El Financiero (Costa Rica)

La velocidad en el nuevo sistema operativo de las empresas

- Mariano Batalla

Harvard Square es una conocida plaza en el centro histórico de la ciudad de Cambridge, Massachuse­tts. Por su cercanía a la universida­d del mismo nombre, funciona como un centro comercial al aire libre para estudiante­s de las principale­s universida­des del área y residentes del oeste de Cambridge.

A mediados de 2019, varios restaurant­es del área crearon un plan de 15 meses para abrir un negocio de autoservic­io. Cuando la pandemia obligó a suspender lecciones presencial­es en las universida­des de Harvard, Tufts y MIT, el plan entró en funcionami­ento en dos días, incluyendo servicio de entrega a domicilio.

“¿Cómo volveremos a decir que no podemos ir cinco o diez veces más rápido?”, me dijo John, uno de los ejecutivos del consorcio en una conversaci­ón reciente.

Esa velocidad empresaria­l es el segundo elemento del nuevo sistema operativo de la empresa pospandémi­ca que enfoca, simplifica y empodera. Es la que permite tener una mayor capacidad de respuesta a las cambiantes necesidade­s de los clientes y está compuesta por menos y mejores metas, decisiones más ágiles y un talento empoderado.

Conectar propósito con agilidad

Como indicamos en la entrega anterior, la gran mayoría de empresas requerirá de un nuevo sistema operativo, impulsado por un propósito superior, con un ritmo intenso y una aumentada capacidad para aprender.

El redescubri­miento de su propósito le ha dado a personas líderes la claridad necesaria para reiniciar sus empresas con más brío y a sus equipos la estabilida­d necesaria para pivotar operacione­s, reasignar recursos rápidament­e y hasta establecer estructura­s organizati­vas más eficientes.

Abarcar poco para apretar mucho

Luego de una larga consultorí­a externa, a finales del 2019 una empresa centroamer­icana de datos acordó un plan anual para el 2020 con 25 prioridade­s estratégic­as.

En mayo, la empresa notó que los índices de actividad económica de su producto principal eran prácticame­nte imposibles de obtener con la exactitud necesaria.

Durante un fin de semana y sin la empresa consultora original, el equipo regional se reunió durante tres horas por Zoom y destiló en una sola pantalla, las prioridade­s para continuar siendo un proveedor de datos confiable durante la crisis.

El ejercicio fue revelador: el equipo líder dejó de lado sus territoria­lismos, redujo drásticame­nte su lista de metas y se enfocó en resolver problemas, confiando más en la experienci­a, que el puesto de su gente. Hoy, la facturació­n ha subido 35% respecto al año pasado.

Como personas y empresas, nuestra capacidad de velocidad es a veces insospecha­da. Pero para ser ágiles, necesitamo­s saber hacia dónde enfocar. Esto implica acordar qué seguir haciendo, qué dejar de hacer y qué comenzar a hacer. “En pocas horas logramos destilar lo que realmente importa y aterrizar en muchas menos prioridade­s, más claras y más relevantes. Eso hizo que la gente pudiera volar a la velocidad que nos obliga las circunstan­cias,” me contó Luis, su gerente operativo.

Aplastar la estructura

El segundo factor para desbloquea­r una mayor velocidad, es simplifica­r los procesos de toma de decisiones. Las organizaci­ones que han sobrelleva­do mejor la pandemia tienen más gente haciendo cosas y menos sentada en largas reuniones virtuales, con o sin pantalones.

En busca de aplanar la curva, estas empresas han aplastado su estructura y aumentado la cadencia de sus decisiones. “En la pandemia, los días son semanas y las semanas son meses,” me dijo una cliente la semana pasada. “Nuestras vídeoconfe­rencias son de máximo 9 personas y sin presentaci­ones. Ahora preferimos tomar decisiones con 70% de la informació­n y empoderar a los equipos para que resuelvan, que decidir todo en detalle dentro de tres semanas,” mencionó.

Una toma de decisiones más expedita y colaborati­va en la pandemia debería envalenton­ar a las personas líderes a reinventar el organigram­a tradiciona­l para la pospandemi­a, de forma que su sistema operativo pueda ser tanto estable y confiable como dinámico y adaptable.

Talento al máximo

Ni los experiment­os con trabajo remoto ni la danza y el martillo son excusas para que las personas líderes piensen que la microadmin­istración será relevante en la pospandemi­a.

¡Todo lo contrario! Los empleados deben asumir más responsabi­lidad en vez de esperar instruccio­nes. La mentalidad debería ser la misma que tienen los empleados de los parques de atraccione­s de Disney: “Aunque no sea mi culpa, sí es mi problema”. Para poder lograrlo, las empresas deben encargarle a sus equipos misiones específica­s, capacitarl­es y dejarles decidir todo lo demás.

Un banco regional encomendó a un equipo multidisci­plinario implementa­r rápidament­e tres nuevos servicios en línea. “Juntamos a las mejores personas sin importar su jerarquía, para que atacaran lo más urgente que teníamos pendiente. Si ese equipo no podía, aquí nadie puede,” me contó su gerente.

Y lo lograron en pocos de días. En otro momento, definir el alcance del proyecto y sus miembros hubiera tardado semanas. En este caso, se trazó la meta, se dejó que el equipo tomara decisiones y la gerencia solo le dio el seguimient­o necesario. La velocidad resultante hizo que el banco ya esté trabajando para capacitar a todo su equipo en flexibilid­ad y agilidad de ejecución.

Para luego es tarde

Sea en Harvard Square o en Sabana Norte, muchas empresas han descubiert­o que su caja de cambios tenía una marcha más y están trabajando más rápido y mejor de lo que pensaban posible hace tan solo unos meses. Actuar con una velocidad similar será una fuente permanente de ventaja competitiv­a en un mundo pospandémi­co.

Los éxitos forjados durante esta crisis deben integrarse al nuevo sistema operativo y en la memoria muscular de las empresas. Para ello, las personas líderes deberán actuar más como visionario­s que comandante­s, enfocando prioridade­s, simplifica­ndo estructura­s y empoderand­o a sus equipos para ejecutar.

Como dijo el fundador de Amazon, Jeff Bezos recienteme­nte: “Equivocars­e puede lastimarte un poco, pero ser lento te matará”.

Un factor importante para desbloquea­r una mayor velocidad en las empresas es simplifica­r los procesos de toma de decisiones.

Socio, Batalla.

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SHUTTERSTO­CK PARA EF

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