Una profunda transformación en el INA
Da gusto ver cómo una de nuestras instituciones clave para el futuro ha iniciado una profunda transformación de su impacto sobre nuestra sociedad.
Aparte de haber logrado la aprobación de la ley de educación dual, es claro que su liderazgo está mucho más abierto a innovar y, ¿por qué no decirlo?, a experimentar con ideas novedosas que utilicen diferentes recursos para impulsar su misión.
Hace pocos días el INA anunció una alianza con una importante empresa telefónica para lanzar una plataforma de capacitación virtual, con cursos gratuitos en temas de tanta actualidad como administrador de nube y visualizador de datos, pero también con contenidos para sectores nacionales más tradicionales como el turismo y la gastronomía.
El INA ha incorporado además talleres, en horarios flexibles, para emprendedores y para la gestión competitiva de pymes, respondiendo así a retos importantes que necesitan nuevos abordajes en nuestro país.
Hace dos años, junto con
otras personas comprometidas con el futuro del país, planteamos un proyecto llamado Disrupción CR, cuyo propósito es lograr que los retos de la cuarta revolución industrial sean más fuente de oportunidades que de calamidades para el país. El grupo ha tenido altibajos en su conformación y desempeño y le ha faltado una base institucional de la cual partir.
Pues bien, sin que mediara coordinación directa, esta semana que está por finalizar el INA organizó un importante foro internacional: La Revolución industrial 4.0 y la Formación Profesional en Costa Rica, recogiendo la estafeta de convertir la cuarta revolución industrial en oportunidad mediante la formación de talentos, destrezas y capacidades en nuestra fuerza laboral del futuro.
Me complace que el INA vea hacia el futuro con decisión para lograr lo que más nos urge: contar con el talento humano necesario para seguir avanzando hacia el desarrollo.
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