¿Vale la pena comprar carro en un futuro cercano?
Vehículos autónomos y el sistema compartido cambian el modelo de negocio automotor
Dar una prima que supere los ¢3 millones, adquirir una deuda por unos siete años, pagar una cuota mensual de al menos ¢120.000, encargarse de mantenimientos con cambios de aceite, revisiones de agencia y combustible, es la realidad de muchas personas que adquieren un vehículo nuevo.
Los clientes saben que al momento que sacan su carro de la agencia, este se depreciará por un 20% o más de su valor real.
En un futuro cercano ¿seguirá siendo un buen negocio la venta de vehículos?
La firma Deloitte estima que el cambio se dará sistemáticamente: una marea creciente, no un tsunami. En ningún momento ocurrirá que el mundo tendrá que decidir entre dos opciones opuestas: zambullirse completamente en un sistema de movilidad sin conductores y pagar por usar, o que no cambie nada. El nuevo ecosistema de movilidad personal probablemente surgirá de forma irregular en diferentes geografías y grupos demográficos.
Aunque Costa Rica tendrá que esperar un poco más para la llegada de los carros autónomos, la buena noticia es que las plataformas de autos compartidos están más maduras, como es el caso de Zipcar.
Simplemente descarga una aplicación, elige el modelo del auto, el tiempo que lo va a utilizar, ya sea una hora o hasta cuatro días, efectúa su pago, lo recoge en un punto de conveniencia de la ciudad, lo utiliza y finalmente lo deja donde lo encontró.
El lema de las empresas que están cambiando el negocio de venta de vehículos consiste en no pagar por un activo que se devalúa cada día y que mantiene en un estacionamiento por más de ocho horas diarias, sino pagar por el tiempo que realmente lo usará.
Intersección en la vía
En el mundo automotor existen dos visiones acerca de cuál será el futuro de la movilidad.
La industria opina que los cambios serán naturales y en pequeñas dosis. Las grandes marcas automotrices han hecho importantes inversiones en mantener el estado actual, ellos piensan que el cambio evolucionará lentamente hacia un futuro que estará basado en el actual.
Los ajustes que han implementado es darle más flexibilidad a sus clientes y ofrecerles tecnologías como autos conectados y funciones de conducción autónoma, pero siempre manteniendo al humano con el poder.
Algunas de las automotrices tradicionales han abierto oficinas en Silicon Valley para estar más cerca del desarrollo tecnológico y el financiamiento temprano como, por ejemplo, las iniciativas del futuro de la movilidad de Ford, los iVentures de BMW, los avances de ingeniería de Daimler en el campo de la conducción inteligente y la funcionalidad super cruise de Cadillac.
Por su parte, las voces más disruptivas consideran que una nueva era está apareciendo con vehículos completamente autónomos y con nuevos jugadores como Google, Uber y Apple, que son los catalizadores de la transformación.
Para ellos, el mundo será sin presas, con una cantidad mínima de accidentes, sistemas motrices más compactos, eficientes y ecológicos. Habrá una baja sustancial en el costo de los viajes por pasajero, los estacionamientos desaparecerán porque las personas tendrán menos necesidad de comprar un vehículo y el pago de la movilidad será solamente por el uso y no por todos los costos que están asociados a un carro.
¿Hacia dónde nos movemos?
Según el informe Future of Mobility, de la firma consultora Deloitte, los líderes de negocios deberán preparar sus organizaciones para ser capaces de operar en cuatro futuros diferentes que tendrán distintos grupos de clientes. Cambio incremental. Esta es la visión más conservadora del futuro y sostiene que la propiedad personal continuará siendo la norma, por lo que los consumidores optarán por la privacidad, flexibilidad, seguridad, y conveniencia que les da tener su propio vehículo.
También presupone que la conducción completamente autónoma no estará disponible para todos en un futuro cercano, aunque sí se adoptarán tecnologías de asistencia de conducción.
“Al predecir tan poco cambio, este futuro refuerza la confianza de los fabricantes en un modelo de negocios que prioriza las ventas de vehículos. Continuarán invirtiendo en el desarrollo y presentación de nuevas líneas de vehículos con tecnologías avanzadas”, afirmó Deloitte. Un mundo en el que se comparten los autos. En este modelo, los pasajeros valoran la conveniencia del transporte punto a punto que han creado los servicios de vehículos y viajes compartidos impulsados principalmente por las plataformas tecnológicas. Este modelo ahorra el tedioso momento de conducir entre las presas y encontrar estacionamiento, además representa una oportunidad para quienes no conducen, como jubilados, familias de bajos ingresos, y menores de edad.
En este futuro, al bajar el costo por milla algunos ven los vehículos compartidos como una forma de transporte más económica, conveniente y sustentable para movimientos cortos. La revolución de los autos sin conduc-