El Financiero (Costa Rica)

AyA busca fondos para concluir plan de alcantaril­lado

- Laura Ávila

Costa Rica tiene un lastre histórico en alcantaril­lado sanitario y al 2019 solo hay capacidad para tratar el 15% de las aguas residuales. El Proyecto de Mejoramien­to Ambiental del Área Metropolit­ana de San José (PMAAMSJ) planeaba incrementa­r la cobertura, no obstante, el Instituto Costarrice­nse de Acueductos y Alcantaril­lados (AyA) se quedó sin dinero y solo podrá concretar el 80% de las obras.

Financiar el 20% restante le costará al país $172,7 millones de los cuales $53,9 millones serían para la atención de vulnerabil­idades y $118,8 millones para obras en las redes de alcantaril­lado sanitario Zona Sur, así como la extensión en las cuencas Mozotal, Purral y Torres, y María Aguilar, Poró y Mina. Estos datos se desprenden de documentos proporcion­ados por la entidad a este semanario.

Con este panorama la institució­n descarta financiar las obras mediante la tarifa que cobra a sus abonados, según confirmó Marco Fidel Vargas, gerente de la unidad ejecutora.

Estudios que no contemplar­on la magnitud real de las obras y una larga lista de imprevisto­s, drenaron los recursos y dejaron a la institució­n con las manos atadas para poder finalizar el proyecto.

laura.avila@elfinancie­rocr.com

La informació­n sobre el hueco presupuest­ario que enfrenta la entidad la dio a conocer semanas atrás el diario La Nación.

Obras pendientes

Financiar el 20% restante del PMAAMSJ costaría en total $172,7 millones y el dinero se utilizaría para dos grandes paquetes de obras.

Atender el sistema de colectores –es decir, las tuberías de gran tamaño que recogen el caudal del alcantaril­lado y que van a orilla de los ríos– es prioritari­o, según el gerente de la unidad ejecutora. Hay más de 50 puntos donde existe riesgo de derrumbe del terreno y por ende de la tubería; las estructura­s tienen más de 50 años de antigüedad y están en mal estado.

En este caso los $53,9 millones serían para atender los colectores y subcolecto­res ubicados en Curridabat, Desamparad­os, La Unión y

San José. El plan inmediato es obtener el dinero para ejecutar obras de protección en las márgenes de los ríos ya que en los últimos años los cambios en las riberas han generado deslaves y colapso de los terrenos.

También se requieren $118,8 millones para ampliacion­es de la red de alcantaril­lado y la extensión de cuencas. Los trabajos en las redes del alcantaril­lado sanitario Zona Sur tienen un costo estimado de $37 millones y los recursos serían para construir nuevas redes terciarias, que son más pequeñas y que se conectan a los hogares.

Estas obras son necesarias en San José, Desamparad­os, Aserrí, Alajuelita, Curridabat y La Unión.

Mientras que las redes de alcantaril­lado y las cuencas que se deben ampliar son las de Tiribí, Chagüite y Damas, por un valor de $44,1 millones; las de Mozotal, Purral y Torres para las que se requeriría­n $20,7 millones; y las de María Aguilar, Poró y Mina que necesitarí­an $17 millones.

En dichas zonas hay necesidad de colectores más largos para que el proyecto pueda ir hacia el este de la ciudad, según Vargas. Marzo del 2020 es la fecha en la que el AyA espera contar con los nuevos recursos para iniciar con las licitacion­es.

Ahora bien, la institució­n aún tiene disponible­s más de $100 millones para concretar obras que ya están en marcha y para iniciar trabajos en los próximos tres años. Por ejemplo, las obras en los colectores de la cuenta Rivera y las redes terciarias de La Uruca, Goicoechea,Vázquez de Coronado, Tibás, Moravia y Montes de Oca están programada­s para iniciar en agosto del 2020 y tienen un costo de $28,3 millones.

Con los recursos actuales el AyA logrará avanzar hasta el

Dinero solo alcanza para el 80% de las obras previstas

80% de la totalidad del proyecto PMAAMSJ. Esto permitirá que la planta de tratamient­o Los Tajos – que se construyó como parte de la iniciativa– pueda tratar el 75% de las aguas residuales.

Para financiar el PMAAMSJ el AyA contó con $150 millones de la Agencia de Cooperació­n Internacio­nal de Japón (JICA), una contrapart­ida nacional de $100 millones ($75 millones fueron financiado­s por el Banco Nacional) y con $50 millones de un financiami­ento con garantía soberana del Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID), indicó el gerente de la unidad ejecutora.

Actualment­e la institució­n está en la búsqueda de recursos y tanto el Banco Nacional (BN) como el Banco de Costa Rica (BCR) han mostrado interés. El BID que también participar­ía si las entidades bancarias aceptaran sindicar el crédito para compartir el riesgo.

El AyA también evalúa opciones de una alianza público privada, según Rocío Aguilar, ministra de Hacienda, “dado que las importante­s necesidade­s de infraestru­ctura hay que apalancarl­as con el sector privado”.

Retrasos

Una larga lista de imprevisto­s dejaron sin recursos a la entidad para poder concluir de manera satisfacto­ria el proyecto y saldar la deuda histórica que tiene el país.

El consorcio NJS-Sogreahela­boró los diseños así como las reestimaci­ones de costos, no obstante, a la hora de iniciar el proyecto el AyA descubrió que las licitacion­es de las ofertas eran mayores al presupuest­o que se había estipulado.

Otro factor que incidió en los incremento­s fue incluir el 100% del costo del equipo de microtunel­eo, con el que se sitúa la tubería subterrrán­ea a profundida­des superiores a cinco metros. A nivel internacio­nal el uso de estos instrument­os se hacen en varias obras, el costo se diluye y se cobra solo el 30%.

No obstante, como las empresas nacionales no cuentan con ellos y deben importarlo­s se cobra el 100%.

También se dieron aumentos por trabajos que estaban programado­s para ejecutarse de día pero que tuvieron que realizarse de noche, por lo que el pago de planilla en horario nocturno y el alumbrado incrementa­ron los costos.

Además impactaron las obras que debieron ejecutarse en un horario limitado, sobre todo en áreas de mucho tránsito. El acomodo de la cuadrilla y de los instrument­os necesarios a la hora de iniciar y concluir las obras hace que el tiempo efectivo de labores sea menor.

Los equipos encontraro­n sorpresas con la ubicación de las tuberías subterráne­as pluviales, las cuales estaban en posiciones diferentes a las del diseño, por lo que se vieron obligados hacer ajustes. La invasión de precarios en las márgenes de los ríos donde se debían ejecutar intervenci­ones también implicó retrasos.

Si el AyA logra reunir los recursos para concluir el PMAAMSJ el país lograría aumentar su cobertura en alcantaril­lado sanitario hasta 26%, actualment­e es del 15%–. El porcentaje seguiría siendo bajo con respecto a la media mundial que es del 60%.

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