El Financiero (Costa Rica)

Cada vez hay más robots en las granjas

Con 32 centímetro­s de ancho y más o menos la misma altura, y 13 kilos, el TerraSenti­a es uno de los bots agrícolas más pequeños disponible­s en la actualidad

- Knvul Sheikh

Afinales del año pasado, en un campo dedicado a las investigac­iones que se encuentra ubicado sobre la autopista 54, resplandec­ían los tallos de maíz en hileras de 12 metros de largo. Girish Chowdhary, ingeniero agrónomo de la Universida­d de Illinois en Urbana-Champaign, se agachó para colocar un pequeño robot blanco en el extremo de una hilera marcada con el número 103.

El robot, llamado TerraSenti­a, se parecía a una versión repotencia­da de una podadora, con neumáticos todo terreno y una cámara de alta resolución en cada extremo.

Casi de la misma manera en que los vehículos autónomos “ven” su entorno, el TerraSenti­a viaja por un campo mientras envía miles de pulsos láser para escanear el medioambie­nte. Solo bastaron unos pocos clics en una tableta para orientar el robot al inicio de la hilera antes de que saliera disparado, chirriando un poco mientras pasaba por los surcos del campo.

“Va a medir la altura de cada planta”, mencionó Chowdhary.

Iba a hacer eso y más. El robot está diseñado para generar el retrato más detallado posible de un campo, desde el tamaño y la salud de las plantas hasta la cantidad y la calidad de las mazorcas que cada planta de maíz producirá para el final de la temporada, todo esto para que los agrónomos puedan tener cultivos aún mejores.

Además de la altura de la planta, el TerraSenti­a puede medir el diámetro del tallo, el índice del área foliar y el “conteo de hileras” —la cantidad de plantas que producen granos o frutas— o todas estas caracterís­ticas en una sola medición.

Además, Chowdhary está trabajando para agregar incluso más caracterís­ticas, o fenotipos, a la lista con la ayuda de sus colegas en EarthSense, una empresa que él mismo creó para fabricar más robots.

Tradiciona­lmente, los fitogeneti­stas han medido estos fenotipos a mano y los han usado para elegir las plantas con las mejores caracterís­ticas para la creación de híbridos. La llegada de la secuenciac­ión del ADN ha ayudado, pues ha permitido que estos especialis­tas aíslen los genes de algunos rasgos deseables, pero aun así se necesita un humano para determinar si los genes aislados de la generación anterior en realidad producen mejoras en la siguiente.

“La idea es que los robots puedan automatiza­r el proceso de la clasificac­ión fenotípica y hacer que estas mediciones sean más confiables”, comentó Chowdhary. Al hacerlo, el TerraSenti­a y otros dispositiv­os similares pueden ayudar a optimizar el rendimient­o de las fincas agrícolas mucho más de lo que han podido lograr los humanos.

La automatiza­ción siempre ha sido una gran parte de la agricultur­a, desde las primeras sembradora­s hasta las segadoras trilladora­s de la actualidad. El equipo agrícola suele incluir sensores que utilizan el aprendizaj­e automático y la robótica para, por ejemplo, identifica­r mala hierba y calcular la cantidad de herbicida que se debe rociar o para aprender a detectar y recolectar fresas.

Energía solar

A últimas fechas, han surgido montones de robots más pequeños y habilidoso­s. En 2014, la empresa francesa Naïo lanzó diez prototipos de un robot llamado Oz que tan solo mide 90 centímetro­s de largo y pesa casi 136 kilogramos. Reúne fenotipos de cosechas de verduras aunque se devore las malas hierbas.

EcoRobotix, una empresa con sede en Suiza, fabrica un robot impulsado con energía solar que rápidament­e identifica cultivos y malas hierbas; el dispositiv­o se parece a una rinconera sobre ruedas. El popular fabricante de electrodom­ésticos Bosch también ha hecho pruebas con un robot llamado BoniRob para analizar el suelo y las plantas.

“De pronto, la gente se está dando cuenta de que la recolecció­n de datos y las herramient­as de análisis desarrolla­das durante el auge tecnológic­o de la década de 1990 se pueden implementa­r en la agricultur­a”, comentó George Kantor, científico sénior de sistemas en la Universida­d Carnegie Mellon, quien está utilizando su propia investigac­ión para desarrolla­r herramient­as que estimen el rendimient­o de las cosechas.

El TerraSenti­a es uno de los bots agrícolas más pequeños que están disponible­s en la actualidad. Con 32 centímetro­s de ancho y más o menos la misma altura, el robot de 13 kilogramos cabe bien entre las hileras de varios cultivos.

También se enfoca en recolectar datos mucho más antiguos en el panorama agrícola: la investigac­ión traza el lugar donde las sembradora­s eligen las variedades que a la postre llegarán al mercado.

Los datos que recolecta el TerraSenti­a están cambiando los métodos de cultivo que están dejando de ser procesos conservado­res para ser más predictivo­s.

Por medio de las habilidade­s avanzadas de aprendizaj­e automático del robot, los científico­s pueden recopilar la influencia de cientos, incluso miles, de factores en los rasgos futuros de la planta, de forma muy similar a lo que hacen los doctores cuando utilizan las pruebas genéticas para comprender la probabilid­ad de que un paciente desarrolle cáncer de mama o diabetes tipo 2.

“Al usar robots que clasifique­n los fenotipos, podemos identifica­r las plantas con mejor rendimient­o antes de que siquiera hayan liberado su polen”, señaló Mike Gore, biólogo botánico de la Universida­d Cornell.

Gore agregó que hacerlo podía reducir a la mitad el tiempo necesario para desarrolla­r una nueva variedad cultivada —una variedad de planta producida mediante reproducci­ón selectiva—, de alrededor de ocho años a tan solo cuatro.

Antes de que el TerraSenti­a pueda lograr un mejoramien­to avanzado de los cultivos para un amplio sector de los productore­s, debe perfeccion­ar algunas habilidade­s más.

En ocasiones, se tropieza con las ramas o los escombros o sus neumáticos se atoran en el terreno lodoso, y esto provoca que el usuario deba caminar detrás del vehículo y corrija su trayectori­a según se necesite.■

“EcoRobotix, una empresa con sede en Suiza, fabrica un robot impulsado con energía solar que rápidament­e identifica cultivos y malas hierbas“.

 ?? INSTITUTE FOR GENOMIC BIOLOGY/UNIVERSITY OF ILLINOIS ?? Un robot TerraSenti­a recorre un campo de investigac­ión en Farmer City. Está diseñado para generar el retrato más detallado posible de un terreno, desde el tamaño y la salud de las plantas, hasta el número y calidad de las mazorcas que cada planta de maíz producirá al final de la temporada.
INSTITUTE FOR GENOMIC BIOLOGY/UNIVERSITY OF ILLINOIS Un robot TerraSenti­a recorre un campo de investigac­ión en Farmer City. Está diseñado para generar el retrato más detallado posible de un terreno, desde el tamaño y la salud de las plantas, hasta el número y calidad de las mazorcas que cada planta de maíz producirá al final de la temporada.

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