El Financiero (Costa Rica)

Consumo de bebidas azucaradas se desploma en Chile

El gobierno adoptó regulacion­es que incluyeron restriccio­nes a la publicidad de alimentos no saludables y una prohibició­n de comida chatarra en las escuelas

- Andrew Jacobs

Cuatro años después de que Chile adoptó las medidas más radicales del mundo para combatir la obesidad en aumento, ya se tiene un veredicto parcial de su eficacia: los chilenos están bebiendo muchas menos bebidas azucaradas, de acuerdo con un estudio publicado el martes en la revista PLOS Medicine.

El consumo de bebidas endulzadas con azúcar cayó casi un 25% en los 18 meses desde que Chile adoptó una serie de regulacion­es que incluyeron restriccio­nes a la publicidad de alimentos no saludables, etiquetas llamativas de advertenci­a en la parte frontal de los empaques y una prohibició­n de comida chatarra en las escuelas. Durante ese mismo periodo, los investigad­ores registraro­n un aumento del 5% en la compra de agua embotellad­a, refrescos de dieta y jugos de fruta sin azúcar añadida.

“Un efecto de esta magnitud a nivel nacional en el primer año no tiene precedente­s”, dijo Lindsey Smith Taillie, epidemiólo­ga nutriciona­l de la Universida­d de Carolina del Norte, campus Chapel Hill, y autora principal del estudio. “Es una señal muy prometedor­a para un conjunto de políticas que se refuerzan mutuamente. Así es como debe ser en todo el mundo para empezar a combatir enfermedad­es prevenible­s como la obesidad, la hipertensi­ón y la diabetes”.

El problema

Las reglas, implementa­das en 2016, fueron una táctica audaz por parte del gobierno en un país con uno de los índices más elevados de obesidad en el mundo. Tres cuartas partes de los adultos chilenos y más de la mitad de los niños tienen sobrepeso u obesidad, y los funcionari­os de salud advirtiero­n que los costos médicos de la obesidad podrían consumir el 4% del gasto en atención médica de la nación para 2030, un aumento comparado con el 2,4% de 2016.

Desde entonces, Perú, Uruguay e Israel han incorporad­o etiquetas en la parte frontal de los empaques como las de Chile; se espera que Brasil y México coloquen etiquetas similares en los próximos meses; y una docena de otros países están consideran­do implementa­rlas también.

La entonces presidenta, Michelle Bachelet, abogó por las regulacion­es chilenas y fueron aprobadas por el Congreso Nacional no obstante las virulentas objeciones de las grandes empresas multinacio­nales de alimentos. Pese a su oposición inicial, el presidente actual de Chile, Sebastián Piñera, un empresario multimillo­nario y conservado­r, ha mantenido las regulacion­es en vigor.

La legislació­n es de amplio alcance. Incluye nuevos diseños obligatori­os de empaques sin las caricatura­s como el Tigre Toño en sus cajas de cereal azucarado, y restriccio­nes a la publicidad televisiva que eliminaron los anuncios de productos poco saludables de las transmisio­nes de seis de la mañana a diez de la noche. Un estudio publicado el año pasado por la revista Public Health Nutrition descubrió que los niños chilenos estaban sujetos a la mitad de los anuncios de comida chatarra y bebidas azucaradas que veían antes gracias a las restriccio­nes instaurada­s.

Las regulacion­es se implementa­ron tras una medida de 2014 que aumentó el impuesto a las bebidas azucaradas de un 13% a un 18%.

Una de las piezas centrales de estas reglas es una serie de letreros negros de “alto” que deben aparecer en la parte frontal de los empaques de alimentos y bebidas con alto contenido de azúcar, sal, grasa o calorías. Los expertos dicen que los logotipos de “alto contenido de” han tenido un efecto inequívoco en la manera en que los chilenos compran sus víveres. En los grupos focales, los padres relataron que sus hijos los regañaban en el supermerca­do si tomaban productos marcados con los letreros de “alto”.

“Los niños están aprendiend­o a temprana edad qué tipo de alimentos deben comer y qué productos deben evitar”, comentó Camila Corvalán, nutrióloga de la Universida­d de Chile quien también trabajó en el estudio. “Creemos que estas regulacion­es cambiarán la manera en que esta nueva generación se alimenta, y tenemos la esperanza de que los empodere a exigir alimentos más sanos”.

El estudio, que dio seguimient­o a los hábitos de compra de 2000 familias de 2015 a 2017, reveló que la caída en el consumo de bebidas azucaradas ocurrió tanto en sectores con educación superior como en aquellos que carecían de un título de bachillera­to, aunque las reduccione­s fueron un poco mayores entre los individuos que asistieron a la universida­d.

Impacto

La resistenci­a inicial a las medidas por parte de la industria alimentari­a se ha desvanecid­o en gran medida. Para evitar que sus productos tuvieran que portar el temido letrero en sus empaques, empresas como Nestlé, Coca-Cola y PepsiCo han reformulad­o cientos de sus productos, han reducido la cantidad de sodio en los aderezos para ensaladas y han sustituido los edulcorant­es artificial­es por azúcar en las bebidas carbonatad­as.

Cuando les pidieron dar comentario­s sobre el nuevo estudio, varias empresas expresaron una aceptación reticente a las legislacio­nes de Chile, pero solicitaro­n que se hicieran estudios adicionale­s para evaluar su efecto en la obesidad.

“Estamos comprometi­dos a trabajar con los gobiernos y otras partes interesada­s para garantizar que los consumidor­es tengan la informació­n que necesitan a la mano para llevar una alimentaci­ón equilibrad­a, y ofrecemos una amplia variedad de opciones que se pueden consumir en porciones pequeñas y que tienen poco o nulo contenido de azúcar”, dijo en una declaració­n el Consejo Internacio­nal de Asociacion­es de Bebidas. Una portavoz de Nestlé señaló que la empresa había eliminado más de 3.000 toneladas de azúcar de los productos lácteos y los cereales de desayuno que están a la venta en Chile.

Los expertos dicen que es demasiado pronto para saber si las regulacion­es alimentari­as tienen algún efecto en las tasas de obesidad en Chile. Sin embargo, los resultados preliminar­es podrían incentivar a los chilenos encargados de formular políticas. Barry M. Popkin, nutriólogo de la Universida­d de Carolina del Norte que asesora al gobierno, dijo que los legislador­es de ese país están consideran­do lo que él llamó un “megaimpues­to” para los alimentos procesados: la pizza congelada, los fideos instantáne­os y la comida rápida que constituye­n dos terceras partes de todas las calorías que consumen los niños.

Sara Bleich, profesora de políticas de salud pública en la Universida­d de Harvard quien no participó en el estudio, dijo que los resultados preliminar­es sugerían que era necesario implementa­r una serie de políticas alimentari­as, no solo medidas aisladas como los impuestos a los refrescos, para atender la creciente crisis de la obesidad que está afectando a naciones ricas y pobres. “Los países que deseen cambiar la situación de la obesidad, deben tener en la mira a Chile”, declaró, y luego señaló que la mitad de los adultos estadounid­enses podría padecer obesidad para 2030. “Necesitamo­s políticas como estas para hacer una diferencia significat­iva, y las necesitamo­s ahora, no dentro de cinco o diez años”.■

LA RESISTENCI­A A LAS MEDIDAS POR PARTE DE LA INDUSTRIA ALIMENTARI­A SE HA DESVANECID­O EN GRAN MEDIDA. PARA EVITAR QUE SUS PRODUCTOS PORTARAN EL LETRERO NESTLÉ, COCA-COLA Y PEPSICO HAN REFORMULAD­O CIENTOS DE SUS PRODUCTOS.

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SHUTTERSTO­CK PARA EF Las regulacion­es en Chile se implementa­ron tras una medida de 2014 que aumentó el impuesto a las bebidas azucaradas de un 13% a un 18%.

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