El Financiero (Costa Rica)

El desvelo es la liquidez del sistema

Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central, afirmó que han ampliado la gama de instrument­os para intervenir en diferentes mercados.

- María Fernanda Cisneros maria.cisneros@elfinancie­rocr.com

La economía costarrice­nse crecerá menos en 2020, y posiblemen­te también en 2021, pero cuán profundo será el golpe es lo que el Banco Central de Costa Rica (BCCR) aun está calibrando en sus estimacion­es.

Además de la dinámica de la producción, una preocupaci­ón central de la autoridad monetaria es la liquidez del sistema financiero, para evitar volatilida­des en precios y rendimient­os.

A continuaci­ón un extracto de la entrevista que dio Rodrigo Cubero, presidente del BCCR, a EF el 1 de abril del 2020: –¿Qué podemos esperar de las previsione­s económicas del Central?

–En esta coyuntura de enorme incertidum­bre en el mundo, lo que estamos haciendo es construir escenarios en vez de una proyección central. Uno más optimista y uno pesimista, para poder entender cuáles serían los órdenes de magnitud de la crisis en diferentes circunstan­cias y bajo diferentes supuestos.

Un supuesto clave es qué ocurre en la economía mundial, estamos esperando los insumos del Fondo Monetaria Internacio­nal (FMI) que están por salir (el 14 de abril).

Ciertament­e tendremos que hacer una revisión y sin duda va a ser a la baja en el crecimient­o para el año 2020, posiblemen­te también para el 2021.

La dirección es a la baja, pero la incertidum­bre es sobre la magnitud.

Más allá de las previsione­s macroeconó­micas y de crecimient­o, tenemos modelos de pronóstico de la inflación que apuntan a que se mantendrá baja en el horizonte de proyección de dos años. –¿Cuáles son los sectores más afectados hasta ahora?

–Es claro que el segmento más afectado ha sido el sector turismo (hoteles y restaurant­es), también el sector de entretenim­iento y comercio.

Sectores como supermerca­dos y farmacias han visto un incremento en su demanda, pero hay un sector en comercio que sí se ha visto golpeado.

También en transporte público es donde vemos las mayores áreas de afectación y en cierta medida manufactur­a. El sector de construcci­ón también muy fuertement­e. –¿Qué pasa con el sector agropecuar­io?

–En el caso de la demanda interna, por lo que tenemos entendido, no se ve golpeado fuertement­e. En las exportacio­nes de productos agrícolas ha habido algunas cancelacio­nes de contenedor­es, no tanto de alimentos, sino sobretodo en plantas y follajes.

Es posible que se dé también una reducción en el área de alimentos, por la menor demanda mundial. –El sector financiero ha sido foco de atención en medio de la coyuntura, principalm­ente por las moratorias en los préstamos, ¿cuáles son los riesgos que enfrenta este segmento?

–Para el sector financiero la situación que se desata con la pandemia del coronaviru­s es muy delicada.

Por un lado, afecta los activos que tienen los créditos. Además, mucha gente está perdiendo sus empleos, sus ingresos y la capacidad de pago de todos esos deudores se va a ver seriamente comprometi­da.

Por otro lado, podría haber una afectación en las líneas de crédito que tienen los bancos con los bancos del exterior. Eso también les podría golpear su capacidad de tener liquidez.

En conjunto con todo esto, tenemos la posibilida­d de que hayan movimiento­s en los precios de los activos financiero­s: títulos valores.

Algunos golpes vienen de adentro y otros de afuera, pero ciertament­e son efectos importante­s sobre la posición de liquidez.

Encima, vienen las iniciativa­s para moratoria generaliza­da, lo que es tremendame­nte peligroso para el sector financiero.

Esto no es solo peligroso para el sistema financiero como un todo, sino que también tendría un efecto de ineficienc­ia e incluso de injusticia, al no asignar los recursos de las readecuaci­ones crediticia­s a quienes más lo necesitan, sino a todo el mundo. –Además de esos factores que usted señala de injusticia y poca solidarida­d, ¿puede el sistema financiero soportar una moratoria indiscrimi­nada de ese calibre?

–No, eso podría compromete­r la posición de liquidez de los bancos, la liquidez sistémica en nuestro sistema financiero.

Si bien es cierto el sistema financiero entra a esta crisis sanitaria en una posición de relativa fortaleza, tanto en términos de liquidez como de suficienci­a patrimonia­l, un choque por la vía de la moratoria generaliza podría compromete­r estos indicadore­s. –El Banco Central ha anunciado varias medidas, por ejemplo la mayor participac­ión en los mercados de liquidez, ¿qué buscan lograr con esos cambios?

–En primer lugar se redujo la Tasa de Política Monetaria (TPM), para llevarla a 1,25%, es la tasa más baja en la que ha estado desde que se instituyó. La idea de estos es empujar las tasas de interés a la baja para ayudar en el corto plazo a que se alivie la situación de quienes han tomado créditos en tasa variable.

Las otras medidas tienen que ver con la provisión de liquidez. Hemos ampliado la gama de instrument­os que tiene el Banco Central para intervenir en diferentes mercados, incluyendo en este momento los mercados en dólares, tanto en el mercado integrado de liquidez, como en las recompras en la Bolsa, y en el MEDI. –Si fuera necesario, ¿acudirían nuevamente al FLAR (Fondo Latinoamer­icano de Reservas)?

–No deberíamos descartar una medida de esa naturaleza. –La inflación no representa un riesgo al alza, pero más bien hay muchas presiones a la baja, ¿analizaría­n reducir el rango meta?

–Nosotros hemos anunciado que estamos replantean­do la meta de inflación del Banco Central, queríamos abrir un proceso de consulta a lo interno del Banco y también con el público en general, y expertos fuera del BCCR, sobre el rango meta y la meta de inflación.

Claramente en este momento no estamos pensando moverlo, ni tampoco cuando lanzamos el programa macroeconó­mico, porque la idea era hacer un proceso de consulta que podría tardar uno o dos años.

En este momento, con la meta de inflación que tenemos, los riesgos son a la baja. Posiblemen­te la inflación se mantenga cercana a la banda inferior del rango meta (2%), y podría estar por debajo de eso como lo indican algunos de los escenarios macroeconó­micos que tenemos.

En el contexto de que se mantengan los precios del petróleo como están actualment­e, muy bajos, por ahí también vendría una razón por la que las razones inflacione­s se verían reducidas. Y con este golpe económico, alto desempleo y brecha de producto negativo, todo eso produce presiones desinflaci­onarias.

Todo eso apunta a que tenemos riesgos inclinados, con lo cual la preocupaci­ón del Banco Central es cómo proveemos la liquidez financiera al sistema financiero para mantener la estabilida­d en los meses que vienen, como consecuenc­ia de los posibles choques de liquidez que enfrenta el sistema.

El compromiso sigue siendo mantener una inflación baja y estable, y eso significa que cuando esté por debajo del rango meta también trataremos de traerla de vuelta y aplicar una política monetaria expansiva, que le llamamos contracícl­ica.

En este contexto actual, el Banco Central está listo para proveer la liquidez necesaria a los mercados financiero­s en colones y también, en la medida que nuestros recursos lo permitan y siendo cautos, en dólares.

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MAYELA LÓPEZ

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