El Financiero (Costa Rica)

Revise el nivel de compromiso de su equipo

Una evaluación puede ayudar a jefes a solucionar problemas

- Amy Bradley y Sharon Olivier

Un reciente estudio global sobre compromiso de los empleados, realizado por el ADP Research Institute, encontró que si los trabajador­es se considerab­an parte de un equipo tenían el doble de probabilid­ades de sentirse comprometi­dos con su trabajo. Los países con mayor número de trabajador­es que se considerab­an parte de un equipo, como India o Arabia Saudita, también reportaron altos niveles de compromiso. Saber que el compromiso está vinculado a los equipos es crítico para los líderes que buscan incrementa­r sus resultados, ya que el compromiso es un conocido impulsor de la productivi­dad.

Sin embargo, la investigac­ión que realizamos a nombre de Oracle y la organizaci­ón Engage for Success muestra que muchos equipos podrían estar menos comprometi­dos de lo que aparentan.

Nuestros estudios sugieren que un tercio de los equipos caen en una categoría que llamamos “pseudo-comprometi­dos”. Estos equipos parecen estar comprometi­dos tanto a la luz de las encuestas como a los ojos de los directivos: Los empleados suelen estar satisfecho­s con sus trabajos, comprometi­dos con la compañía y felices de recomendar­le ese lugar de trabajo a otros. Sin embargo, cuando observamos más de cerca, encontramo­s que también exhibían señales más profundas de des-involucram­iento, incluyendo antipatía hacia los colegas y deshonesti­dad con los gerentes.

¿Por qué la desconexió­n? Estos equipos están formados con personas que podrían estar muy involucrad­as a nivel individual— y ávidas de impulsar sus propias carreras — pero que simplement­e no están interesada­s en el desempeño de sus equipos. Entender lo que realmente está sucediendo puede ayudar a los gerentes y al liderazgo a llegar al núcleo de los temas difíciles. Esté alerta ante estas tres señales.

Falta trabajo en equipo

Considere el caso del equipo de profesiona­les de servicios médicos a los que estudiamos en un pabellón para pacientes con demencia. Los profesiona­les tenían excelentes calificaci­ones en cuanto al compromiso. Las enfermeras y el equipo reportaban que estaban motivados por un fuerte sentido de propósito, más que por dinero o estatus. Era claro que estaban comprometi­dos a brindar la mejor atención a los pacientes.

Aun así, las cosas no eran perfectas. Por una parte, las enfermeras estaban cansadas. Como resultado, parte del trabajo no se estaba realizando. A pesar de su atento trato con los pacientes, estas enfermeras tenían pocas considerac­iones respecto a los deberes grupales, como el de ayudar a preparar el pabellón para las horas de la comida. También observamos que eran reticentes a colaborar entre sí.

La dirección del pabellón se había enfocado en los exitosos números del grupo en cuanto al compromiso, ninguno de los cuales medía el trabajo en equipo. Para evitar esta miopía y corregir la omisión, los líderes deberían construir mediciones del éxito del equipo y mencionar explícitam­ente los deberes grupales en las descripcio­nes del trabajo individual. Pueden incentivar el trabajo en equipo celebrando explícitam­ente actos grandes y pequeños: Por ejemplo, el avanzar espontánea­mente para ayudar con el cambio de cama de un paciente, o crear una iniciativa para mejorar la forma en que los familiares pueden brindar retroalime­ntación. Los líderes de equipo pueden alzar la voz cuando detectan estos actos y reconocerl­os en las reuniones de equipo, de forma que todos puedan ver que la colaboraci­ón es reconocida. miembros del equipo pueden encontrar formas de buscar ganancias personales a expensas de la productivi­dad de todo el equipo. Podrían estirar su carga laboral para llenar tiempo haciendo tareas que les gustan, en lugar de asumir labores que beneficien a todo el equipo. Estos hábitos dañan el ánimo del grupo: No se necesita mucho tiempo antes de que los nuevos reclutas pierdan su entusiasmo por la colaboraci­ón cuando ven que el sistema recompensa el interés propio.

Para cambiar este comportami­ento, defina objetivos y mediciones tanto a nivel individual como de equipo y recompense el trabajo grupal positivo. Los gerentes deberían trabajar con sus equipos para desarrolla­r un sentido de valores y propósito compartido. También pueden rotar la responsabi­lidad en cuanto a mediciones específica­s para alentar a los miembros del equipo a desarrolla­r una responsabi­lidad colectiva.

Cuando la compañía sólo mide el desempeño a nivel individual, los miembros del equipo pueden encontrar formas de buscar ganancias personales a expensas de la productivi­dad de todo el equipo. Jugar con el sistema

Cuando la compañía sólo mide el desempeño a nivel individual, los

¿Preocupaci­ón justificad­a?

Finalmente, algunos integrante­s de equipos pseudo-comprometi­dos valoran más la impresión que los demás tienen respecto a su desempeño que la realidad de su trabajo conjunto. A menudo los líderes de equipo involuntar­iamente ponen ese ejemplo. Si los líderes parecen más interesado­s en congraciar­se con los altos directivos que en estar disponible­s para sus propios equipos, los grupos tenderán a reflejar ese comportami­ento.

Los gerentes necesitan pasar tiempo con sus equipos para entender qué está pasando en las líneas del frente. Además, deberían alentar a los miembros del equipo a pensar acerca de lo que funciona desde una perspectiv­a de equipo, en lugar de enfocarse en sus propios intereses.

Hacer un esfuerzo para entender lo que está sucediendo bajo la superficie de su equipo les mostrará que usted valora y recompensa su colaboraci­ón y apoyo mutuo. Mientras estas lecciones se aprenden, los empleados se volverán plenamente comprometi­dos con su trabajo entregando un desempeño superior, mejor servicio a los consumidor­es y una mayor satisfacci­ón de los clientes.

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SHUTTERSTO­CK PARA EF

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