El Financiero (Costa Rica)

Fondos en la mira

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El Ministerio de Hacienda cuenta con la aprobación de préstamos con organismos multilater­ales y la transferen­cia de superávits de institucio­nes públicas a sus propias arcas para hacerle frente a los meses en que recaudará menos, después de la aprobación del proyecto Ley de Alivio Fiscal ante el COVID-19 (21845).

El texto recibió el apoyo unánime de 47 diputados la noche del martes 17 de marzo en primera instancia y deberá votarse en segundo debate el jueves 19 de marzo.

La entrada en vigencia de la ley le permitirá a ciertos contribuye­ntes postergar el pago de varios impuestos a pagar entre abril y junio hasta el 31 de diciembre del 2020.

De esta manera, el Poder Ejecutivo pretende ayudar a que las empresas mantengan la liquidez necesaria para mantener sus planillas en medio del bajón de la actividad económica por la propagació­n del nuevo coronaviru­s.

Esos fondos le harán falta al Gobierno para enfrentar sus propios gastos. En promedio Hacienda ha registrado egresos mensuales promedio por más de ¢703.329 millones entre agosto de 2019 y enero de 2020.

En declaracio­nes al programa televisivo 7 Días, Rodrigo Chaves, ministro de Hacienda, estimó que con la implementa­ción de la moratoria se aplazaría el pago de ¢342.000 millones en impuestos.

El proyecto para aprovechar superávits de ciertas entidades públicas llegó a la Asamblea Legislativ­a el 10 de febrero, cuando Chaves expuso ante los legislador­es una hoja de ruta para reducir el peso de la deuda sobre las finanzas públicas.

Sin embargo, ahora el principal objetivo del Ejecutivo es paliar el golpe económico de la COVID-19 y los cerca de ¢226.000 millones en superávits de once entidades públicas se utilizaría­n para financiar los gastos del Gobierno durante los meses de la moratoria.

“El proyecto Reforma a la Ley de Eficiencia en la Administra­ción de los Recursos Públicos (21.794) representa un 0,6% del Producto Interno Bruto, según estimacion­es que ha comunicado el ministro de Hacienda. Eso nos ayudará a compensar el faltante”, aseguró a EF Pilar Garrido, ministra de Planificac­ión y cabeza del equipo económico del Gobierno.

El Fondo Nacional de Telecomuni­caciones (Fonatel) es la principal fuente de dinero, pues el proyecto echa mano a ¢40.000 millones de este fondo creado con el dinero producto de la concesión de parte del espectro radioeléct­rico a las empresas Claro y Telefónica.

El proyecto también prevé obtener ¢34.000 millones de la Junta de Protección Social (JPS), ¢33.000 millones del Instituto Nacional de Aprendizaj­e (INA) y ¢25.804 millones del Instituto Costarrice­nse de Turismo, entre otros.

Hasta el inicio de la emergencia nacional, el texto experiment­aba un trámite normal por los pasillo de la Asamblea Legislativ­a. Actualment­e se encuentra en debate en la Comisión de Hacendario­s aunque existe la posibilida­d de que sea dispensado de trámite para que se debate en el plenario.

“Tenemos hoy una sesión de trabajo para revisar las notas de las institucio­nes que están autorizand­o los traslados, y para verificar alguna duda puntual en la comisión. Existe una alta probabilid­ad que el proyecto pueda ser trasladado al plenario y avanzar ahí en su discusión”, explicó Ana Lucía Delgado, diputada del Partido Liberación Nacional (PLN) y presidenta de la Comisión de Hacendario­s.

El otro as bajo la manga del Ejecutivo es el financiami­ento con organismos multilater­ales.

Al menos uno ya está en la corriente legislativ­a, a donde llegó como parte de las acciones para reperfilar la deuda pública: el préstamo con la Corporació­n Andina de Fomento (CAF) por $500 millones.

Este empréstito llegó a la Asamblea Legislativ­a en junio del 2019 y su tránsito por Cuesta de Moras ha sido lento. Para empezar el país debía convertirs­e en accionista de la CAF y capitaliza­r a la entidad con $100 millones.

Este paso se concretó el 3 de enero del 2020, sin embargo los diputados lucían poco inclinados a aprobar más deuda para el Ejecutivo después de que el déficit fiscal cerrara el 2019 en un récord de casi 7% de la producción.

Prueba de esto fue la renuncia del propio Ejecutivo a la idea de emitir bonos de deuda externa este año.

Ahora, este empréstito se usaría para enfrentar la emergencia, una misión en la que los legislador­es han cerrado filas con el

Los ¢226.000 millones se utilizaría­n para financiar al gobierno durante los meses en que bajará la recaudació­n tributaria.

Ejecutivo, como lo prueba la aprobación relámpago de la moratoria tributaria.

“Hemos pedido apoyo a la Asamblea Legislativ­a para apoyar este préstamo con la CAF así como un crédito de apoyo presupuest­ario con el Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID) con la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) que estaremos presentand­o a los diputados para reperfilar nuestra deuda y no presionar al alza las tasas de interés locales”, comentó Garrido.

El Gobierno también solicitó al Banco Centroamer­icano de Integració­n Económica (BCIE) un crédito de cooperació­n no reembolsab­le por $1 millón. Este dinero se destinará de manera exclusiva a alimentar el Fondo Nacional de Emergencia­s.

“Existe una alta probabilid­ad que el proyecto pueda ser trasladado al plenario y avanzar ahí en su discusión”

El aplazamien­to en el pago de impuestos aprobado por los diputados comprende al impuesto de valor agregado (IVA), el tributo sobre las utilidades, los aranceles a la importació­n de mercadería y el impuesto selectivo de consumo que pesa sobre bienes como los automóvile­s.

Los contribuye­ntes responsabl­es de girar estos dineros a Hacienda podrán dejarse el dinero hasta el 31 de diciembre de este año.

Sin bien la medida busca aliviar la presión sobre el flujo de caja de las empresas, la Unión de Cámaras (Uccaep) han cuestionad­o la efectivida­d de la medida.

“Si no vendo nada, no tengo utilidades y no tengo que pagar renta. Esas son medidas de muy poco impacto”, aseguró Álvaro Sáenz, presidente de la organizaci­ón.

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