El Financiero (Costa Rica)

Las amenazas de Trump a China afectan a Europa

EE. UU. es el mayor mercado del Viejo Continente para exportacio­nes como automóvile­s, pero China también es enorme y cada vez crece más

- Jack Ewing

P or un lado, tenemos a un buen cliente que ha sido nuestro aliado militar y amigo desde hace mucho tiempo, pero cuya conducta últimament­e es errática.

Por el otro, una relación con otro buen cliente que todavía no es de total confianza y genera algunos problemas, pero se trata de un socio de negocios que cada vez es más lucrativo y confiable. ¿A cuál de ellos elegirían? Esta situación, grosso modo, describe el dilema que enfrenta Europa ante el creciente conflicto entre sus dos mayores socios comerciale­s, Estados Unidos y China.

Estados Unidos es el mayor mercado de Europa para exportacio­nes como automóvile­s y otros productos, aparte de ser su aliado en la OTAN. Sin embargo, China también es enorme y cada vez crece más.

Además, el gobierno de Trump también amenazó a las institucio­nes que rigen las relaciones globales cuando llamó obsoleta a la OTAN y atizó las tensiones en el sector comercial. Así que cuando alguien pregunta quién es el socio menos confiable, China ya no es la opción automática que viene a nuestra mente.

Después de que el presidente Donald Trump amenazó con imponer otros $100.000 millones en aranceles a los productos chinos, la mayoría de los líderes europeos se abstuviero­n de hacer declaracio­nes.

No obstante, asumir el papel de simples observador­es y contemplar desde una distancia segura las discusione­s entre China y Estados Unidos no es una buena opción para Europa. Su economía tiene lazos demasiado profundos con ambos países.

“¿Qué pueden hacer para mantenerse fuera de la línea de fuego?” preguntó Adam Slater, el principal economista de Oxford Economics en el Reino Unido. “No hay mucho que puedan hacer”.

Si bien las amenazas de Trump van dirigidas a China, Europa con seguridad sufrirá efectos secundario­s si el presidente estadounid­ense decide concretarl­as.

Guerra de aranceles

Una guerra interminab­le de aranceles recíprocos entre ambos países interferir­ía con el flujo global de materia prima y componente­s necesarios para la fabricació­n de artículos, así que alteraría la economía europea.

Encima de todo, algunas empresas europeas, como el fabricante de automóvile­s BMW, realizan operacione­s de manufactur­a en Estados Unidos y exportan a China. Las ventas de las empresas que operan conforme a tal esquema se verían afectadas si China impusiera aranceles a los productos estadounid­enses.

Tan solo la amenaza de una guerra comercial ya ha causado inquietud en los mercados financiero­s, por lo que ahora es más complicado para las empresas obtener dinero, según dijo el viernes Benoît Coeuré, miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo. “Esta situación no apoya para nada el crecimient­o y el empleo”, subrayó Coeuré durante una conferenci­a en Cernobbio, Italia.

Estas alteracion­es en el comercio mundial se presentan en un momento nada propicio para Europa. Algunos indicadore­s económicos recientes sugieren que la recuperaci­ón del continente, tras una década de crisis, está perdiendo impulso. La producción industrial en Alemania se redujo un 1,6 % en febrero, según datos oficiales publicados la semana pasada.

Con todo, el principal temor de los líderes europeos quizá sea que el enfoque beligerant­e de Donald Trump en el tema comercial acabe por destruir el sistema de resolución de conflictos creado en la posguerra, que incluye reunir a todas las partes en una sola habitación.

El presidente estadounid­ense ya logró que algunos países se vean obligados a suplicar exenciones individual­es a los aranceles sobre el acero y el aluminio, sin ninguna intervenci­ón de la Organizaci­ón Mundial de Comercio, el foro usual para resolver controvers­ias comerciale­s.

“Ha creado un ambiente de división entre países”, señaló el investigad­or André Sapir, quien colabora con la organizaci­ón de investigac­ión Bruegel, con sede en Bruselas. “Quizá el año 2017 pasará a la memoria como el último año de operacione­s del sistema multilater­al”.

Cautela europea

Es posible que Europa se vea beneficiad­a a corto plazo por los enfrentami­entos entre China y Estados Unidos.

Por ejemplo, si China aumenta los aranceles a las aeronaves Boeing, podría ser ventajoso para el rival europeo de esa empresa, Airbus.

Sin embargo, no es probable que este tipo de efectos positivos superen los riesgos.

Las empresas europeas han invertido mucho más en Estados Unidos desde hace años que en China. No obstante, China se convierte gradualmen­te en el centro de la acción.

El comercio total de Alemania con China, consideran­do tanto exportacio­nes como importacio­nes, ya es mayor que el que tiene con Estados Unidos. Además, China es el mayor mercado único para empresas como Volkswagen, el mayor fabricante europeo de automóvile­s.

Aun así, Europa mantiene una

EUROPA Y ESTADOS UNIDOS, UNIDAS POR LAZOS ANTIQUÍSIM­OS, SON DEMOCRACIA­S CON MÚLTIPLES PARTIDOS Y ECONOMÍAS DE LIBRE MERCADO, MIENTRAS QUE CHINA ES UNA AUTOCRACIA UNIPARTIDI­STA.

postura de cautela con respecto a las intencione­s de China. Si bien los líderes europeos emplean una retórica más moderada, comparten algunas de las inquietude­s expresadas por Trump en cuanto a la competenci­a injusta de las empresas chinas que reciben subsidios gubernamen­tales. También les preocupa que las empresas chinas estén robando tecnología europea y vayan acumulando poder económico.

Desde hace algunos años, los inversioni­stas chinos han adquirido activos europeos, como puertos en Grecia, empresas alemanas del sector de maquinaria y una participac­ión del diez por ciento en el fabricante de automóvile­s Daimler. La campaña del gobierno chino “Hecho en China 2025”, cuyo objetivo es dominar las industrias más modernas, constituye una amenaza para las empresas alemanas que surten maquinaria de precisión que las empresas chinas todavía no pueden fabricar.

Viejos aliados

Varios líderes en Bruselas, Berlín y París han urgido a supervisar más de cerca las adquisicio­nes chinas en Europa, aunque no ha quedado muy claro cuán estrictas serán estas medidas.

Tampoco hay que olvidar que Europa y Estados Unidos han superado muchas situacione­s juntos, en especial la Guerra Fría. Ambas son democracia­s con múltiples partidos y economías de libre mercado, mientras que China es una autocracia unipartidi­sta. Además, los lazos históricos y culturales entre Europa y Estados Unidos tienen siglos de antigüedad.

De cualquier forma, una guerra comercial podría acercar más a Europa a China.

La preocupaci­ón más inmediata de Europa es resolver sus propias controvers­ias comerciale­s con Trump. Cecilia Malmström, la comisaria europea de Comercio, se encuentra en negociacio­nes con Wilbur Ross, el secretario de Comercio estadounid­ense, para lograr una exención permanente de los aranceles sobre las importacio­nes de acero y aluminio. La actual exención temporal de estos aranceles expira el 1 de mayo. ■■

 ?? SHUTTERSTO­CK/NYTMK PARA EF ?? Asumir el papel de simples observador­es de las discusione­s entre China y Estados Unidos, a raíz de las amenazas comerciale­s de Donald Trump, no es una buena opción para Europa.
SHUTTERSTO­CK/NYTMK PARA EF Asumir el papel de simples observador­es de las discusione­s entre China y Estados Unidos, a raíz de las amenazas comerciale­s de Donald Trump, no es una buena opción para Europa.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica