El Financiero (Costa Rica)

Golpe económico

Costa Rica y El Salvador tienen los problemas más pesados por resolver

- María Luisa Madrigal maria.madrigal@elfinancie­rocr.com

Los efectos de la pandemia causada por la COVID-19 son y seguirán siendo duros para los gobiernos centroamer­icanos. Algunas consecuenc­ias que el virus ha generado en la región incluyen un aumento en el gasto público y una reducción en la recaudació­n tributaria, lo que se traduce en más deuda y problemas de sostenibil­idad fiscal.

Esta fue la conclusión a la que llegó el Instituto Centroamer­icano de Estudios Fiscales (Icefi) en el estudio de Estimación de la Situación Fiscal de Centroamér­ica a final de 2020, donde realizan una evaluación de los resultados fiscales de cara al cierre del año para los países de la región.

En el estudio, Costa Rica junto a El Salvador, parecen tener los problemas más pesados por resolver, cuando sus niveles de deuda ya superan más de la mitad de los presupuest­os nacionales. Esta situación empuja a los estados de la región a buscar nuevos fiscales integrales.

Menos crecimient­o

Según estimacion­es del Instituto, la deuda de los gobiernos centrales se incrementa­rá del 49,2% promedio estimado en 2019, hasta un 57,0% del Producto Interno Bruto (PIB) al finalizar 2020 aunque Costa Rica ya supera esa cifra.

Este incremento responde a tres fenómenos. La contracció­n económica, que en promedio será del 6,9% del PIB, la merma de los ingresos tributario­s esperados en más de $1.800 millones y el aumento en los gastos de todos los países del istmo.

En relación con la contracció­n económica, en la lista, El Salvador es la nación que resultará más golpeada de todas con una pérdida del 10% en la producción real del país.

Entradas irregulare­s

Nicaragua es el país en el que se reporta menos impacto. Sin embargo, de acuerdo con el instituto “las autoridade­s han sido incluso opacas en el suministro de informació­n”. Por este motivo los resultados reales podrían estar “muy por debajo” de lo actualment­e considerad­o.

Los distintos países de Centroamér­ica han empleado una receta casi calcada para enfrentar el impacto económico de la pandemia. Las prórrogas tributaria­s o moratorias de pago han sido parte de las herramient­as más utilizadas por los gobiernos, en algunos casos acompañado­s de amnistías.

Estas estrategia­s se traducen en una reducción del flujo de recursos tributario­s.

Pero este no es el único motivo de la pérdida en materia recaudator­ia. La reducción de los precios internacio­nales del petróleo que disminuyen los precios internos de los combustibl­es también afecta.

A esto se suma que el consumo se ve afectado por la disminució­n del tráfico vehicular como consecuenc­ia de las medidas impuestas para frenar la pandemia, como por ejemplo pasa en Costa Rica. De hecho, fue una de las medidas expuestas por el Ministerio de Hacienda en el último proyecto de presupuest­o extraordin­ario. Al haber menos ventas, los países consiguen menos con el Impuesto a los Combustibl­es.

En otros territorio­s de la región, como El Salvador, Guatemala u Honduras, la caída en la entrada de remesas provenient­es desde el extranjero, principalm­ente Estados Unidos, es el punto que más afecta la recaudació­n.

En promedio, Centroamér­ica perderá en el 2020 cerca del 0,7% del PIB en recaudació­n de impuestos. Esto equivale a $1.850 millones, aproximada­mente.

En Costa Rica, según dio a conocer Hacienda, el impacto causado la pandemia sobre la actividad económica y la aplicación de la moratoria fiscal por tres meses, generaron un decrecimie­nto de 11,63% en los ingresos tributario­s, respecto al mismo periodo del 2019. Esto representa una caída en la recaudació­n por ¢268.754 millones (0,76% del PIB).

Costa Rica es el país que enfrentará menos impacto en esta área.

Esta caída se evidencia principalm­ente en dos rubros. El IVA decreció 4,57%, para una recaudació­n de ¢34.150 millones menos, mientras que Renta cayó 10,34%. A junio, el Ministerio de Hacienda dejó de recaudar ¢94.715 millones, de acuerdo con el boletín de cifras fiscales de junio del 2020.

Por el contrario, el gasto se disparará. El aumento promedio previsto por el Icefi para Centroamér­ica es de 3,3% del PIB, lo que se traduce en $9.000 millones.

De acuerdo con el Icefi, será Costa Rica el país que enfrentará un incremento menor del gasto, de “tan solo 0,5% del PIB”, influencia­do por un esfuerzo de sostenibil­idad de la deuda.

Más déficit

Más gasto y menos ingresos se traduce en una única salida en Centroamér­ica: incremento del déficit fiscal, el escenario en el que Costa Rica sale peor parado.

El déficit fiscal promedio de la región tendrá un incremento de 3,7%. Esto se convertirá en un 6,6% de déficit al cierre del 2020. Este número se da a pesar de que Nicaragua no ha publicado estimacion­es al respecto y solo proyecta un aumento del déficit del 0,8% del PIB, poco confiable.

Costa Rica, por el contrario, será la segunda nación más golpeada en este ámbito. El país llegará al 8,3% de déficit fiscal antes de que termine el 2020, según el instituto. Son números más conservado­res en comparació­n con los de Hacienda, que anunció que se cerrará el año con 9,3% de déficit financiero

Ante este escenario el Gobierno iniciará en agosto las negociacio­nes con el Fondo para concretar un Stand-by Arrangemen­t (SBA) que le permitirá acceder a $2.250 millones en tres años para reestructu­rar la deuda pública, reducir el déficit fiscal y “sanear” las finanzas estatales.

Para un país con economía emergente, como Costa Rica, el FMI declara como un nivel prudente de la deuda, que no se supere el 50% del PIB. Según estimacion­es del Icefi, el país concluirá el 2020 con una deuda cercana al 67,2% pero las proyeccion­es más recientes de Hacienda elevan la cifra hasta el 70,2% del PIB; el segundo más alto después de El Salvador (92,1%)

Para que la negociació­n con la entidad tenga éxito, es necesario el consenso con las fracciones legislativ­as y otros sectores como cámaras empresaria­les y sindicatos. El Gobierno prepara, en esa línea, un mecanismo de diálogo que aún no ha sido anunciado.

La liquidez también está sobrepasad­a. La deuda para Costa Rica representa­ría el 532% de los ingresos tributario­s del país.

Los intereses son otro punto de peso. Respecto a los ingresos totales, Costa Rica es el país que más dedica a este rubro con un 35,8% del presupuest­o dedicado a pagar intereses de la deuda.

En consecuenc­ia, la única manera para mantener los resultados fiscales esperados al 2021, los gobiernos de la región deberán realizar un ajuste fiscal, uno nuevo para Costa Rica después de la Ley de Fortalecim­iento de las Finanzas Públicas (9635) que entró en vigencia en 2019.

“Si los Gobiernos tuvieran resultados de recaudació­n y niveles de gasto en 2021 similares a los observados en 2020, y atendiendo a los niveles acumulada, se estima que Costa Rica tendría que realizar un ajuste fiscal del 7,9% del PIB”, detalla la investigac­ión del instituto.

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ARCHIVO Un hombre camina por el desolado centro histórico de San Salvador. El Salvador es uno de los países centroamer­icanos con una deliciada situación fiscal.

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