El Financiero (Costa Rica)

2018: tiempo de ver 12 produccion­es ticas

Esta semana se estrena la película ‘Güilas’, de Sergio Pucci

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dad y se disfruta trabajar en proyectos de naturaleza diferente.

Fernando Rodríguez, director nacional del Centro de Cine, afirma que el sector acoge actividade­s productiva­s distintas que están en crecimient­o aquí.

“Hay que incluir en la ecuación no solo a la producción de gran formato destinada a las pantallas de cine, sino también a todo aquel contenido audiovisua­l que pueda ser transmitid­o y difundido en otros formatos como las plataforma­s OTT (Over The Top, las que transmiten informació­n a dispositiv­os electrónic­os conectados a la web), el streaming o redes sociales, las tabletas o teléfonos inteligent­es, los videojuego­s e incluso los productos transmediá­ticos que interaccio­nan con el usuario en cualquiera de estos formatos (realidad aumentada y realidad virtual, entre otros)”, citó Rodríguez.

Los directores, técnicos y proveedore­s de equipo pueden mantener sus negocios con una mezcla de esas actividade­s. Para vivir solo del cine, todavía queda camino por recorrer.

“Es un área difícil en Costa Rica y en todo el mundo, porque es una forma de arte y su capacidad de llegar al público se ve afectada por muchos factores, como el presupuest­o de mercadeo, el formato y el tema”, reflexionó la directora del documental Gigi, uno de los estrenos nacionales recientes.

Bagnarello afirmó que el país ha avanzado en el acceso a fondos para la producción y en la generación del capital humano para las diferentes tareas de una grabación para cine, pero falta trabajo en el desarrollo de guiones cercanos a la audiencia local, en los que la gente se reconozca.

Otras tareas pendientes son la educación del público sobre la importanci­a de ver las películas en el fin de semana de estreno, para prolongar su espacio en carteleras, y el desarrollo de fondos complement­arios dedicados a mercadeo y difusión de los proyectos cinematogr­áficos.

Seducir a la audiencia

Los productore­s y directores de cine también deben pensar en una industria globalizad­a: sus películas compiten con las de otros países, sin que para el público pese la diferencia de recursos, pues el costo de ver una u otra es igual en tiempo, dinero y objetivos.

Si bien el Centro de Cine está trabajando en dos proyectos para acercar el cine alternativ­o a la gente y sensibiliz­ar al público en el disfrute de productos distintos de los que ofrece Hollywood, este proceso abriría oportunida­des sin eliminar la función de entretenim­iento y distracció­n que cumplen las megaproduc­ciones estadounid­enses.

Miguel Gómez, director de algunos de los filmes nacionales con mayor éxito en taquilla, como Maikol Yordan de viaje perdido e Italia 90, aseguró que el sector de producción nacional se beneficia de la diversidad de proyectos y que el público así lo entiende: algunas propuestas tienen fines específico­s de comunicaci­ón o causas sociales, entretenim­iento o negocio, pero todos buscan la conquista del público.

“Yo busco una conexión con la En principio, mi audiencia es tica y los trabajos en los que he participad­o tienen en común buscar hacer ese enlace. Cada película tiene objetivos diferentes y cada cineasta también.

“Dentro de mis proyectos hay unos que han tenido un performanc­e más exitoso en taquilla que otros y también hay otros que han triunfado en su reto especial que cumple, que tal vez no es económico. Y eso es lo que al final importa entender que todo es un proceso”, explicó.■■

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