Entidades locales usan ‘blockchain’
Contraloría, Cenfotec e Icafé lo emplean para mejorar trazabilidad.
La Contraloría General de la República, la Universidad Cenfotec y el Instituto del Café de Costa Rica (Icafé) tienen algo en común: las tres entidades trabajan en soluciones de blockchain para garantizar trazabilidad y transparencia en sus procesos.
El blockchain es una estructura matemática en la que se almacenan datos de forma tal que resulta prácticamente imposible falsificarlos o robarlos.
Esta tecnología se hizo popular por el Bitcoin y las demás criptomonedas, pues sirve como registro de las transacciones que se hacen en la web.
Actualmente, empresas y organizaciones aprovechan la tecnología para hacerle frente a la crisis de confianza que se vive en un mundo hiperconectado.
El espíritu del blockchain es facilitar la transparencia mediante un registro único, consensuado y distribuido en varios nodos de una red.
Cenfotec, Icafé y la Contraloría usan la tecnología
Trayectoria académica
La Universidad Cenfotec encontró una oportunidad para validar la trayectoria académica de sus estudiantes mediante esta tecnología. Se trata de una especie de insignia digital que se le da al alumno una vez concluido su programa de estudios y que puede compartir en su currículum o incluso en redes sociales.
Cuando el empleador le da clic a esta insignia, se despliega toda la información relacionada con la formación académica del postulante: pasantías, hackatones, proyectos universitarios, técnicos, cursos, maestrías, diplomados, bachilleratos e incluso el desarrollo de habilidades blandas que logró en la universidad.
Los datos están respaldados en un sistema blockchain que le permitirá al empleador conocer con mayor detalle las destrezas del graduado.
Uno de los grandes problemas de los tradicionales títulos académicos es que se limitan a un nombre genérico y no muestran los alcances de esa formación.
“Hay esfuerzos que hacen los estudiantes que son de valor para el mercado laboral y que quedan en el olvido porque no se detallan en el certificado que obtuvieron”, comentó Paula Brenes, directora de mercado de la Universidad Cenfotec.
Consumo informado
La tecnología blockchain también es aprovechada por el Icafé para darles trazabilidad a sus cosechas y garantizar calidad en el grano de oro nacional.
Para el consumidor es prácticamente imposible saber si el café que consume es de la finca y del lote que indica la etiqueta o tener la certeza de que no fue mezclado ni expuesto a bacterias. Con la implementación de una cadena de bloques, se logra eliminar este punto de dolor.
La ventaja de tener un libro
blockchain es que es casi imposible modificarlo; esto significa que todo el proceso que lleva el cultivo se puede rastrear desde las fincas hasta que llega a su mesa.
“El mercado costarricense hoy compite únicamente por calidad, ya no por volumen, y el productor necesita demostrar esa calidad en el extranjero. Por ejemplo, el consumidor asiático revisa en su aplicación quién fue el caficultor, las plantas que tiene, dónde cultiva y demás información que le muestre el detrás de ese producto”, explicó Uriel Herrera, diseñador de la solución blockchain del Icafé.
Este instituto está trabajando en la identificación de los lotes de café y de sus agricultores para dar trazabilidad del tipo de plantaciones, la variedad del producto y el rango de calidad que posee.
Los desafíos que existen para desarrollar cadenas de bloques en esta industria consisten en recopilar los datos en el campo, crear una identidad para el agricultor y tomar su ecosistema de producción para asociarla a esta tecnología.
Para el Icafé, el próximo paso para dar mayor trazabilidad del producto será integrar toda esta información a los procesos de exportación, como las navieras, y especificar dónde es transportado, así como el tiempo de almacenaje.
Transparencia
La aplicación del blockchain también se puede llevar al sector público. La Contraloría General de la República vio que esta tecnología es una herramienta para dar confiabilidad en el proceso de compras públicas.
El Sistema Integrado de Compras Públicas (Sicop) es una plataforma tecnológica de uso obligatorio de la Administración Central para la tramitación de los procedimientos de contratación administrativa.
Actualmente, la Contraloría señala que Sicop tiene una debilidad importante: permitir que se adjunten, en el sistema, documentos en formato PDF; esto ya que no se registran los datos que están en esos archivos y porque se puede modificar la información –incluso en las fechas– mediante anotaciones. Además, estos documentos no se muestran a simple vista en la plataforma.
Al tratarse de un proceso de compra pública, se requiere de transparencia y un cumplimiento estricto de las fechas que establece la ley.
El problema actual es la falta de relación directa entre la información que está en digital y la que está en los documentos PDF.
“Si el PDF tiene que seguir conviviendo con Sicop, entonces es necesario darle una trazabilidad”, señaló Juan Manuel Delgado, abogado de la Contraloría General.
El blockchain mitiga este inconveniente al permitir el seguimiento de la información que se sube al sistema, de forma tal que los órganos de control puedan verificar cuándo se genera un análisis u otra modificación.
Sería una especie de sistema de notificaciones en tiempo real, para que exista una correspondencia de la información, y que a su vez facilite la comunicación entre todos los nodos de la cadena.
La Contraloría está trabajando con el Ministerio de Hacienda y con Radiográfica Costarricense (Racsa) para incorporar estas funcionalidades.
El gasto en soluciones basadas en la cadena de bloques aumentará $16.000 millones para 2023, según proyecciones de la firma IDC.