Fanal: una débil tabla de salvación
El Gobierno espera obtener recursos vendiendo o concesionando la entidad
al pago de juicios con el Instituto de Desarrollo Rural (Inder) lo que le implicó desembolsar ¢390,9 millones ese mismo año y ¢461.4 millones en 2018, los dos montos por concepto de pagos de intereses y multas.
También en 2018 la fábrica de destilados contabilizó una deuda por ¢5.128 millones debido a atrasos en las transferencias por impuesto de renta, consumo y ventas que debe destinar al Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM), al Inder, a la Municipalidad de Grecia y al Ministerio de Hacienda.
A nivel global la entidad reportó pérdidas por ¢3.170 millones en 2017 y por ¢3.998 millones en 2018.
El escudo del monopolio
Fanal fue creada por medio del decreto ejecutivo N.° 99 emitido el 2 de setiembre del 1850 por el gobierno de Juan Rafael Mora. El objetivo de esta empresa es que el Estado destile alcohol etílico y produzca bebidas alcohólicas para consumo nacional.
La Ley de Código Fiscal (8) de 1885 establece en el artículo 443 que la producción de alcohol es un monopolio en manos de la Fábrica Nacional de Licores.
Es hasta 1956, cuando por medio de la aprobación de la Ley Orgánica del Consejo Nacional de la Producción (2035) se otorga la administración de la Fanal como una empresa estatal adscrita a la recién creada institución.
170 años después de su nacimiento legal, esta fábrica tiene una oferta de entre 16 y 18 productos que incluyen el guaro Cacique, rones, ginebra, ligados, cremas, vodka, alcohol y otros.
La empresa apostó por la diversificación y en los últimos años lanzó nuevas líneas de Cacique ligado con sabores, estas novedades le permitieron llegar a un segmento de mercado de personas más jóvenes.
Actualmente comercializan sus productos en supermercados y detallistas. También vende alcohol a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y exploran la posibilidad de proveer este producto a los comedores escolares del Ministerio de Educación Pública (MEP).
A pesar de todos estos movimientos comerciales, los esfuerzos y la suma de errores en el manejo financiero de los últimos años atan a esta entidad a un futuro incierto en el que algunas voces auguran un cierre técnico o la quiebra.
El mismo presidente ejecutivo del CNP dijo a La Nación, el 21 de enero, que “no existía el ningún escenario para vender Fanal”.
“La fábrica está en un problema financiero enorme porque los ingresos no dan para pagar cuentas. Hay deuda de muchos años que ni siquiera la empresa sabe de cuánto son, entonces se trabaja en cuantificarlas para tener claro el monto total”, comentó Bermúdez.
Sin embargo, la compleja situación fiscal del país con un déficit financiero que alcanzó el 6,96% del Producto Interno Bruto (PIB) al cierre del 2019 y una creciente deuda pública que llegará al 62,6% de la producción nacional este año, fueron resultados suficientes para cambiar de idea sobre la posibilidad de vender o concesionar Fanal.
“Hay que concluir los estudios técnicos. Una vez analizada la situación tan comprometida que tiene en sus finanzas, con una gran cantidad de deudas con el mismo Estado, veremos si el negocio tiene la rentabilidad que todos imaginamos”, comentó Garrido.
La idea no es nueva. El diputado Pablo Heriberto Abarca, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), presentó un proyecto de ley en junio del 2019 para cerrar el CNP y trasladar Fanal a Liga Agrícola Industrial de la Caña de Azúcar (Laica).
A finales del 2018 la Comisión para Promover la Competencia (Coprocom) recomendó al Gobierno eliminar el monopolio que recubre la producción de alcohol en Costa Rica.
Un análisis del mercado nacional determinó que el monopolio perjudica a los productores nacionales de licor porque los deja en desventaja frente a la Fanal y ante los comercializadores de destilados importados.
Aunque uno de los objetivos del monopolio era proteger a los productores de caña de azúcar, el estudio de Coprocom evidenció que este sector tiene buenos resultados desde hace más de 75 años.
Un ejemplo de esto es que la producción promedio internacional es de 55 toneladas de caña por hectárea, pero en Costa Rica llega a 73 toneladas por hectárea.
La investigación fue financiada con recursos de la Unión Europea y sirvió como insumo previo en la ruta de ingreso de Costa Rica a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Es así como una Fanal ahogada en deudas pero con marcas consolidadas en el mercado, se convirtió en parte del plan del Gobierno para consolidar las finanzas públicas.