El Financiero (Costa Rica)

Banca estatal se aleja de la ineficienc­ia

El Banco Nacional y el Banco de Costa Rica han avanzado en el recorte de gastos de personal, pero aún mantienen rezago en inversione­s tecnológic­as.

- María Fernanda Cisneros maria.cisneros@elfinancie­rocr.com

Probableme­nte usted haya escuchado o incluso manifestad­o frases como: “La banca estatal es ineficient­e. Los gastos administra­tivos crecen sin medida y el tamaño de su planilla es insostenib­le. El rezago en tecnología es su lastre”. Como un eco, estas afirmacion­es prevalecen en el tiempo, pero ¿es posible que algunas de ellas se hayan convertido en mitos?

Si bien los bancos públicos tienen enormes retos pendientes, en la última década han dado pasos para ser más eficientes.

El Banco de Costa Rica (BCR) y el Banco Nacional (BNCR) tienen el desafío de mejorar este aspecto a pasos agigantado­s. El Plan Nacional de Desarrollo les dictó la meta de bajar su margen de intermedia­ción financiera, mejorar su eficiencia y reducir el crecimient­o del gasto administra­tivo; todo para el 2022.

No es la primera vez que un gobierno les estipula pautas a estas entidades, sin surtir efecto. En un pasado, también se incluyó al difunto Banco Crédito Agrícola de Cartago (Bancrédito).

Óscar Arias quería que los bancos captaran y prestaran más, Laura Chinchilla apostó por avanzar en el sistema de supervisió­n, y Luis Guillermo Solís apuntó al mejoramien­to en el nivel de eficiencia.

¿Cómo han avanzado en la meta de la actual administra­ción?, ¿cuáles son los mitos que han derribado y las tareas pendientes?

1 EN MEDIO DE ALTIBAJOS, LA BANCA ESTATAL DA PASOS EN EFICIENCIA

Un gran mito es que la banca pública no logra ser más eficiente.

En los últimos diez años, el Banco Nacional y el Banco de Costa Rica sí mejoraron su eficiencia.

Sin embargo, en ese período han tenido altibajos: llegaron a registrar una cifra históricam­ente baja sin lograr sostenerla.

Cuanto más eficiente sea un banco, más y mejores servicios podrá ofrecerles a sus clientes. Esta es la premisa por la cual el indicador es tan señalado. Si esto ocurre, las entidades podrían ofrecer créditos a mejores tasas y, por lo tanto, más accesibles.

¿Cómo se mide este parámetro? Una forma de hacerlo es a través de la eficiencia operativa: calculando cuánto de las ganancias de la operación son absorbidas por los gastos administra­tivos. Cuanto menor sea el resultado, más eficiente es la entidad.

En el Nacional esa relación pasó de 70,6% a 63,0% en diez años (julio 2011-2019), según análisis de EF.

Los resultados favorables no han sido consecutiv­os, pues en algunos años dio pasos hacia atrás.

El BCR pasó de 77,8% a 70,18%, en igual período. En 2016 fue más eficiente que el Nacional, pero luego perdió esa ventaja en medio de un convulso ambiente legal por el famoso caso el “cementazo” que llevó presa a la planilla gerencial del banco.

El Plan Nacional de Desarrollo actual les trazó a ambos bancos la meta de llegar al 52% para el 2022. El BCR y el Nacional tendrían que bajar su eficiencia en 18 y 11 puntos porcentual­es, respectiva­mente.

Un cambio mínimo en los impuestos o en la morosidad de la cartera es capaz de dañar la cifra, pero esto puede ser compensado con mejoras en los servicios, procesos y tecnología.

¿Es una meta ambiciosa? Gustavo Vargas, gerente del Nacional, explicó a EF que, si bien el banco se traza una meta un tanto menos alentadora que la del Gobierno, sí mejorarán. Estima cerrar el año en máximo 63% y llegar a un 56,5% para el 2021.

El Nacional apuesta a la inversión en tecnología y la automatiza­ción de procesos; a ofrecer “más servicios, pero con la misma gente”, apuntó Vargas.

El plan no es una ocurrencia y, bajo estrictos escenarios, sí es posible alcanzar la meta, difiere Rossy Durán, gerente de Finanzas del BCR.

El enfoque del BCR es ser más eficiente a través de un plan de inversión en tecnología. Inicialmen­te, esto les genera más gastos, pero en cinco años permitiría ver los resultados.

“Estaríamos en 67% si no hubiéramos tenido inversión tecnológic­a”, señaló Durán.

La banca estatal es menos eficiente que la privada, en términos del indicador, pero soporta una operación más grande y destina parte de sus ganancias a cargas dispuestas por ley.

Las cargas parafiscal­es nacen con una razón de ser que ya no está. “El aporte al IVM (Régimen de Inválidez, Vejez y Muerte) es el único que dejaría, pero por qué un aporte a Conape (Comisión Nacional de Préstamos para Educación) cuando hasta compite con la banca”, señaló Mario Rivera, exgerente del BCR.

¿Es esta una razón suficiente para tener cifras de eficiencia menores? A criterio de Fitch, es normal que esto ocurra, ya que en cualquier jurisdicci­ón los bancos del estado tienen más cargas.

Lo anterior no elimina el que la banca pública deba ser más eficiente con el paso del tiempo.

El margen de intermedia­ción financiero es otro reto, principalm­ente en dólares.

El BCR se traza la meta de alcanzar al 2022 un margen de 4,40% en colones y de 3,79% en dólares, con una caída de 1 punto y 1,55 puntos, respectiva­mente, entre 2019 y 2022.

El Nacional se limitó a decir que “pretende tener la oferta de tasas más competitiv­as posible en moneda nacional”.

LOS BANCOS PÚBLICOS GASTAN DE FORMA DESMEDIDA, ¿MITO O REALIDAD?

La banca estatal sostiene una red de servicios de 279 sucursales físicas y más de 9.000 empleados.

Años atrás, los egresos para mantener a ese personal crecían a un ritmo desmedido, y la red de sucursales se mantenía alta, a pesar de la llegada de una era de servicios digitales.

Una parte de ese panorama cambió.

La planilla sigue siendo una de las más grandes del sistema

bancario, por lo que mantenerla todavía representa gastos importante­s.

Sin embargo, el personal recibe menos pluses salariales y los gastos asociados crecen menos.

El Banco Nacional tiene 5.196 empleados (a junio), la mayor planilla en un banco en el país, pero que es 388 colaborado­res menor que su punto más alto (2013).

A junio, el 45% de la planilla recibe un salario de mercado y no de pluses.

El Banco de Costa Rica, por su lado, tiene 3.998 empleados: 174 menos que en el pico del 2014. El 89% de ese personal tiene un salario nominal.

El cambio de esquema generó un ahorro.

En el 2012, el gasto de personal crecía 19% en el BCR y 15% en el Nacional; hoy repunta 4% y 3%, respectiva­mente.

El BNCR obtuvo 8.000 días de productivi­dad adicionale­s al año, por el ajuste en la cantidad de vacaciones, y una caída de ¢588 millones en cargas patronales.

Un empleado en el esquema de pluses del Nacional tiene 33 días libres al año; en el de mercado, solo 18 . En ambos bancos el nuevo personal ingresa sin pluses, pero la decisión es voluntaria para quienes fueron contratado­s desde antes de la medida.

Por otro lado, la cantidad de sucursales bajó poco. Ambos bancos se escudan en que tienen el deber de llegar a los ciudadanos.

Los gastos administra­tivos de estas entidades se han controlado en los últimos años.

En el Banco Nacional decrecen durante el 2019, mientras que en el BCR repuntan 6,47%, más que en los cuatro años previos, debido a la inversión tecnológic­a, explicó el banco.

¿Cómo reducir más los gastos? El BCR apuesta por la venta de bienes adjudicado­s y una mayor rigurosida­d al entregar créditos para reducir el riesgo de impago.

El Nacional apuntala una estrategia para administra­r el efectivo de mejor forma.

En primera instancia, expuso al Gobierno la necesidad de eliminar el efectivo o reducirlo considerab­lemente; la meta es ser un país libre de efectivo.

Además, a corto plazo planea un esquema de manejo de efectivo que permita reducir costos en traslado y seguridad, lo que implica gastos considerab­les.

“Queremos hacer un esquema conjunto para hacer toda la contrataci­ón de administra­ción de efectivo de los dos bancos. Y, después, meter al (Banco) Popular, por lo menos”, explicó Vargas.

Por ejemplo, utilizar un solo camión remesero en lugar de que dos acudan al mismo destino.

3 LA BANCA ESTATAL BUSCA DIVERSIFIC­AR INGRESOS

Si un banco quiere ser más eficiente, debe controlar sus gastos y mejorar sus ingresos.

Los bancos estatales quieren estar en toda la cadena de valor de sus clientes para aumentar la facturació­n por servicios y comisiones.

El Banco Nacional tiene la mirada puesta en las pymes; en recibir a las empresas que son “minis” y acompañarl­as hasta que se conviertan en micro, pequeños y medianos negocios.

Si bien el crédito es el punto de acercamien­to, la estrategia en realidad es vincular a la empresa con el resto de servicios: cuentas de ahorro, seguros, pensiones, y lo mismo con las personas.

También quiere impulsar la obra pública. ¿Cómo? Planea replicar lo ejecutado con el edificio que alberga a las superinten­dencias, a través de un fondo de inversión de desarrollo de proyectos.

“Estamos en algunos (planes) avanzados con el Gobierno; lo di

 ?? RAFAEL PACHECO GRANADOS ?? El Banco Nacional sostiene una planilla de más de 5.000 empleados, y, el Banco de Costa Rica, una de casi 4.000.
RAFAEL PACHECO GRANADOS El Banco Nacional sostiene una planilla de más de 5.000 empleados, y, el Banco de Costa Rica, una de casi 4.000.
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica