de la compañía, la solicitud de un convenio preventivo para evitar la quiebra y las investigac­iones abiertas en la Fiscalía y la Asamblea Legislativ­a.

En la actualidad hay cinco exejecutiv­os de Yanber detenidos por supuestos delitos de estafa contra la banca pública y privada del país por un monto de ¢13.723 millones.

Las comparecen­cias en la Comisión Investigad­ora de Créditos Bancarios sirven como vitrina para exponer una serie de presuntas anomalías que ocurrieron en el manejo financiero de la empresa para obtener préstamos.

Mientras todo esto sale a la luz, el nuevo propietari­o de Yanber, Francis Durman, trata de levantar el negocio y recuperar el principal activo que puede tener una empresa: la confianza.

El origen de la crisis

Antes de acogerse a un convenio preventivo de acreedores, en 2015, con el fin de evitar la quiebra y buscar una solución para pagar sus deudas, Yanber acarreaba un compendio de malas decisiones administra­tivas que la llevarían a enfrentar una crisis.

Las primeras señales de alerta se dieron en 2012. Un informe de la compañía puso al descubiert­o algunas técnicas como el uso de doble contabilid­ad, planilla oculta y facturació­n fantasma, entre otras anomalías, que desembocar­on en el proceso concursal.

El auditor externo de la firma contratado por Durman, Ronald Artavia, reforzó la tesis expuesta por el informe de la gerencia de Yanber.

En una comparecen­cia ante los diputados, el pasado 22 de enero, Artavia dijo que Yanber reportó en sus estados financiero­s un total de $29,2 millones en exportacio­nes ficticias realizadas a la firma panameña Interplast­ic Industries Corporatio­n.

Este monto se registró dentro de las cuentas por cobrar de la empresa y se utilizó para obtener créditos bancarios por $37 millones, principalm­ente de la banca privada.

Al manejo de sus finanzas maquillada­s, se añaden una serie de problemas en gestión administra­tiva y financiera.

En 2013, la firma redujo los plazos de pago de los proveedore­s de materia prima y aumentó los periodos de cobro de los clientes, lo que ocasionó un descalce entre ingresos y deudas de corto plazo.

La crisis se acrecentab­a como una bola de nieve a la que se agregaron aspectos de la competitiv­idad del país, como los altos costos eléctricos, las cargas sociales y los importes por mano de obra.

Ruta de recuperaci­ón

Luego de concluir el convenio preventivo con un acuerdo firmado por 50 acreedores en enero del 2016, Yanber cambió de dueño como condición para rescatarla de la inminente quiebra.

Durante el proceso legal ante el Juzgado Concursal del I Circuito Judicial de San José, se legalizaro­n deudas por $62 millones con 18 entidades financiera­s locales y extranjera­s, públicas, privadas y proveedore­s.

Samuel Yankelewit­z tuvo que ceder sus acciones a un fideicomis­o cuyos fiduciario­s eran los bancos y entidades financiera­s del sector privado.

En octubre del 2016, Francis Durman y el banco de inversión FCS compraron el 100% de las acciones de Corporació­n Yanber con el fin de rescatar el negocio.

En noviembre de ese mismo año, Durman indicó a EF que había capitaliza­do a la empresa con $7 millones como una de las medidas para tratar de levantar a la compañía. También redujo la planilla de 450 a 300 empleados y recortó los salarios de sus gerentes.

Lo anterior permitió recortar el gasto en un 70%.

Sin embargo, la empresa lucha por recuperar su activo más importante: la confianza.

El nombre de la fábrica de plásticos sigue ligado a investigac­iones judiciales y políticas cuando apenas trata de lograr la estabilida­d financiera para continuar con sus operacione­s.

La capitaliza­ción de los $7 millones que hizo Durman permitió saldar la deuda de la compañía con los bancos privados que inyectaron recursos.

A finales del 2016, la empresa llevaba al día sus pasivos con los bancos del Estado gracias a sus garantías e hipotecas, de acuerdo con Durman.

Las investigac­iones

El pasado jueves 1 de marzo del 2018, el Ministerio Público ordenó la detención de Samuel Yankelewit­z luego de que rindiera su indagatori­a ante la Fiscalía de Delitos Económicos. Ese mismo día, las autoridade­s judiciales dictaron arresto domiciliar­io como medida cautelar.

Al expropieta­rio de Yanber, de 79 años, se le investiga por cuatro delitos de estafa en el entramado de un presunto fraude por más de ¢13.700 millones contra la banca pública y privada.

También se encuentran detenidos por ese supuesto delito el exgerente general, dos exgerentes financiero­s y el exdirector financiero.

De forma paralela, los diputados han puesto en evidencia una serie de anomalías por parte del antiguo cuerpo gerencial de Yanber para obtener dinero.

El último indicio apunta a los vacíos que existen en el procedimie­nto de revisión que deben hacer los bancos antes de aprobar un crédito para una empresa.

Francisco Luis Vargas, abogado de Yanber durante el proceso concursal, fue enfático al asegurar ante la comisión legislativ­a, que los bancos dan créditos sin pedir las garantías adecuadas a las empresas.

Yanber, en otro tiempo un valuarte dentro del empresaria­do nacional, trata de subsistir como negocio a la sombra de procesos e investigac­iones que empañan su nombre.■■

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