400 empresas turísticas sostenibles operan en el país
Más firmas podrían obtener la Certificación de Sostenibilidad Turística
Hace 29 años, en las montañas de barrio Jesús de Santa Bárbara de Heredia, se asentó un pequeño hotel liderado por una familia estadounidense que no solo pretendía enriquecer sus bolsillos, sino también los de sus vecinos.
No obstante, impactar económicamente no era suficiente.
Los dueños de Finca Rosa Blanca –nombre del complejo– querían ir más allá para aportar en los ámbitos social y ambiental de la comunidad. Es decir, operar de manera sostenible.
Así como ellos, en Costa Rica hay 397 compañías relacionadas con el sector turístico (de hospedaje, touroperadoras, parques temáticos, firmas gastronómicas y arrendadoras de vehículos) que comparten esa visión.
Esa cantidad solo involucra a las empresas que tienen la Certificación de Sostenibilidad Turística (CST) que brinda el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), la cual nació en 1997 con la finalidad de ofrecer un servicio al ecoturista que visita el país.
Pero, ¿qué es lo que hacen exactamente esas firmas? Evitan las emisiones de gases y daños causados al ambiente por la polución u otros químicos. Realizan acciones de manejo y conservación de la naturaleza.
Además, manejan los desechos que producen de forma que no creen un impacto negativo al medio ambiente, consumen productos naturales biodegradables y recicla todos aquellos que se pueden reutilizar, y cuentan con un programa para el ahorro de agua y energía eléctrica.
También cumplen con normas específicas sobre ambiente, patrimonio arqueológico y seguridad, emplean y capacitan a los vecinos de la comunidad donde opera y promueven las tradiciones y costumbres del país, el consumo de comida típica y la artesanía nacional.
La norma CST evalúa a las empresas según un sistema estructurado por niveles definidos en una escala de uno a cinco. Cinco es el grado más cercano a una operación con modelo de sostenibilidad.
El ICT está próximo a implementar un plan piloto para sustituir la CST por una herramienta llamada CST 2.0. Uno de los principales cambios es el tiempo de validación, ya que se tardaría de entre tres y cuatro meses cuando ahora toma un año.
Bajo la norma vigente, Finca Rosa Blanca alcanzó el nivel número cinco. Uno de sus grandes proyectos es un cafetal de café orgánico, donde se han enfocado en ejecutar un plan ambicioso de reciclaje y regeneración, evitando sustancias químicas y practicando agricultura orgánica para minimizar su impacto en el cambio climático.
También miden constantemente su uso actual de recursos como agua, electricidad y gas para conseguir e implementar la tecnología que permita reducir el consumo. Esta es una práctica que intenta impregnar en su cadena de suplidores y clientes.
En cuanto a su relación con la comunidad, el 100% de sus 36 colaboradores son vecinos y trabajan con el barrio para implementar y dar seguimiento a buenas prácticas relacionadas con reciclaje, buena calidad del agua y salud.
Aunado a esto buscan y compran productos de los artesanos locales, siendo muchos de ellos adultos mayores.
“Somos un hotel de alta sostenibilidad con un enfoque en responsabilidad, calidad de servicio, el arte, artesanías y las artes culinarias”, destacó Glenn Jampol, presidente de Finca Rosa Blanca.
Ríos Tropicales, que fue fundada en 1985, es otra empresa establecida en Costa Rica que tiene el nivel cuatro de la CST. Esta se dedica a operar tours de aventura de un día o varios días, incluidos rafting, ciclismo, senderismo, kayak, tours a la selva y más.
La firma tiene su centro de operaciones y un eco lodge en una propiedad ubicada en Siquirres de Limón, la cual destaca porque la mayoría de hectáreas están cubiertas por bosque y tiene senderos de acceso al río Pacuare.
Esta empresa genera empleo a entre 60 o 100 personas, según la temporada, que provienen de las comunidades cercanas al río como El Tigre, Jabillos, Tres Equis y Linda Vista. Pero ese impacto entre los vecinos es mayor debido a que han impulsado la creación de emprendimientos ecológicos que permitan frenar la caza furtiva y la deforestación.
La compañía también utiliza parte de sus ingresos para la restauración de bosque, por medio de 950 hectáreas dedicadas a la protección.
En Costa Rica, existen otros sellos o certificaciones en línea a la sostenibilidad como Bandera Azul Ecológica, Carbono Neutralidad y Esencial Costa Rica.
“Dichos reconocimientos, otorgados por organismos terceros, brindan confianza a los consumidores que efectivamente se está visitando un sitio que incorpora prácticas sostenibles en sus modelos de negocio”, explicó Pablo Rojas, director de Dimensión Ambiental de la Asociación Empresarial para el Desarrollo (AED).
Tanto Finca Rosa Blanca como Ríos Tropicales forman parte de las giras técnicas que se realizarán durante el I Congreso Internacional sobre Sostenibilidad, Ecología y Evolución (SEE), del 26 al 29 de setiembre del 2018.
En el evento, que tendrá como sede central el Parque Viva, se abarcarán seis ejes temáticos: transición energética, cambio climático, agricultura, transporte y urbanismo, turismo sostenible y conservación.
Uno de los expositores internacionales en turismo sostenible será Jorge Moller, quien es cofundador de Regenera, en Chile, organización con 20 años de haberse creado y que brinda experiencias locales sostenibles y auténticas a los consumidores de Chile y Sudamérica.
Él está consciente de la importancia de que todos los actores de la industria turística apuesten por la sostenibilidad. Y es que, finalmente, los recursos naturales y humanos son los pilares para que las empresas turísticas gocen de buenos resultados económicos. –El turismo sostenible deriva de otra necesidad más importante que tiene que ver con el desarrollo sostenible, el cual nos invita a todas las actividades productivas a poner la mirada en cómo puedo mejorar lo que yo heredé desde el punto de vista de los recursos y de la cultura, para las futuras generaciones. –El desafío que requiere menos inversión tiene que ver con la sostenibilidad social: los seres humanos. Es a quién contrato, bajo cuáles condiciones, qué trato tengo con él, cuál es mi relación con las comunidades locales, cuál es la conservación de la cultura. –Siempre va a haber gente que no quiere sumarse a este desafío en el futuro y que quiera hacer riqueza en el corto plazo. Es por esto que al final el propio visitante o consumidor es el que tiene que ir generando el cambio de elección, es un tema de educación y de conciencia. –Costa Rica es el principal, por mucho. Tiene la bendición de que sus ciudadanos tienen una conciencia sobre su país.
“Aparte de Costa Rica creo que hay sectores o destinos, pero no países”.