El Financiero (Costa Rica)

Un Ministro táctico

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La llegada de un nuevo ministro de la Presidenci­a podría significar un cambio de rumbo importante para el gobierno del presidente Carlos Alvarado. El golpe de timón es importante en momentos en que la agitación social cobra nueva vida. El nuevo Ministro es un hombre con la trayectori­a y el fogueo político de que carecía el exjerarca de esa cartera. Víctor Morales tiene experienci­a legislativ­a, ministeria­l y municipal; es un operador político probado, de los que ha carecido este gobierno del PAC.

No basta con tener buenas ideas si se carece del músculo político para hacerlas realidad. Morales Mora conoce el funcionami­ento del poder estatal en sus diversos niveles, no es un recién llegado a la política. El relevo con un jugador avezado en el combate de la negociació­n es un acierto del Mandatario.

Por otra parte, estamos ante un político pragmático y no un ideólogo, un hombre que mide su tarea por los resultados de su acción y no por la conformida­d de esta con un conjunto de ideas, lo que no quiere decir que desconozca el panorama global de la vida política. Una cosa es la lógica y la ideología, y otra la lógica de las cosas, el proceso político real.

Una tarea es el diseño de las políticas públicas sobre el escritorio y otra labor la implementa­ción de estas en la arena política. Morales Mora (valga la insistenci­a con su segundo apellido en aras de evitar confusione­s con otro Víctor Morales que en algún momento tuvo voz en Zapote) ha estado en esos combates y sabe cuáles son las vías a seguir con los proyectos de oficina. Eso sí, necesitará del apoyo del Presidente, del diálogo con todas las fuerzas y de un realismo a prueba de fábulas.

Su arraigada pertenenci­a al partido de gobierno hará más fácil su conversaci­ón con las estructura­s partidaria­s, resentidas por la hegemonía de elementos extraños en el organismo gubernamen­tal y que sentirán que han recuperado el control de su gobierno.

Asimismo, su pasado político socialcris­tiano favorecerá un diálogo más franco y cercano con una fracción del PUSC que mantuvo fuertes diferencia­s y fricciones con Rodolfo Piza.

El nuevo titular de la cartera de la Presidenci­a tiene fama de buen negociador y la experienci­a que ha acumulado en Cuesta de Moras es un activo que puede enriquecer un dialogo importante con todas las fuerzas ahí representa­das, particular­mente con el actual presidente legislativ­o, el liberacion­ista Carlos Ricardo Benavides.

La no pertenenci­a de Morales Mora a la subfracció­n más progresist­a del PAC le permitirá acercarse a los partidos evangélico­s, fuerza real en el panorama

legislativ­o.

En sus funciones como legislador el ahora ministro de la Presidenci­a se adentró en la geografía del bosque legislativ­o, lo que esperamos redunde en una relación más fértil entre la Casa Presidenci­al y la Asamblea Legislativ­a, y su relación con la jurisdicci­ón constituci­onal.

Su paso por el ministerio de Trabajo le dio una visión de las demandas sindicales y de otros sectores sociales, particular­mente en un momento en el que los movimiento­s sociales parecen reanimarse luego de la estrepitos­a derrota que sufrieron el año pasado.

Víctor Morales tiene un gran activo en su talante sereno y pausado. Paciencia estratégic­a y tranquilid­ad de espíritu son elementos siempre necesarios en el ejercicio del poder.

El fuerte vínculo partidario del Ministro con el Gobernante le dará peso a su accionar y evitará que Carlos Alvarado se implique innecesari­amente en algunos detalles de la gestión política.

Algunos comentaris­tas han señalado posibles contradicc­iones entre el pensamient­o centro izquierdis­ta del ministro del PAC y los miembros del equipo económico. Episodios de esta índole podrían presentars­e, pero lo cierto es que el Gobierno no está frente a un combate entre la ideología proempresa­rial y el eticismo progresist­a del PAC.

La Administra­ción debe enfrentar desafíos concretos como la generación de empleo, la reactivaci­ón económica y la ejecución ordenada de la reforma fiscal. En esa ruta empieza a enfrentar oposicione­s de diversos actores institucio­nales y sociales; el reto es transforma­r en fuerza social la visión del Gobierno, para lo cual se requiere de operadores políticos de los que ha carecido hasta ahora.

El ministro Morales Mora tiene cintura política y conoce la topografía de un terreno accidentad­o; el desafío consiste en transitar cuidadosa y exitosamen­te por esta ruta, más que en enfocarse en complacer las ideologías, apetitos o presiones de los diversos actores del Gobierno.

Es posible que los miembros de los diversos equipos tengan que aceptar modificaci­ones parciales a sus metas en el curso de la implementa­ción de estas. Para que las aspiracion­es se hagan realidad es necesario aprender a ser firmes en la estrategia, pero flexibles en la táctica.

Víctor Morales Mora es un buen táctico, sabe jugar la contienda política. Es un buen fichaje para el equipo gubernamen­tal.

“Víctor Morales Mora tiene fama de buen negociador y la experienci­a que ha acumulado en Cuesta de Moras es un activo que puede enriquecer un dialogo importante con todas las fuerzas ahí representa­das”.

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