El Financiero (Costa Rica)

“Esperamos ser una compañía de un $1 billón”

Gonzalo Uribe Arbelaez Vicepresid­ente de Latinoamér­ica (norte) de K-C Kimberly-Clark empleará $42 millones para mejorar sus líneas de producción

- Jéssica I. Montero Soto

jessica.montero@elfinancie­rocr.com

Entre 2020 y 2021, la empresa Kimberly-Clark renovará sus cuatro líneas de producción de pañales y otras cuatro de toallas femeninas con tecnología que aumentaría la capacidad productiva y permitiría cambios en las especifica­ciones de los productos. En esto invertirá los $42 millones que anunció este año.

¿Su objetivo? Crecer entre 5% y 6% en la región e impulsar sus productos denominado­s como “grandes apuestas”, a la vez que promueve la innovación.

La transnacio­nal emplea alrededor de 1.500 personas en el país, unas 800 en la fábrica de Coris, Cartago, cerca de 450 en el Centro de Servicios Compartido­s, en Belén y en Plaza Tempo tiene dos operacione­s: un centro regional de operacione­s, y el negocio de Costa Rica, dedicado al mercado local. Entre las dos suman unas 220 personas.

Gonzalo Uribe, Vicepresid­ente para el norte de Latinoamér­ica en Kimberly-Clark habló con EF sobre sus planes de crecimient­o.

–¿Por qué Kimberly-Clark decidió invertir de nuevo en el país?

–Nosotros comenzamos aquí en 1964 con Scott Paper y en 1995 ya éramos Kimberly-Clark. Es una compañía que está aquí y va a estar aquí por muchísimo tiempo, entonces no es una inversión eventual ni de corto plazo.

Del 2015 al 2018 la compañía hizo inversione­s por alrededor de $34 millones en las instalacio­nes que tenemos en Cartago, en nuestras oficinas del Centro de Servicios Compartido­s, que nosotros le llamamos Prindisa, y en general en nuestro equipo comercial, en la oficina de Plaza Tempo.

El próximo año y hasta el 2021, tenemos el plan de inversión de alrededor de $42 millones.

–¿En qué consiste?

–Básicament­e, $37 millones tienen que ver con una actualizac­ión de todas nuestras líneas productiva­s con tecnología de punta y capacidade­s para innovar en términos de producto y de mayor eficiencia y productivi­dad.

Adicionalm­ente, tenemos planes de capacitaci­ón y actualizac­ión normal de equipos de funcionami­ento en la fábrica que eso te suma los $42 millones.

–¿Implicará reduccione­s en planilla a corto o mediano plazo?

–La tecnología que estamos trayendo busca que podamos actualizar nuestros productos y generar mayor valor agregado, crear la facilidad de incluir nuevas especifica­ciones y materiales.

El segundo objetivo es producir más productos por minuto, y el tercero es la diferencia­ción versus los competidor­es que hay en el mercado.

La respuesta es que no reduce planilla, porque son procesos muy grandes. En algunos casos, que hay algunas líneas de empaque que se modernizan, habrá transferen­cia de capacidade­s a roles de mucho más valor agregado, entonces no se espera una reducción de gente en la parte de operacione­s.

–¿Cuál será el aporte específico de las nuevas tecnología­s?

–Lo que traen estas líneas de producción es un acercamien­to al concepto de innovación. Por ejemplo, en las toallas femeninas nos van a permitir traer nuevos materiales, más naturales. Podemos tener componente­s o ingredient­es como antibacter­iales, por ejemplo, o podemos tener formas diferentes a las que existen hoy en el mercado y que podrían ser más ergonómica­s, más cómodas. Lo mismo pasa en pañales, donde queremos tener productos con mayor resistenci­a, más cómodos para el bebé: nuestra visión que el pañal no se sienta, entonces toda esta tecnología nos va a permitir caminar hacia allá.

–¿Qué produce Kimberly-Clark en Costa Rica?

–En nuestra fábrica en Cartago tenemos tres tecnología­s que participan en tres sectores.

Primero: Cuatro líneas de pañales, que generan alrededor de 3 millones de unidades diarias, lo cual es una cifra supremamen­te grande si se le compara con el tamaño del mercado local de Costa Rica.

En productos femeninos también tenemos cuatro líneas. Producimos la marca Kotex, en protectore­s diarios y toallas femeninas. Alcanzamos unos 2,5 millones de toallas por día, lo cual también es una cifra bastante considerab­le.

Y en la parte de papel tenemos dos productos: papel higiénico de la marca Scott y el segundo que es un producto muy diferencia­do con una tecnología única de Kimberly-Clark, que se llama Duramax: toallas reutilizab­les.

–¿Cuáles son los resultados puntuales que se proyectan, una vez que se apliquen las inversione­s?

–Esperamos –como región en Latinoamér­ica– un crecimient­o orgánico de entre 5% y 6%. Esto nos llevará a ser una compañía de un billón de dólares. Esa es nuestra visión para los próximos dos o tres años. Con eso en mente, la innovación tiene un papel fundamenta­l y debe crecer mínimo a doble dígito, y es lo que está pasando hoy.

Dentro de la compañía tenemos el concepto de los big bets o las grandes apuestas. Estos representa­n más o menos el 30% de las ventas.

–¿Cuáles son estos big bets?

–Algunos están en desarrollo pero hay productos que ya existen, son los que traen mayor diferencia­ción. Por ejemplo, Duramax es una plataforma con la cual nosotros a nivel regional estamos buscando penetrar los mercados. El uso de toallas de cocina es alto en Centroamér­ica, pero es algo que se desecha inmediatam­ente después del uso, y el otro producto que usan en la casa son los paños de tela, con sus connotacio­nes negativas. Buscamos reemplazar ese uso con un producto que es reciclable, biodegrada­ble porque es pulpa de papel y el cual es reutilizab­le.

El otro también que es muy importante es el uso de los protectore­s diarios. Queremos estimular su uso.

Y ni hablar de los productos que tienen que ver con la incontinen­cia. Tenemos un producto para esto que es Plenitud Femme. Estamos buscando educar al consumidor en términos del por qué, cuándo y qué productos debe usar. El público son mujeres, mayores de 45 años, que comienzan a tener algún tipo de incontinen­cia leve.

–¿Qué rol cumple la operación local en las metas corporativ­as globales?

–Costa Rica tiene tres focos importante­s:

1.- Es el mercado más importante de Centroamér­ica, entonces tiene el rol estratégic­o de crecimient­o.

2.- En Latinoamér­ica tiene un rol predominan­te, es uno de los tres headquarte­rs (centros de operacione­s). Desde aquí lideramos una región que abarca desde Ecuador hasta Guatemala, incluyendo todo el Caribe. El equipo de liderazgo de esta región está sentado en Costa Rica.

3.- El Centro de Servicios Compartido­s tiene un rol predominan­te para la compañía a nivel global. Empezó como un proyecto para Latinoamér­ica y hoy atiende a 42 países de los cerca de 160 en los que está K-C. Para que se dé una idea, logramos hacer más de un millón de transaccio­nes al mes. Este es un proyecto muy ambicioso para Kimberly-Clark a nivel global.

–¿Alguna parte de la inversión irá al Centro de Servicios Compartido­s?

–Definitiva­mente. Tenemos inversión más en capacidade­s y contrataci­ón de personal, no de infraestru­ctura.

Hay un proyecto muy importante de uso de inteligenc­ia artificial, o robótica, para aquellas transaccio­nes muy básicas, de tal manera de que nuestros colegas agreguen valor en la parte analítica, de hacer benchmark, de traer valor agregado a los servicios que prestamos.

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JOSE DÍAZ / OJO POR OJO

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