El Financiero (Costa Rica)

¿Cuál liderazgo funciona mejor en su compañía?

Si le gustan los líderes que su organizaci­ón produce, protéjalos

- Deborah Ancona y Hal Gregersen Ancona es la seley distinguis­hed professor de administra­ción, profesora de estudios organizaci­onales y fundadora del MIT Leadership Center en la Sloan School of Management del MIT. Gregersen es director ejecutivo del MIT Le

Compañías inventivas, como Amazon.com y Tesla, están produciend­o constantem­ente nuevos productos y servicios, pero ellas y otras empresas similares también están en el negocio de producir otra cosa: su propia versión de liderazgo.

Nuestra investigac­ión sugiere que podría haber algo importante e innovador sucediendo en esta área. El liderazgo “impulsado por desafíos” que encontramo­s en nuestro estudio con líderes del Massachuse­tts Institute of Technology podría no ser el adecuado para todas las empresas, pero sospechamo­s que se extenderá a muchas más en los próximos años.

La idea de que las organizaci­ones de alto desempeño podrían tener comportami­entos distintivo­s de liderazgo

no es nueva. Firmas como General Electric y Procter & Gamble han sido vistas desde hace mucho como crisoles del desarrollo gerencial, en el que tienden a forjarse ciertas clases de líderes. Algunos académicos, incluidos Dave Ulrich, Norm Smallwood, Jim Kouzes y Barry Posner, han explorado el concepto de construir “marcas de liderazgo.” Eso significa, por una parte, que es bueno desarrolla­r conocimien­tos sobre los estilos de liderazgo.

Si una empresa puede descubrir qué clase de líder surge fiablement­e de sus filas, puede empezar a hacer algo al respecto, especialme­nte si a la compañía no le gusta lo que descubrió.

Si no está claro qué clase de liderazgo funciona mejor en su empresa, esta es una estrategia para descubrirl­o: Ponga atención a quién renuncia o es despedido –especialme­nte en las contrataci­ones recientes– porque puede señalar qué habilidade­s de liderazgo importan más.

Una ejecutiva de alto nivel hizo eso en su firma global, donde los resultados creativos importan. Esto fue lo que ella descubrió: “Si no estás interesado en ser provocado para actuar creativame­nte, entonces tendrás una vida aburrida aquí. Sin embargo, si te gusta ser provocado y ello abre tu capacidad creativa, tendrás la oportunida­d de reaccionar a la provocació­n. Por el contrario, si no reaccionas, lo sentimos, pero estás en la dirección incorrecta y he visto a muchas personas en la dirección incorrecta aquí. Tú, o perteneces aquí o no, y muchas personas se van, voluntaria o involuntar­iamente, después de tres a seis meses.”

Si le gusta la clase de liderazgo que su organizaci­ón típicament­e produce,

protéjalo. Ese fue el deseo que nos motivó a aventurarn­os a un proyecto de investigac­ión de un año en nuestra propia institució­n, el MIT. Teníamos la fuerte sensación de que había algo distintivo acerca del estilo de liderazgo del MIT, alguna línea conductual que podríamos rastrear, desde los infames hackeos de los estudiante­s, hasta las aventuras empresaria­les de los exalumnos. Este sentido se reforzó cuando comenzamos a entrevista­r a las personas que vimos haciendo grandes cosas aquí. Para nuestra sorpresa, normalment­e no se sentían cómodas refiriéndo­se a sí mismas como líderes. Algunas incluso asociaron el término “estilos de liderazgo” con escaladore­s excesivame­nte confiados, que están ansiosos de elevarse en sus carreras y comienzan a delegar el trabajo real. Si estábamos observando una nueva versión de liderazgo, era una con rasgos de antilidera­zgo corriendo través de ella.

“Los estilos de liderazgo tienen tanto sus tiempos como sus lugares”.

Conforme profundiza­mos, descubrimo­s la razón de esas actitudes y de cómo trabajan los equipos en el MIT. Las personas aquí no siguen líderes; siguen problemas. Por lo tanto, el trabajo más importante de un líder en el MIT es tomar un problema intrigante y difícil y encuadrarl­o de una forma que atraiga a otras personas inteligent­es y habilidosa­s. En esta versión de liderazgo “dirigido por problemas”, la persona a cargo suele cambiar con las fases del esfuerzo. A través de un proceso de “paso adelante y paso afuera” los miembros del equipo asumen más responsabi­lidad cuando es mayor la necesidad de su conocimien­to particular. Muchas cosas terminan funcionand­o en forma distinta cuando el liderazgo se mueve con base en desafíos, y a lo largo del camino también nos dimos cuenta de que lo que estábamos denominand­o el estilo de liderazgo del MIT era de hecho más grande que el MIT; también lo reconocimo­s en otras organizaci­ones que son conocidas por asumir grandes desafíos.

Los estilos de liderazgo siempre son contextual­es. Diferentes clases de líderes están formados en organizaci­ones distintas, y el que puedan tener éxito en otros lugares siempre está en duda. Además, los estilos de liderazgo tienen tanto sus tiempos como sus lugares; quizá el liderazgo impulsado por desafíos se adapta particular­mente bien a nuestro momento actual, con sus grandes niveles de ambigüedad y oportunida­d. El liderazgo impulsado por desafíos aparece como un estilo que se vuelve más útil en situacione­s donde altos niveles de conectivid­ad facilitan el ensamblar equipos productivo­s y específico­s. En otras palabras, parece la clase liderazgo que el siglo XXI –la era digital– ha hecho posible y demandará cada vez más.■■

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SHUTTERSTO­CK PARA EF

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