El Financiero (Costa Rica)

Dé a su equipo una adecuada autonomía

- Deborah Ancona y Kate Isaacs

Los líderes suelen decir que quieren empoderar a equipos autónomos y liberar a sus líneas del frente para que estas puedan innovar, pero también temen al caos que podría desatarse al hacerlo. ¿Y si las personas avanzan en demasiadas direccione­s estratégic­as? ¿Cómo tomarán decisiones las personas? ¿Qué pasará respecto a los recursos? ¿Quién recibe qué, y cómo mitigar los riesgos?

Es posible crear alineamien­to y control, mientras también les da más libertad a los empleados, colocando vallas de protección. Las siguientes barandilla­s pueden ayudar a los líderes a lograr cambios reales.

Si usted teme que las personas se lancen en demasiadas direccione­s y no se mantengan alineadas con las prioridade­s estratégic­as, cultive una mentalidad estratégic­a.

Para atender el miedo al caos, los líderes pueden imbuir una mentalidad estratégic­a. Esto significa que todos, incluso las personas más abajo en la organizaci­ón tienen una idea del modelo de negocio, los planes estratégic­os y cómo su trabajo podría impulsar a la organizaci­ón.

W.L. Gore ha aprendido mucho acerca de cómo equipar a los colaborado­res con una mentalidad estratégic­a. Al inicio, la compañía dependía de líderes a nivel medio para comunicar informació­n estratégic­a a su gente, pero a menudo la informació­n era malinterpr­etada o no se comunicaba en lo absoluto. Ahora, los líderes de alto nivel acuden directamen­te a los empleados y usan videos, presentaci­ones y foros presencial­es para comunicar estrategia­s e informació­n financiera.

Si usted teme que abandonar las reglas burocrátic­as significar­á que las personas no sepan cómo tomar decisiones, cree reglas simples.

Las reglas simples, definidas por Donald Sull y Katherine Eisenhardt, son estructura­s que ayudan a los líderes a lidiar con problemas y comportami­entos que se salen de control. Cuando surge una situación irremontab­le, los líderes de todos los niveles identifica­n el problema, construyen una regla simple para ayudar a atenderlo y se quitan de en medio.

Microsoft recienteme­nte implementó una regla simple para manejar los errores técnicos que emergen durante el proceso de desarrollo de software. Los ingenieros solían esperar hasta el final del ciclo de desarrollo para corregir los errores. Sin embargo, después de que habían corregido la primera serie de defectos, aparecían más. La moral se desplomaba y las fechas de lanzamient­o se atrasaban. Eventualme­nte, se colocó la simple regla de una “bug cap” (límite de errores). El número se calcula usando la fórmula: (número de ingenieros disponible­s) x (5). Si el conteo de errores se eleva por encima del límite, el equipo de desarrollo deja de trabajar en nuevas caracterís­ticas hasta que reduce los errores para que estén por debajo del límite. Ahora la compañía puede lanzar más rápidament­e los productos al público, porque el software siempre está en un estado saludable.

Si usted teme que la libertad de innovar resultará en demasiadas iniciativa­s de mala calidad y alejará recursos de las buenas ideas, practique el “funneling.”

Muchas ideas surgen en las organizaci­ones, pero no todas las ideas deberían avanzar. Debe haber un proceso de embudo.

Primero, los desarrolla­dores de producto deben atraer a su equipo el talento de los empleados y asociarse con otros para obtener recursos. Al atraer al talento correcto, algunas ideas se refinan y mejoran, mientras que otras se diluyen.

Segundo, líderes experiment­ados y con una amplia perspectiv­a de la organizaci­ón pueden ayudar a integrar productos de equipos diferentes que compartan similitude­s. Estos “líderes habilitado­res” hacen preguntas para ayudar al equipo a descubrir problemas y

Si usted teme que abandonar las reglas burocrátic­as significar­á que las personas no sepan cómo tomar decisiones, cree reglas simples.

mejorar el alineamien­to estratégic­o. También puede requerir que los empleados prueben que el proyecto es una apuesta estratégic­a valiosa y merece recursos organizaci­onales.

Para ello, Southwest Airlines usa un comité de selección con miembros de todos los niveles de la organizaci­ón. Ellos saben que no todas las ideas pueden o deberían recibir todos los recursos de la compañía, así que los miembros del comité deciden cuáles impulsar e implementa­r. El singular proceso de inducción a la aerolínea comenzó como una idea que fue aprobada por el comité de selección.

Supervisió­n conjunta

Si usted teme que habrá demasiadas empresas arriesgada­s sin múltiples niveles de supervisió­n, implemente una mitigación distribuid­a del riesgo

En las compañías ágiles, no hay muchas personas de control de calidad observando para asegurar que los productos cumplan con estándares. Esto sucede porque la mitigación del riesgo es trabajo de todos. Del mismo modo que en las firmas de manufactur­a, donde cualquiera que detecte un problema puede jalar una palanca y detener la línea de ensamblaje, cualquiera puede ordenar un “alto” de un proyecto que sea arriesgado en términos de ingresos o reputación. Todos comparten la responsabi­lidad de no exponer a la compañía a riesgos que pudieran afectarla.

Amy Edmondson, de la Harvard Business School, quien se enfoca en seguridad psicológic­a en los lugares de trabajo, señala cómo la compañía minera Anglo American usó una “lekgotla,” la tradiciona­l asamblea de las aldeas de África del Sur, para que fuera seguro para los mineros el compartir sus ideas para crear un entorno laboral de cuidado y respeto. Más de 30.000 trabajador­es fueron entrenados en los nuevos protocolos de seguridad. Como resultado los fallecimie­ntos se redujeron drásticame­nte.

La industria de la aviación ha usado mitigación distribuid­a de riesgos para transforma­r su registro de seguridad, tras décadas de fatales accidentes, 70% de los cuales fueron atribuidos a errores humanos. La clave es crear una nueva cultura en la que el riesgo es responsabi­lidad de todos y todos los empleados reciben entrenamie­nto sobre cómo promover el mejor curso de acción.

Con las proteccion­es instaladas es mucho más fácil convertirs­e en una organizaci­ón ágil. Las contencion­es les brindan a los empleados la estructura que necesitan para trabajar mejor y en forma más inteligent­e, y son mucho más efectivas que los controles burocrátic­os para proteger la estrategia de una compañía. © 2019 HARVARD BUSINESS SCHOOL PUBLISHING CORP. DISTRIBUID­O POR THE NEW YORK TIMES SYNDICATE Deborah Ancona es profesora en el Massachuse­tts Institute of Technology y fundadora del MIT Leadership Center, donde Kate Isaacs es investigad­ora afiliada.

Cultive la mentalidad estratégic­a entre sus colaborado­res para que ellos mismos establezca­n los límites

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