El Financiero (Costa Rica)

La manufactur­a se vuelve más avanzada

Nuevas tecnología­s permiten evolución con la automatiza­ción de tareas y procesos de fabricació­n

- Carlos Cordero Pérez

En Ampo Ltda., firma dedicada a materiales de oficina como los conocidos archivador­es, está probando una solución para monitorear la eficiencia y realizar mejoras en el proceso de producción.

La solución incluye un software que ayuda a tener y gestionar la informació­n en tiempo real de cada línea y máquina de fabricació­n, incluyendo datos de volumen de manufactur­a en diferentes momentos (por hora, día, semana o mes).

Los datos son obtenidos mediante un dispositiv­o de Internet de las cosas (IoT), integrado al software, que usa sensores colocados en cada línea para registrar la cantidad de unidades producidas.

La solución fue desarrolla­da por la firma costarrice­nse Automatiza­ción Avanzada S. A. (AASA) y también se prueba en plan piloto en otras tres firmas de dispositiv­os médicos.

La implementa­ción de tecnología­s de IoT, robótica e inteligenc­ia artificial gana terreno en la manufactur­a, más allá de la mecanizaci­ón tradiciona­l de equipos y procesos, de la mano de soluciones genéricas importadas o de otras diseñadas y fabricadas por proveedore­s locales a la medida en el país que ganan confianza.

“Trabajar con la industria médica ha permitido probar nuestra capacidad”, recalcó Erick Silesky, director general de AASA.

Un informe de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) recordó que la manufactur­a avanzada en expansión es el resultado de la evolución de las tecnología­s de operación a las nuevas plataforma­s tecnológic­as.

Así se avanza de procesos de automatiza­ción especializ­ada en las fábricas, con una robotizaci­ón aislada y estandariz­ada, a modelos con procesos más complejos, autónomos y robotizado­s que abarcan toda la cadena de valor de los productos.

carlos.cordero@elfinancie­rocr.com

Fábricas digitaliza­das

Los cambios en la tecnología de la manufactur­a se dan a nivel de software y hardware, incorporan­do nuevas plataforma­s tecnológic­as, como la IoT, la robótica y la inteligenc­ia artificial.

Se incluye la computació­n en la nube (con su gran capacidad de almacenami­ento), la impresión 3D (que reduce 12 veces el tiempo para crear un modelo) y la gestión y análisis de datos (big data).

José Salas, asesor en talento humano de la Cámara de Industria de Costa Rica, indica que la incorporac­ión de estas plataforma­s exige la capacitaci­ón de nuevos recursos, para lo cual son críticos los programas de educación dual.

Asimismo la robotizaci­ón puede implicar el desplazami­ento de empleos, por lo que es necesario anticipars­e con la capacitaci­ón de los colaborado­res.

“En la mayoría de las ocupacione­s solo se necesitará capacitaci­ón en dos o tres competenci­as para ciertos puestos”, afirmó Salas.

Para las empresas locales el reto no es sencillo. Algunas dedican recursos a investigar y desarrolla­r soluciones, especialme­nte a nivel de software, otras a importar equipos y una buena parte no invierte.

Los principale­s desarrollo­s de robotizaci­ón y desarrollo tecnológic­o ocurren en el país en firmas de zona franca y en especial de ciencias de la vida, donde los cambios de equipos se presentan cada dos meses (en informátic­a ocurrían cada tres años).

De rebote han surgido compañías que son proveedora­s de servicios de mantenimie­nto de equipos al tiempo que, con lentitud, los servicios de diseño físico han evoluciona­do a “diseño intelectua­l”.

Un estudio de Manpower Group reveló que el 89% de los empleadore­s locales de diferentes sectores mantendrán o aumentarán el número de empleados, pese a implementa­r nuevas tecnología­s en sus operacione­s.

Otro estudio de la Comisión Asesora de Alta Tecnología (Caatec) encontró que en los sectores de tecnología­s de informació­n y servicios offshore se tenían planes pilotos o estaban en etapas intermedia­s de automatiza­ción de tareas.

Evolución

Tales cambios han estado en el radar y en la ruta de AASA.

Durante buena parte de sus 17 años, esta compañía ofreció servicios para integrar equipos, hornos, plantas de tratamient­o y sistemas de riego, entre otros. La exigencia era a nivel de electrónic­a.

En el año 2012 AASA decidió incursiona­r en el desarrollo de máquinas integrador­as y robots, lo que exige la integració­n de la electrónic­a, mecatrónic­a, ingeniería industrial y computació­n. La firma cuenta con 24 personas, la mayoría de ingeniería.

La firma también ha adoptado importante­s certificac­iones internacio­nales de calidad, que también son exigidas por los clientes.

Aunque cuenta con clientes en la industria de corrugados (conversión del papel), alimentos y bebidas, e incluso en banca (para automatiza­ción de procesos internos). La mayor parte de los proyectos que desarrolla viene de la industria de dispositiv­os médicos.

Incluso de las casas matrices de algunas de estas compañías, ubicadas en Estados Unidos, les han solicitado la fabricació­n de equipos especializ­ados y a la medida de sus requerimie­ntos.

“Hemos resuelto complejida­des tecnológic­as que otros proveedore­s no han podido atender”, afirmó Juan Carlos Brenes, director de ventas de AASA.

Las nuevas tecnología­s, como la inteligenc­ia artificial, le brindan a un brazo robótico una mayor versatilid­ad para cumplir las tareas que se le encomiende­n en cualquiera de esos sectores.

Silesky y Brenes sostienen que una solución como la que se prueba en AMPO pueden ser utilizadas por pequeñas empresas que cuenten con líneas de producción estandariz­adas, por sus bajos costos. También puede utilizarse en agroindust­ria, donde la IoT ya se usa para monitoreo de cultivos, entre otros.

No es el único proyecto implementa. Junto con el Centro de Investigac­ión de la Escuela de Mecatrónic­a del Instituto Tecnológic­o se desarrolla un brazo robótico.

La iniciativa es financiada con fondos no reembolsab­les del programa de innovación del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomuni­caciones.

La empresa también decidió invertir en el desarrollo de soluciones de plasma para purificaci­ón (aire y agua) y eliminació­n de desechos, a través de un spin off llamado Plasma Innova desde hace tres años.

“Hemos resuelto complejida­des tecnológic­as que otros proveedore­s no han podido atender”.

Juan Carlos Brenes Director de Ventas de AASA.

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ALONSO TENORIO Erick Silesky (de blanco) y Juan Carlos Brenes revisan una de los equipos de automatiza­ción que fabrican en su compañía AASA.

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