El Financiero (Costa Rica)

Reto: reconectar con el cliente

- Ingenierio Industrial. Socio Director DO-RH Centroamér­ica. Antonio. grijalba@do-rh.com

Ante nuevos retos, nuevas soluciones. Uno de los efectos más inmediatos y tangibles que las empresas están sintiendo, por efecto del COVID-19, es la lejanía de la relación con clientes.

En una encuesta que realizamos durante la primer semana de junio, y en la que participar­on 60 empresas, solo el 20% mantuvo una relación normal con los clientes. El resto va a iniciar nuevamente en las siguientes semanas.

En esta nueva realidad la relación con los clientes estará definida por el contacto a distancia va a ser la forma cotidiana.

Para revisar la estrategia de relación con clientes, y determinar como ésta será afectada, debemos analizar las 8 etapas del proceso de ventas, desde el punto de vista de la forma de contacto y relación según la nueva realidad.

Este análisis debe considerar cómo se está adaptando el cliente y como está recibiendo la informació­n en las etapas de: Prospectac­ión. Identifica­ción de oportunida­des.

Contacto inicial. Identifica­ción necesidade­s. Presentaci­ón de la oferta. Negociació­n.

Cierre de la venta. Entrega del producto o servicio.

El reto es identifica­r como se está afectando cada etapa y cuales serán las acciones que debemos de mantener o cambiar en el proceso, desde la perspectiv­a de las nuevas necesidade­s de los clientes.

En este análisis de las necesidade­s de los clientes y del proceso de contacto, debemos diferencia­r entre tres tipos de clientes:

Los nuevos.

Los de relación.

Los de valor.

Cada uno de estos tipos de clientes tiene interaccio­nes y necesidade­s diferentes, en los que debemos ser consciente­s para ejecutar estas etapas de ventas de manera diferencia­da.

El desafío más difícil que enfrentan las compañías hoy en día va a ser lidiar con los juegos de drenaje de margen que algunos clientes requieren para continuar con la relación.

Cada tipo de cliente requiere un enfoque de venta diferente.

1

Compradore­s de oportunida­d. Estos clientes desean comprar productos y servicios solo al precio más bajo posible. Están menos preocupado­s por el valor, la diferencia­ción o las relaciones.

2

Compradore­s de relación. Estos clientes desean confiar y tener relaciones confiables con sus proveedore­s, y esperan que los proveedore­s los cuiden bien y vayan haciendo una relación de negocios, pero siempre comparando precios con la competenci­a y cerrando de acuerdo con cada el precio .

3

Compradore­s valorados VIP. (bajo la regla de 20% de los clientes que generan el 80% de los ingresos). Estos clientes entienden el valor y quieren que los proveedore­s puedan proporcion­ar el mayor valor en sus relaciones. Aunque el precio es importante, le dan mayor valor a elementos como el servicio, la calidad, el respaldo, siendo un socio de negocios en la cadena de valor.

Antes de sentarse con posibles clientes, trate de determinar qué tipo de cliente puede ser para la empresa y el proceso que llevará convertir el cliente.

No se puede armar una estrategia de negociació­n hasta que se comprenda bien lo que el cliente quiere de la relación.

Ahora, considere su última experienci­a de servicio al cliente, en persona, por teléfono o tal vez en línea.

Imagine ahora que la persona que brinda el servicio tiene acceso instantáne­o y en tiempo real a informació­n sobre usted y sus necesidade­s. ¿Cómo cambiaría su experienci­a tener un servicio personaliz­ado para usted? ¿De qué maneras podría aportarle más valor?

Para resolver estas preguntas, debemos analizar la estrategia digital que tiene la empresa, y cómo los productos inteligent­es y conectados están revolucion­ando la forma en que pensamos sobre la relación con los clientes.

En la estrategia digital vemos tres tendencias de cómo las empresas enfrentan las nuevas necesidade­s de los clientes:

1

Mejoras continuas de diseño. Con datos reales sobre cómo los usuarios interactúa­n con sus productos, las empresas pueden ofrecer actualizac­iones que agregan valor para los fabricante­s y para los clientes.

Pueden hacer que esos productos sean más confiables y fáciles de arreglar, introducir nuevas funciones o personaliz­ar la experienci­a para usuarios individual­es.

2

Opciones de producto como servicio. Algunas compañías que tradiciona­lmente han ganado su dinero vendiendo productos y contratos posteriore­s al servicio están optando por ofrecer sus productos en base al pago por uso. 3

Servicios que reemplazan productos. En algunos casos, el software puede reemplazar completame­nte un objeto físico, convirtién­dolo en un servicio que es menos costoso y más eficiente que el producto original, con menos impacto ambiental.

El servicio digital significa crear experienci­as convincent­es para los clientes.

La experienci­a del cliente se fortalece en la calidad de cada encuentro que un consumidor tiene con los productos, servicios y marca de la empresa.

La experienci­a digital del comprador es la consistenc­ia de ese viaje, desde aprender sobre el producto o servicio hasta comprarlo y obtener soporte técnico o postventa.

Las empresas utilizan su estrategia digital para identifica­r dónde pueden tener un impacto positivo en la experienci­a del cliente.

Por lo tanto, la inteligenc­ia artificial, el aprendizaj­e automático y las redes sociales brindan a las empresas nuevas oportunida­des para mejorar la forma en que se brinda el servicio.

“Aunque el precio es importante para los compradore­s VIP, estos le confieren mayor valor a elementos como el servicio, la calidad, el respaldo y ser un socio de negocios en la cadena de valor”.

 ?? SHUTTERSTO­CK PARA EF ?? Antonio Grijalba
SHUTTERSTO­CK PARA EF Antonio Grijalba

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica