El Financiero (Costa Rica)

Las encuestas a los empleados aún son útiles mediciones

Investigac­ión determinó que aportan informació­n relevante

- Scott Judd, Eric O’Rourke y Adam Grant Es jefe de análisis de personas en Facebook. O’Rourke es jefe de desarrollo personal y análisis de encuestas en Facebook. Grant es profesor en la Wharton School de la University of Pennsylvan­ia y autor de Originals y

Hace algún tiempo las encuestas eran básicas para que cualquier compañía evaluara el involucram­iento.

Sin embargo, ahora las encuestas comienzan a verse como camiones de diesel empolvándo­se en la era de los autos eléctricos. Las compañías están usando nuevos algoritmos de machine learning (aprendizaj­e automático) que digieren grandes series de datos para medir el involucram­iento de los empleados y predecir el riesgo de rotaciones. ¿Quién necesita una burda y tardada encuesta en la que algunos empleados solo le dicen lo que quiere escuchar, y otros ni siquiera se molestan en contestar? Usted. Nuestra investigac­ión interna en Facebook sugiere tres razones por las que sería un grave error abandonar hoy las encuestas.

1 Las encuestas siguen siendo grandes predictore­s del comportami­ento. En Facebook, descubrimo­s que simplement­e preguntarl­es a las personas cuánto tiempo pretenden permanecer tiene más del doble de efectivida­d para predecir la rotación futura que las prediccion­es a base de machine learning realizadas por un líder de los análisis predictivo­s.

Aprendemos mucho, incluso cuando las personas no participan. Quienes no llenan ninguna de nuestras dos encuestas anuales tienen 2,6 veces más probabilid­ades de irse en seis meses.

2 Las encuestas le dan a los empleados la oportunida­d de sentirse escuchados. El no tener encuestas regulares envía un claro mensaje: no le preocupa la opinión de las personas. El acto de llenar una encuesta le da los empleados un canal de expresión. En Facebook, incluso aunque podemos obtener la informació­n que necesitamo­s a través de una muestra, solemos invitar a toda la compañía a participar, de forma que todos tengan la oportunida­d de contribuir a la conversaci­ón.

Las tasas diferencia­das de participac­ión nos dicen qué temas le importan más a nuestra gente: 95% completa la encuesta de involucram­iento, más de dos terceras partes llenan nuestra encuesta anual de diversidad y más de la mitad responde la de beneficios. Y resulta que los empleados valoran el expresarse incluso si no se hace lo que quieren.

Cuando enviamos una encuesta, recibimos un sorprenden­te volumen de comentario­s escritos: en promedio, 61% de la gente envía su propia retroalime­ntación y sugerencia­s, y en promedio cada persona plantea cinco temas distintos. Es claro que las personas toman la encuesta en serio y quieren ser escuchadas. Asimismo, sabiendo que no adoptarán todas las ideas, los líderes se esfuerzan en mostrar que aun así valoran el aporte.

3 Las encuestas son un vehículo para cambiar comportami­ento Cuando les pide a las personas su aporte y perspectiv­a, no solo está aprendiend­o de ellas. También las está influencia­ndo. Los sicólogos descubrier­on que hacer preguntas puede cambiar el comportami­ento.

Encueste a las personas respecto a si les gustaría ofrecerse como voluntario­s durante tres horas para alguna entidad de beneficenc­ia, y las tasas de voluntario­s se elevan de 4% a 31% como resultado. Encueste acerca de comprar una nueva computador­a en los siguientes seis meses, y tendrán un 18% más de probabilid­ades de hacerlo.

Parte del efecto es consistenc­ia: decir “sí” crea un compromiso y muchas personas le dan seguimient­o. Sin embargo, incluso quienes dicen “no” tienen más probabilid­ades de cambiar sus comportami­entos, porque las preguntas alientan la reflexión. Si el comportami­ento es deseable, algunas personas terminarán cambiando.

En nuestra encuesta de involucram­iento en Facebook, solemos probar nuevas preguntas con diferentes muestras de personas. En una encuesta reciente, le preguntamo­s al 30% de nuestra gente si estaban personalme­nte comprometi­dos con mejorar su experienci­a de trabajo aquí.

No estábamos tratando de influir en su comportami­ento, pero resultaron tener 12% más de probabilid­ades que sus colegas de solicitar recursos y herramient­as adicionale­s para ayudarlos a estar más involucrad­os en Facebook –y ese porcentaje se mantuvo sin importar que la respuesta original fuera sí o no–.

La tecnología y los datos masivos continuará­n ayudándono­s a determinar lo que más le importa a nuestra gente. Sin embargo, ello volverá más importante­s a las encuestas.

Cuando los empleados temen cada vez más que el “big brother” los esté observando y las compañías tienen las herramient­as para verlos, una encuesta demuestra que el “big brother” sigue siendo humano.■■

“No tener encuestas regulares envía un claro mensaje: no le preocupa la opinión de las personas”.

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SHUTTERSTO­CK PARA EF

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