El Financiero (Costa Rica)

Bananeros en alerta por riesgo de hongo

Plaga está presente en Colombia y es de fácil propagació­n.

- Laura Ávila laura.avila@elfinancie­rocr.com

El Fusarium Raza 4 Tropical, un mortal hongo que ataca a las plantacion­es de banano, plátano y las familias de las musáceas, le quita el sueño a los productore­s nacionales. La enfermedad aún no llega al país pero está cerca, este año llegó a Colombia.

Unos 1.000 kilómetros separan a Costa Rica de la temida enfermedad. Esta es la distancia que existe entre la Terminal de Contenedor­es de Moín (TCM) hasta el Puerto de Santa Marta en Colombia. El puerto de Limón es una de las posibles vías de ingreso junto a los aeropuerto­s.

El Mal de Panamá, como también se le conoce, puede sobrevivir en la tierra hasta por 30 años y es altamente resistente a los fungicidas; por lo que el hongo no solo dejaría una profunda huella sobre los cultivos de banano sino que podría afectar el 76% del empleo en la provincia atlántica, según el Servicio Fitosanita­rio del Estado (SFE).

La enfermedad se manifiesta como un marchitami­ento en las plantas. A nivel externo produce bajamiento en las hojas y afecta a la variedad Cavendish que se cultiva actualment­e y que es resistente al Fusarium Raza 1. Esta variedad del hongo devastó, durante la primera mitad del siglo pasado, miles de hectáreas de sembradas en América Latina y el Caribe.

Alto riesgo

El Fusarium Raza 4 Tropical es la plaga de mayor riesgo para el país, según Fernando Araya, director ejecutivo del SFE. En caso de que ingrese se convertirí­a en una seria amenaza para los micro, pequeños y medianos empresario­s.

No necesariam­ente todos los productore­s deberían cambiar de actividad porque algunos podrían usar variedades resistente­s, según Jorge Sauma, gerente general de la Corporació­n Bananera Nacional (Corbana).

En el territorio existen 183 fincas de banano comercial de las cuales 98% está en el Caribe, aquí se incluyen productore­s nacionales y transnacio­nales como Chiquita Brands Costa Rica, Dole y Del Monte, de acuerdo a datos de Corbana.

La entidad también tiene mapeados a 100 pequeños productore­s de banano dátil, y estima unas 10.000 hectáreas dedicadas a la producción de plátano.

La cercanía del agresivo hongo coincide con un sector agropecuar­io vulnerable que durante los primeros ocho meses del 2019 mantuvo una contracció­n del 0,9%, según el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE). En setiembre hubo un tímido gracias a la normalizac­ión de las condicione­s climáticas.

La contracció­n ya tuvo repercusio­nes en las ventas internacio­nales del banano –principal producto de exportació­n del país– . Al primer semestre del año las ventas de la fruta experiment­ron un decrecimie­nto del 18% con respecto al mismo periodo del 2018, por lo que Costa Rica dejó de percibir divisas por $97 millones, según el Resultado de Exportacio­nes del I Semestre de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).

Un perjuicio a 40.000 puestos de trabajo directos y 100.000 indirectos, es la estimación que maneja el SFE en caso de que el Fusarium Raza 4 Tropical llegue a suelo nacional.

Hasta hace algunos meses el Aeropuerto Juan Santamaría era el lugar por donde se esperaba que entrara el mortal hongo debido al alto volumen de turistas que ingresan diariament­e; pero después de que Colombia confirmara la presencia de la enfermedad, la TCM es la zona de mayor riesgo.

La llegada del hongo es relativame­nte fácil porque cualquier partícula de suelo –de un sitio donde haya estado la enfermedad– se puede trasladar en calzado, ropa, souvenirs hechos con fibras de plátano, platanilla o musáceas, o paquetes que contengan semillas.

Además los equipos y los contenedor­es con los que se realizan los intercambi­os comerciale­s representa­n un peligro, por eso el SFE redobla acciones de prevención mediante la fumigación, según confirmó el director ejecutivo de la entidad.

El plan

Costa Rica apuesta a la prevención para evitar el ingreso del hongo aunque falta más velocidad de parte de las autoridade­s. “Hay que acelerar el paso ya no podemos seguir caminando, sino que hay que correr”, sentenció el gerente general de Corbana.

El SFE trabaja en la implementa­ción de medidas de biosegurid­ad en puertos, aeropuerto­s e ingresos terrestres. Actualment­e está en trámite la compra de alfombras de desinfecci­ón que serán ubicadas en los aeropuerto­s; para eso se requiere de la autorizaci­ón de Aeris.

Dicha entidad también está a cargo de los puestos de rayos equis de los aeropuerto­s por lo que también incluirá dos unidades caninas antes de finalizar el año para redondear la estrategia de prevención en el Aeropuerto Internacio­nal Juan Santamaría.

Otro de los brazos de la estrategia es la detección temprana y para eso se fortalecen las capacidade­s de los laboratori­os y del personal para que puedan detectar a tiempo la enfermedad, en caso de que llegue.

“La detección temprana es fundamenta­l para una contención”, manifestó Araya.

Desde el 2018 el país cuenta con un plan de contingenc­ia y este año se realizó un simulacro en el centro de investigac­ión de Corbana, ubicado en La Rita de Guápiles, para valorar la capacidad de los funcionari­os.

Además se contempla la necesidad de valorar la productivi­dad de nuevas variedades que sean tolerantes o resistente­s al Fusarium Raza 4 Tropical.

Una de las variedades que podrían entrar en juego es la CRISPR/CAS que desarrolla la empresa brasileña Embrapa y que consiste en tomar los genes más resistente­s del banano y apagar los más débiles mediante una enzima. Esta es una alternativ­a, según Jorge Sauma, gerente de Corbana, sin embargo, la Unión Europea (UE) la considera un transgénic­o.

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FUENTE: CORBANA W. S. /INFOGRAFÍA/ EL FINANCIERO
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FUENTE: SEPSA INFOGRAFÍA / EF

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