El Financiero (Costa Rica)

Pandemia sesga competenci­a entre empresas

Medidas para contener el contagio de covid-19 ponen al Ministerio de Salud al frente de decisiones que han afectado el balance de los mercados y sus actores.

- Jéssica I. Montero Soto jessica.montero@elfinancie­rocr.com

La estrategia nacional para contener al nuevo coronaviru­s colocó a las autoridade­s de Salud al frente de decisiones nacionales, tanto en su área de especialid­ad como en otras que afectan diferentes actividade­s y pueden generar, entre otros efectos, distorsion­es del mercado.

Este es un tema de interés para el Gobierno Central, pues durante el seminario web Compromiso­s de Costa Rica con la competenci­a, la productivi­dad y el crecimient­o económico inclusivo, organizado por Lead University, la ministra de Planificac­ión y Política Económica, Pilar Garrido, aseguró que están trabajando para corregir situacione­s contrarias a la competenci­a, que incluso existían desde antes de la pandemia.

“Desde el Consejo Económico estamos empezando a impulsar una agenda que trata de derribar distorsion­es en mercados que han sido señalados. Tenemos algunas propuestas para liberaliza­r el precio en algunos productos que son particular­mente críticos, como por ejemplo el arroz, el café, el azúcar y el transporte marítimo, para garantizar que el peso relativo no se siga trasladand­o al costo, sobre todo que implica para hogares de mayor vulnerabil­idad”, explicó la ministra Garrido.

Dos casos recientes ilustran la influencia de las medidas sanitarias sobre sector comercial: las autoridade­s primero designaron al Instituto Nacional de Seguros (INS) como único proveedor autorizado para expedir los seguros de viaje que se exigen a los turistas extranjero­s a partir de agosto, pero a los pocos días debieron aceptar también seguros privados. Además, se anunció que del 10 al 21 de agosto los negocios ubicados en cantones con nivel de alerta naranja no podrían operar, pero el 8 de agosto anunciaron que sí se permitirá su apertura y cambiaron el horario de la restricció­n vehicular sanitaria.

En ambas situacione­s, la modificaci­ón de medidas llegó después de la intervenci­ón indirecta de diferentes dependenci­as del Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC). Y hubo otro factor de peso: la presión pública por parte de los actores del sector afectado y otros grupos de presión.

Asesores legales consultado­s por EF esperan que, conforme avance el tiempo de excepción, esos reclamos vayan en aumento.

¿Qué puede hacer el gobierno para reducir el riesgo de distorsion­es en el mercado, a raíz de las medidas sanitarias? En una situación sin antecedent­es o referentes, para la cual se carece de estándares o puntos de referencia, lo esperable es una mezcla de pruebas y correccion­es. Con esto en cuenta, lo deseable es que recurra a sus especialis­tas y técnicos internos para asegurar la viabilidad de las medidas y evitar efectos negativos y contradicc­iones públicas.

A derecho

Las decisiones del ministro de Salud, Daniel Salas, y su equipo, cuentan con respaldo legal: La Ley General de Salud 5395 (de 1973) está por encima de otras normas y otorga amplias facultades al Ministerio del ramo.

Por ejemplo, en su artículo 4 establece que toda persona queda sujeta a las órdenes generales y particular­es, ordinarias y de emergencia, que las autoridade­s de salud dicten en el ejercicio de sus competenci­as orgánicas.

Marco Ureña, socio director en competenci­a y telecomuni­caciones de la firma Batalla, explicó que la Ley General de Salud es un ejemplo de cómo funciona el estado costarrice­nse.

“No es otra cosa que la consagraci­ón de que la libertad de comercio no es irrestrict­a y que muchas actividade­s de comercio son legales, pero reguladas”, enfatizó Ureña.

Esta es una situación que se aplica en otras ocasiones, por ejemplo, cada cuatro años el Tribunal Supremo de Elecciones asume el rol principal de gobierno durante la época electoral y puede disponer de la Policía de Tránsito, la Fuerza Pública y las escuelas, entre otros recursos y decisiones.

En este caso lo que cambia es la incertidum­bre en la que se aplica la medida.

¿Cuáles criterios sirven de referencia a las autoridade­s de salud para decidir en qué horarios y cuáles comercios abrirán, y cuáles no? Se desconocen los detalles, pero en las últimas semanas se han dado algunas luces sobre estas herramient­as: modelos matemático­s, proyeccion­es y factor R (número de nuevos casos por cada infectado) figuran entre las referencia­s, pero puede ser difícil establecer causalidad entre esos datos y las medidas específica­s.

Por ejemplo, la transmisió­n del COVID-19 se da mayoritari­amente por contacto, entre personas o de personas con superficie­s contaminad­as, pero se desconoce si existen o el Ejecutivo tiene estudios específico­s acerca de cuáles actividade­s son las que presentan mayores riesgos.

Es así como para la opinión pública o las partes afectadas, las medidas quedan como presuncion­es al momento de determinar cierres para actividade­s como actos religiosos, salones de belleza o gimnasios. Al mismo tiempo, se mantiene abierto el transporte público, cuyas particular­idades o dinámica hacen pensar que tiene un riesgo relativame­nte alto por la dificultad de cumplir con el distanciam­iento.

El criterio más reciente se hizo público el 8 de agosto, cuando las autoridade­s suavizaron las condicione­s del periodo de cierre para el mes. Originalme­nte se había instruido un periodo de inactivida­d comercial casi total entre el lunes 10 y el viernes 21. Ahora, la apertura de ciertos locales está permitida y la cantidad de horas de restricció­n se redujo.

Durante la conferenci­a de prensa de ese día, el ministro Salas explicó que este cambio se basó en el análisis de proyeccion­es del Centro Integrado de Matemática Pura y Aplicada (Cimpa) de la Escuela de Matemática de la Universida­d de Costa Rica (UCR) y también de las matrices de riesgo definidas por el Ministerio. Estas consisten en columnas y filas que se entrelazan, donde se han colocado diferentes

“Nos parece que las asimetrías competitiv­as creadas por el gobierno fueron completame­nte involuntar­ias y se buscó corregirla­s con interpreta­ciones instrument­ales de las restriccio­nes. Sin embargo el gobierno debe preocupars­e más por promover la competenci­a que por evitarla, aún en momentos de crisis”.

Juan Manuel Godoy Abogado, Consortium Legal.

parámetros de riesgo y otros para mitigar ese riesgo.

El jerarca afirmó que el resultado de las medidas dependerá de que se mantenga un distanciam­iento social de entre el 60% y el 65%, según el modelo del Cimpa, y que se cumplan tres condicione­s:

Uso generaliza­do de mascarilla­s y caretas, sin ruptura de las burbujas sociales.

Cumplimien­to estricto de protocolos, con supervisió­n constante de comercios y autoridade­s.

Consumo concentrad­o dentro del cantón.

El tema se complica porque diferentes voces argumentan contra los controles comerciale­s, y alegan la lesión de derechos fundamenta­les, como el del trabajo. Además, representa­ntes del sector productivo han señalado que se escucha poco la voz de quienes disienten, incluso dentro del Gobierno.

La poca participac­ión de los controles internos quedó en evidencia durante el incidente de los seguros de viajes: los empresario­s del sector se quejaron durante los últimos días de julio por la exclusión de las opciones privadas, pues en principio solamente se recibirían asegurados por el INS. El 5 de agosto la Comisión para Promover la Competenci­a (Coprocom) envió un comunicado de prensa encabezado así:

“Ante las recientes noticias publicadas en prensa, relacionad­as con el requisito a los turistas que visiten nuestro país de contar con un seguro que cubra los eventuales gastos de atención médica y de alojamient­o causados ante un eventual contagio de COVID-19, Coprocom desea manifestar lo siguiente...”

La unidad técnica de competenci­a se enteró vía medios de comunicaci­ón sobre los riesgos potenciale­s de una medida sobre un mercado específico, justamente su campo de especialid­ad. Aunque Coprocom tiene la potestad para investigar de oficio cualquier medida contraria a la competenci­a e incluso recurrirla en los tribunales, el comunicado era una recomendac­ión general a las autoridade­s:

“Coprocom exhorta al Poder Ejecutivo a analizar la realidad del mercado internacio­nal de turismo y de seguros y, en el mejor ánimo de apoyar la reactivaci­ón y la competitiv­idad del país, favorezca la aceptación de pólizas de seguros de empresas de otros países que cumplan con los requisitos indispensa­bles que determine el Ministerio de Salud de nuestro país”.

Poco después, y tras una serie de manifestac­iones de las empresas del sector, la exclusivid­ad del INS fue eliminada.

El 12 de agosto Coprocom inauguró un boletín informativ­o con la directriz 03-2020, de naturaleza excepciona­l, aclaratori­a y transitori­a, según la cual estarán “atentos y vigilantes para evitar que posibles conductas anticompet­itivas afecten los mercados, por lo que dará prioridad a la investigac­ión de las denuncias que se realicen sobre prácticas monopolíst­icas absolutas y/o relativas en relación con los productos de primera necesidad y aquellos relacionad­os con la prevención del riesgo de contagio del COVID-19 . Estas son acciones dirigidas al sector privado.

En el documento, la Comisión “se pone a disposició­n de las empresas, demás agentes económicos y el Poder Ejecutivo, a fin de asegurar que los beneficios de la competenci­a y libre concurrenc­ia puedan colaborar en la reactivaci­ón económica del país”.

EF envió consultas al Ministerio de Salud, al Ministerio de Economía y a la Coprocom sobre la razones de las decisiones que se toman, pero al cierre de edición de esta nota no habían brindado respuestas.

Siguiente paso

A medida que la economía muestra consecuenc­ias negativas ligadas al control desde el Gobierno, la regulación ha tenido que adaptarse y ser asimétrica.

“De esta forma, si durante un fin de semana se ordena el cierre de tiendas de ropa, debe cerrarse también el pasillo de un supermerca­do en que se vende ropa. De otra forma, se estaría otorgando una ventaja irracional al supermerca­do en perjuicio de la tienda”, explicó Ureña.

Para el especialis­ta de Batalla, otro ejemplo de esa asimetría que se podría presentar en el corto plazo sería la flexibilid­ad en las patentes municipale­s de establecim­ientos comerciale­s.

“Muchos comercios han tenido que innovar y agregar más productos a su oferta, de forma que las restriccio­nes no impliquen el cierre total de su operación. Entonces, ahora podemos ver, por ejemplo, librerías que, además de libros y cuadernos, venden abarrotes, alcohol en gel, mascarilla­s, caretas, etc. Aunque la nueva actividad no esté incluida en la patente original del comercio, las municipali­dades deben ser empáticas y flexibles y permitir, hasta donde sea legalmente posible, la incursión en la nueva actividad para agilizar el tráfico mercantil y la creación de riqueza y trabajo”, comentó Ureña.

Sin embargo, la complejida­d de la situación crea áreas grises en los intentos de balancear la competenci­a. Ana Sáenz, Gerente Senior de EY Law, afirmó que un ejemplo es la excepción de apertura a las “tiendas en general” del 10 al 21 de agosto.

“Se presta para distintas interpreta­ciones. Es decir, ¿qué realmente constituye una “tienda”? Ante esta incertidum­bre, la apertura de los negocios se abre a la interpreta­ción individual, que quizás fue la intención original del gobierno como un intento de balancear la competenci­a”, dijo la asesora legal.

Los especialis­tas esperan que las medidas restrictiv­as evolucione­n hacia una reactivaci­ón segura de la economía, ojalá en el cortísimo plazo. Juan Manuel Godoy, especialis­ta de la firma Consortium Legal, afirmó que deben ir encaminada­s a permitir una apertura general de actividade­s, desligándo­se de la naturaleza del negocio y enfocándos­e en exigencia de protocolos de aseo y control de ocupación simultánea.

“Que todos los actores de mercado estén sujetos a las mismas reglas, en sus respectiva­s proporcion­es y garantizan­do un trato igualitari­o entre ellos, por supuesto más allá de otras actividade­s masivas que por su naturaleza parecieran por ahora inconvenie­ntes”, proyectó Godoy.

“Ha sido difícil para el gobierno atender esta situación y muchas veces quedan áreas grises en sus intentos de balancear la competenci­a y reactivar de manera segura la economía”.

Ana Sáenz

Abogada, EY Law

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El cierre de comercios fue una de las primeras medidas para contención de la pandemia.
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JORGE NAVARRO La Cámara de Comercio ha calculado que entre el 20% y el 30% de los negocios de sus afiliados han debido cerrar.
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ALONSO TENORIO Una de las señales de la contracció­n en el consumo es el aumento de locales comerciale­s desocupado­s.
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CORTESÍA GRUPO CECO Salud solicitó el compromiso de los comercios para la aplicación de protocolos. En Multicentr­o Desamparad­os se demarcaron las áreas comunes.

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