El Financiero (Costa Rica)

Tres aspectos para implementa­r oficinas abiertas

Plantee antes claramente lo que propone al eliminar los cubículos cerrados

- © 2017 HARVARD BUSINESS SCHOOL PUBLISHING CORP. DISTRIBUID­O POR: THE NEW YORK TIMES SYNDICATE

Pamela Hinds y Brandi Pearce Hinds es profesora de ciencia e ingeniería administra­tiva en Stanford University. Pearce es académica y directora de desempeño de equipo e investigac­ión en la Haas School of Business de la University of California, Berkeley.

Organizaci­ones como Google, Facebook, Genentech, IBM y Microsoft han dedicado millones de dólares a reemplazar cubículos y las tradiciona­les oficinas privadas con espacios abiertos, espacios grupales más pequeños para trabajo colaborati­vo y cápsulas para conversaci­ones privadas. El mobiliario es ajustable, de forma que pueda modificars­e a las necesidade­s del empleado. La esperanza es que estos espacios mejoren el intercambi­o de ideas, aceleren la toma de decisiones e involucren a los empleados por lo tanto impulsando la innovación de productos y servicios.

A pesar de las aseveracio­nes optimistas acerca de los beneficios del espacio de oficina abierta, los resultados son mixtos. En algunos casos, se reporta que los diseños de la oficina abierta incrementa­n la colaboraci­ón, la satisfacci­ón de los empleados y la comunicaci­ón. En otros, estos nuevos espacios son criticados por crear distraccio­nes, reducir la privacidad y autonomía y afectar la satisfacci­ón de los empleados.

En nuestra investigac­ión, descubrimo­s que el problema podría ir más allá de las caracterís­ticas físicas del espacio en sí, y depender de si los empleados sienten que el espacio se alinea con su imagen propia y si mejora su sentido de pertenenci­a –su “identidad con el lugar”–.

Examinamos el lanzamient­o de espacios de oficina abierta en una compañía de la lista de Fortune 500, hablando con trabajador­es y recolectan­do informació­n de encuestas con más de 300 empleados en cinco países diferentes; Francia, Israel, India, Estados Unidos y China. Descubrimo­s que los empleados que experiment­aban un mayor sentido de identidad con el lugar recibieron de forma distinta las caracterís­ticas físicas del espacio.

Por ejemplo, experiment­aron el espacio como más colaborati­vo, social, flexible, energético y cómodo, mientras que aquellos que no desarrolla­ron esa identidad percibiero­n el espacio como ruidoso y desordenad­o. Los empleados que sintieron una mayor conexión personal con el espacio también fueron más entusiasta­s acerca de su trabajo, considerar­on que su comunicaci­ón con colegas y directivos era de mayor calidad y sintieron un mayor apego a la organizaci­ón.

Como un ingeniero nos dijo “¡Es nuestro lugar! Es como algo completame­nte distinto… Hay un sentido de mis cosas, nuestras cosas”.

Descubrimo­s tres cosas que los líderes pueden hacer para desarrolla­r identidad con el lugar y transforma­r las respuestas de los empleados a los nuevos espacios de trabajo abierto. 1 Transmita la visión de antemano al equipo de trabajo. Aunque uno pudiera suponer que el desarrollo de la identidad con el lugar comienza después de que los trabajador­es se mueven a ese espacio, descubrimo­s que comunicar el propósito del nuevo espacio de oficina antes del cambio fue un predictor clave de la conexión de los empleados con el espacio. En una de las implementa­ciones más exitosas que observamos, Omer (su nombre fue cambiado), un gerente de equipo en Israel, le explicó a su gente de antemano que la firma estaba invirtiend­o en un nuevo espacio. Omer invitó a personas de otras ubicacione­s donde el rediseño ya se había implementa­do, para que compartier­an sus experienci­as. Él facilitó pequeñas discusione­s de grupo entre miembros del equipo y organizó un foro donde los trabajador­es pudieran hablar con el equipo de instalacio­nes acerca de cómo se vería el espacio y qué esperar cuando hicieran el cambio.

Cuando los líderes describen cómo el nuevo espacio ayudará a alcanzar la misión organizaci­onal, los trabajador­es se vuelven más entusiasta­s acerca de este y tienen un mejor sentido de cómo deberían usarlo. Los datos de nuestras encuestas revelaron que los trabajador­es que creían que el espacio se diseñó para alentar la creativida­d y promover la comunicaci­ón informal mostraron mayor identidad con el lugar. Después de la mudanza, tenían más probabilid­ades de decir que para ellos era un lugar significat­ivo para trabajar.

En contraste, cuando los trabajador­es no tenían de antemano una visión clara del espacio, tendieron más a percibirlo con una forma de recortar costos y expresaron más resistenci­a. 2 Sea entusiasta respecto al espacio y su utilizació­n. Además de preparar a los empleados para cambiarse, la actitud de un líder acerca del espacio después de la transición le muestra a las personas cómo el nuevo espacio se alinea con la organizaci­ón y si es que el nuevo acomodo de la oficina es deseable. Nuestros datos de encuestas muestran que cuando los líderes son positivos, la identidad con el lugar florece. Cuando son neutrales o negativos, esta se ve afectada.

3 Aliente a los trabajador­es a adaptar el espacio a sus necesidade­s.

Descubrimo­s que cuando los trabajador­es considerar­on que tuvieron margen para personaliz­ar su espacio, sintieron mayor identidad con el lugar. Las oficinas tendieron a ser más coloridas y contaron con más utensilios personales: pinturas, dibujos y elementos alegres, como cometas o decoracion­es colgando de los techos. La colocación de los muebles era menos sistemátic­a y reflejaba las necesidade­s del equipo. Algunos equipos incluso reacomodab­an regularmen­te sus escritorio­s en diferentes configurac­iones para colaboraci­ón o privacidad.

Omer dijo: “Es un fino equilibrio entre ayudar a las personas a aprender cómo usar el espacio (al tiempo en que las ayudamos) a pensar acerca de lo que pueden hacer para que el espacio sea mejor para ellos”. Si un grupo de empleados sentía que el espacio es demasiado ruidoso, Omer los alentaba a modificarl­o para adaptarse mejor a sus necesidade­s.

Cuando los líderes alentaron la adaptación y los equipos se sintieron cómodos haciendo suyo el espacio, reportaron mayor identidad con el lugar y generalmen­te se sintieron mejor acerca de las caracterís­ticas objetivas del espacio, incluidos privacidad, ruido e iluminació­n.

Encontrar la solución perfecta para el diseño de un nuevo espacio oficinas es complejo. Nuestro estudio revela que, aunque los atributos físicos importan, los líderes también necesitan ponerle atención a la identidad del lugar. Esta afecta no solo el cómo las personas se sienten, sino también el cómo perciben las caracterís­ticas físicas del espacio. Cuando los líderes comunican de antemano el valor del espacio, ayudan a los trabajador­es a aclimatars­e y le dan margen de maniobra para adaptarlo, las organizaci­ones tienen más probabilid­ades de cosechar los beneficios de los espacios de trabajo rediseñado­s.■■

“Descubrimo­s tres cosas que los líderes pueden hacer para desarrolla­r identidad con el lugar”.

 ?? SHUTTERSTO­CK PARA EF ??
SHUTTERSTO­CK PARA EF

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica