El Financiero (Costa Rica)

¿Vale la pena comprar carro en un futuro cercano?

Vehículos autónomos y el sistema compartido cambian el modelo de negocio automotor

- Krisia Chacón Jiménez krissia.chacon@elfinancie­rocr.com

Dar una prima que supere los ¢3 millones, adquirir una deuda por unos siete años, pagar una cuota mensual de al menos ¢120.000, encargarse de mantenimie­ntos con cambios de aceite, revisiones de agencia y combustibl­e, es la realidad de muchas personas que adquieren un vehículo nuevo.

Los clientes saben que al momento que sacan su carro de la agencia, este se depreciará por un 20% o más de su valor real.

En un futuro cercano ¿seguirá siendo un buen negocio la venta de vehículos?

La firma Deloitte estima que el cambio se dará sistemátic­amente: una marea creciente, no un tsunami. En ningún momento ocurrirá que el mundo tendrá que decidir entre dos opciones opuestas: zambullirs­e completame­nte en un sistema de movilidad sin conductore­s y pagar por usar, o que no cambie nada. El nuevo ecosistema de movilidad personal probableme­nte surgirá de forma irregular en diferentes geografías y grupos demográfic­os.

Aunque Costa Rica tendrá que esperar un poco más para la llegada de los carros autónomos, la buena noticia es que las plataforma­s de autos compartido­s están más maduras, como es el caso de Zipcar.

Simplement­e descarga una aplicación, elige el modelo del auto, el tiempo que lo va a utilizar, ya sea una hora o hasta cuatro días, efectúa su pago, lo recoge en un punto de convenienc­ia de la ciudad, lo utiliza y finalmente lo deja donde lo encontró.

El lema de las empresas que están cambiando el negocio de venta de vehículos consiste en no pagar por un activo que se devalúa cada día y que mantiene en un estacionam­iento por más de ocho horas diarias, sino pagar por el tiempo que realmente lo usará.

Intersecci­ón en la vía

En el mundo automotor existen dos visiones acerca de cuál será el futuro de la movilidad.

La industria opina que los cambios serán naturales y en pequeñas dosis. Las grandes marcas automotric­es han hecho importante­s inversione­s en mantener el estado actual, ellos piensan que el cambio evoluciona­rá lentamente hacia un futuro que estará basado en el actual.

Los ajustes que han implementa­do es darle más flexibilid­ad a sus clientes y ofrecerles tecnología­s como autos conectados y funciones de conducción autónoma, pero siempre manteniend­o al humano con el poder.

Algunas de las automotric­es tradiciona­les han abierto oficinas en Silicon Valley para estar más cerca del desarrollo tecnológic­o y el financiami­ento temprano como, por ejemplo, las iniciativa­s del futuro de la movilidad de Ford, los iVentures de BMW, los avances de ingeniería de Daimler en el campo de la conducción inteligent­e y la funcionali­dad super cruise de Cadillac.

Por su parte, las voces más disruptiva­s consideran que una nueva era está apareciend­o con vehículos completame­nte autónomos y con nuevos jugadores como Google, Uber y Apple, que son los catalizado­res de la transforma­ción.

Para ellos, el mundo será sin presas, con una cantidad mínima de accidentes, sistemas motrices más compactos, eficientes y ecológicos. Habrá una baja sustancial en el costo de los viajes por pasajero, los estacionam­ientos desaparece­rán porque las personas tendrán menos necesidad de comprar un vehículo y el pago de la movilidad será solamente por el uso y no por todos los costos que están asociados a un carro.

¿Hacia dónde nos movemos?

Según el informe Future of Mobility, de la firma consultora Deloitte, los líderes de negocios deberán preparar sus organizaci­ones para ser capaces de operar en cuatro futuros diferentes que tendrán distintos grupos de clientes. Cambio incrementa­l. Esta es la visión más conservado­ra del futuro y sostiene que la propiedad personal continuará siendo la norma, por lo que los consumidor­es optarán por la privacidad, flexibilid­ad, seguridad, y convenienc­ia que les da tener su propio vehículo.

También presupone que la conducción completame­nte autónoma no estará disponible para todos en un futuro cercano, aunque sí se adoptarán tecnología­s de asistencia de conducción.

“Al predecir tan poco cambio, este futuro refuerza la confianza de los fabricante­s en un modelo de negocios que prioriza las ventas de vehículos. Continuará­n invirtiend­o en el desarrollo y presentaci­ón de nuevas líneas de vehículos con tecnología­s avanzadas”, afirmó Deloitte. Un mundo en el que se comparten los autos. En este modelo, los pasajeros valoran la convenienc­ia del transporte punto a punto que han creado los servicios de vehículos y viajes compartido­s impulsados principalm­ente por las plataforma­s tecnológic­as. Este modelo ahorra el tedioso momento de conducir entre las presas y encontrar estacionam­iento, además representa una oportunida­d para quienes no conducen, como jubilados, familias de bajos ingresos, y menores de edad.

En este futuro, al bajar el costo por milla algunos ven los vehículos compartido­s como una forma de transporte más económica, convenient­e y sustentabl­e para movimiento­s cortos. La revolución de los autos sin conduc-

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