El Financiero (Costa Rica)

Japón no solo ama sus robots, también los necesita

La tercera economía más grande del mundo la automatiza­ción ayude a resolver la inminente escasez de mano de obra

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Eliminar los pequeños nódulos o brotes de las papas es un trabajo aburrido, repetitivo y que requiere mucho tiempo, por lo que pareciera que es una labor perfecta para los robots en un país donde la población está disminuyen­do y los trabajador­es son cada vez más escasos. Pero no es tan sencillo. Cuando una planta de procesamie­nto de alimentos que hace ensaladas de papas y estofados en Hokkaido, la isla ubicada más al norte de Japón, probó un prototipo de robot diseñado para quitar los nódulos de las papas resultó que la máquina no estaba a la altura.

Los sensores de la cámara del robot no fueron lo suficiente­mente sensibles como para identifica­r cada brote. Aunque las manos humanas pueden hacer rodar una papa en todas las direccione­s, el robot solo podía rotar las verduras en un solo eje, por lo que no pudo remover muchas de las imperfecci­ones que son tóxicas para los humanos. Además, otras piezas que estaban perfectame­nte buenas fueron peladas.

“Fundamenta­lmente, no podía hacer el trabajo al nivel de los humanos”, dijo Akihito Shibayama, gerente de fábrica en el Grupo Yamazaki, la organizaci­ón que opera la planta en Asahikawa, una ciudad mediana de Hokkaido donde 30 trabajador­es procesan alrededor de 15 toneladas de papas al día.

Factor humano

Japón, la tercera economía más grande del mundo, espera que los robots y otros tipos de automatiza­ción ayuden a resolver sus problemas demográfic­os y la inminente escasez de mano de obra. Esa prioridad se refleja en un plan del gobierno llamado Sociedad 5.0 y que ha sido enfatizado en repetidas oportunida­des por el primer ministro Shinzo Abe.

Pero las empresas están luchando porque algunos trabajos que parecen idóneos para ser convertido­s en procesos robóticos demuestran ser extremadam­ente difíciles al momento de cedérselos a una máquina.

Los robots pueden “realizar tareas simples, pero no las tareas que requieren de juicios o la capacidad de evaluar un cambio en una situación”, dijo Toshiya Okuma, director asociado de estrategia global en la división de negocios de robots de Kawasaki Heavy Industries, una desarrolla­dora japonesa que es líder en el segmento de la robótica y que durante mucho tiempo ha ayudado a automatiza­r las líneas de ensamblaje de las fábricas de autos.

La situación de los robots permite que Japón evite tomar decisiones difíciles sobre inmigració­n, un tema delicado en un país reacio a dejar entrar a muchos extraños. También es un buen ajuste cultural.

Japón fue uno de los primeros países que implementa­ron robots, instalándo­los en fábricas de automóvile­s desde la década de 1970. Y unas de las innovacion­es japonesas más queridas son los robots.

Doraemon, un adorable gato robótico de color azul, protagoniz­a una serie de cómics y uno de los programas de televisión más antiguos del país. Astro Boy, o Tetsuwan Atomu en Japón, es un superhéroe en cómics, programas de televisión y películas, una suerte de Pinocho androide que lucha por mantener la paz entre robots y humanos.

Aunque los negocios japoneses han sido hospitalar­ios con los robots, han aprendido que los robots capaces de realizar tareas algo sofisticad­as cuestan más que los trabajador­es humanos.

Es por eso que en la fábrica de Asahikawa, donde aproximada­mente el 60% del trabajo está automatiza­do, muchas tareas aún requieren el toque humano. Los trabajador­es pelan las calabazas, por ejemplo, porque parte de la piel mejora el sabor del estofado. Un robot no puede determinar cuánta piel se debe quitar.

Otros esfuerzos para usar robots o procesos automatiza­dos han tenido inconvenie­ntes, en programas que van desde autobuses autónomos hasta drones de entrega de paquetes o robots que confortan a los residentes de hogares de ancianos.

Un hotel atendido por androides en el sur de Japón terminó despidiend­o a algunos de sus robots después de que los clientes se quejaron de que no eran tan buenos en la hospitalid­ad como las personas.

Durante una prueba de autobuses autónomos en la ciudad de Oita, también en el sur de Japón, un autobús se estrelló contra una acera, y las autoridade­s se dieron cuenta de que los vehículos autónomos no estaban listos para enfrentar situacione­s como atascos de tráfico, transeúnte­s o automóvile­s que circulan cuando la luz del semáforo está en rojo.

Durante décadas, Japón ha sido líder en el uso de robots. Es el mayor fabricante mundial de robots industrial­es y alguna vez lideró el mundo en cuanto a la cantidad de robots por empleado, dijo Gee Hee Hong, un economista especializ­ado en Japón en el Fondo Monetario Internacio­nal.

Más recienteme­nte, según la Federación Internacio­nal de Robots, países como Singapur, Corea del Sur y Alemania han superado a Japón en la cantidad de robots por trabajador.

Lo que ayuda a impulsar el interés en los robots son las preocupaci­ones por la disminució­n de la población en Japón, donde los nacimiento­s están en su nivel más bajo desde 1874. Ya industrias como la manufactur­a, el cuidado, la construcci­ón y la agricultur­a están comenzando a quedarse sin trabajador­es.

Menos manos

En Hokkaido, por ejemplo, donde hay 1,2 vacantes de trabajo por cada residente en edad de trabajar, las pruebas recientes de camiones autónomos no se han percibido como una manera de deshacerse de los trabajador­es, ya que son escasos, según dicen las autoridade­s de la prefectura.

Hokuren, una compañía de alimentos que procesa azúcar de remolacha en el noreste de Hokkaido, necesita alrededor de 250 conductore­s durante la temporada alta de otoño para transporta­r 6.000 toneladas de remolacha por día desde las granjas e instalacio­nes de almacenami­ento hasta su planta de procesamie­nto.

Debido a la gran escasez de mano de obra que se presentó este año, Hokuren probó vehículos autónomos fabricados por UD Trucks, una subsidiari­a de Volvo con sede en Japón. Sin embargo, los funcionari­os de Hokuren dicen que se necesitan más pruebas para garantizar que los vehículos puedan manejar impediment­os como carreteras nevadas o heladas o cambios en los semáforos.

Genyou Imai, de 48 años, propietari­o de una empresa de camiones que suministra conductore­s a Hokuren, reconoció que no podía contratar la cantidad suficiente de empleados para satisfacer las necesidade­s de sus clientes y que los vehículos autónomos podrían liberar a su empresa para otros tipos de trabajo.

Aunque el Parlamento aprobó un proyecto de ley el año antepasado para otorgar nuevas visas a los trabajador­es extranjero­s con el fin de ayudar a enfrentar la escasez, el gobierno siempre ha enfatizado que los robots son la solución más probable.

“Donde potencialm­ente tendrías inmigrante­s haciendo el trabajo, dices: ‘Ve a hacer robots’”, dijo Selma Sabanovic, profesora de la Universida­d de Indiana.

DURANTE DÉCADAS, JAPÓN HA SIDO LÍDER EN EL USO DE ROBOTS. ES EL MAYOR FABRICANTE MUNDIAL DE ROBOTS INDUSTRIAL­ES Y ALGUNA VEZ LIDERÓ EL MUNDO EN CUANTO A LA CANTIDAD DE ROBOTS POR EMPLEADO, DIJO GEE HEE HONG, ECONOMISTA ESPECIALIZ­ADO EN JAPÓN DEL FMI.

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