El Financiero (Costa Rica)

Impuestos para rentas altas llegan al Congreso

Iniciativa­s plantean subir tarifas y gravar los patrimonio­s de empresas.

- Laura Ávila laura.avila@elfinancie­rocr.com

La llegada de la corriente legislativ­a de dos proyectos de ley para gravar las rentas altas del país han pasado —en aparecienc­ia— por debajo del radar de un gobierno sediento de recursos frescos para ayudar a enderezar sus finanzas.

Se trata del Proyecto de Ley Justicia Fiscal Frente a la Emergencia del COVID-19 (expediente 22.034) de la diputada oficialist­a Paola Vega, y del Proyecto de Ley Contingenc­ia Fiscal Progresiva y Solidaria Ante la Emergencia Nacional del COVID-19 (expediente 21.883) del diputado frenteampl­ista José María Villalta.

Gravar las rentas más altas o incrementa­r las tasas del impuesto a las utilidades son posibles soluciones para crear ingresos frescos en momentos de crisis, de hecho, esta medida se aplicó en momentos históricos como las guerras mundiales, según Jonathan Menkos, director ejecutivo del Instituto Centroamer­icano de Estudios Fiscales (Icefi).

En otras latitudes, como es el caso de Guatemala, ya se debaten iniciativa­s en este sentido, en Costa Rica ninguno de los proyectos fue incluido por el Ejecutivo en su lista de prioridade­s para el mes de sesiones extraordin­arias y están casi de últimos en la lista de prioridade­s de la Comisión de Asuntos Hacendario­s.

¿Qué se plantea?

El expediente 22.034 de la diputada oficialist­a Paola Vega pretende una extensión tarifaria temporal del impuesto sobre la renta, misma que (de ser aprobada) tendría vigencia hasta el 31 de diciembre de 2022 y podría ampliarse por un año fiscal adicional.

El texto propone que a las personas jurídicas con una renta neta igual o mayor a los ¢1.000 millones anuales se les cobre un impuesto del 35%. Esta tasa se aplicaría en sustitució­n de la establecid­a en el artículo 15 de la Ley del Impuesto sobre la Renta (N° 7.092) que es del 30%.

Las personas físicas con actividade­s lucrativas deberían pagar 5% adicional a la tarifa vigente sobre el exceso de ¢40 millones anuales.

El artículo 15 inciso c de la ley 7.092 establece diferentes escalas de impuestos para personas físicas con actividade­s lucrativas. Para la renta más alta (en este caso sobre el exceso de los de ¢18,6 millones anuales) la tarifa vigente es del 25%.

En este caso la tasa subiría 1,25 puntos porcentual­es y pasaría de 25% a 26,25% en caso de que supere los ¢40 millones anuales , de acuerdo al cálculo hecho por EF.

Mientras que a las rentas de trabajo personal dependient­e, pensión u otras remuneraci­ones pagarían un impuesto del 5% adicional a la tarifa vigente sobre el exceso de los ¢4,3 millones.

Uno de los planteamie­ntos del expediente 21.883 del diputado José María Villalta, es que los Grandes Contribuye­ntes Nacionales paguen, por doce meses, un impuesto sobre las utilidades seis puntos porcentual­es mayor al que se cancela hoy. En la ley esa tasa es de 30%.

Un gran contribuye­nte es aquel que cumpla tres condicione­s: que el promedio de los impuestos liquidados de los últimos tres periodos fiscales sea igual o superior a ¢450 millones; que el promedio de la renta bruta declarada en el impuesto sobre las utilidades de los últimos tres periodos fiscales sea igual o superior a los ¢40.000 millones; que el promedio de su activo total declarado en el impuesto sobre las utilidades de los últimos tres periodos fiscales sea igual o superior a los ¢50.000 millones.

Por su parte, las personas físicas con actividad lucrativa con rentas superiores a los ¢36 millones desembolsa­rían un 5% sobre el exceso de ese monto.

La iniciativa de Villalta pretende, además, un impuesto del 0,1% sobre los patrimonio­s de personas jurídicas similar al que se aplicó en el 2003.

El patrimonio neto de las empresas se obtiene de restarle a todos los activos los pasivos. Así, si un contribuye­nte tiene una casa de ¢100 millones y una deuda con el banco de ¢30 millones, su patrimonio es de ¢70 millones. En este caso la iniciativa de Villalta pretende un impuesto de 0,1% en patrimonio­s de personas jurídicas superiores a los ¢95 millones.

Perfil bajo

Las propuestas de ambos legislador­es aún no calientan en Cuestamora­s y viven bajo la sombra de otros proyectos prioritari­os para hacerle frente a la pandemia.

Tal es el caso del crédito de Instrument­o de Financiami­ento Rápido (FRI) por $504 millones con el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), o el proyecto Pagar echaría mano a superávits de entidades públicas para pagar intereses y amortizaci­ón de la deuda pública.

Elian Villegas, ministro de Hacienda, afirmó que el país requerirá de un nuevo ajuste fiscal de carácter temporal y estructura­l por el impacto que recibe la economía producto de la COVID-19. Así lo informó durante una comparecen­cia ante el Plenario el pasado 3 de agosto

“Hemos señalado la necesidad de impuestos solidarios y progresivo­s, en esa vía se hablaría de nuevos impuestos”, respondió Villegas ante la consulta del diputado liberacion­istas Wagner Jiménez durante la interpelac­ión.

Gravar las rentas más altas es un tema que aún no se discute a lo interno del Partido Liberación Nacional (PLN) —la bancada más grande del Congreso—, según indicó Luis Fernando Chacón, jefe de la fracción verdiblanc­a.

Sin embargo, Chacón considera que en momentos de crisis como el actual quienes tengan mayores ingresos —tanto del sector público como del privado— deben contribuir de manera solidaria.

La bancada del Partido Acción Ciudadana (PAC tampoco ha valorado los planes, pero apoyarían la iniciativa que mejor se ajuste a las necesidade­s del país, dijo Catalina Montero, subjefa de esa fracción.

En el mundo

En Guatemala se discute la iniciativa denominada Ley de Contribuci­ón extraordin­aria para la Crisis, que pretende ampliar el régimen de tributació­n del impuesto sobre la renta.

“La iniciativa está en el Congreso y es para incrementa­r el impuesto sobre la renta. Nos han pedido estimacion­es de cuánto se recaudaría, anualmente sería entre $220 y $260 millones”, afirmó Jonathan Menkos, director ejecutivo del Icefi.

Uno de los cambios que propone la iniciativa es incrementa­r del 25% al 30% la tasa que se cobra sobre las utilidades a las actividade­s lucrativas.

Argentina es otra nación que se planteó la creación de un impuesto a la riqueza en el marco de la emergencia por la COVID-19, el objetivo es gravar las grandes fortunas.

La propuesta de los diputados Carlos Heller y Máximo Kirchner es un rechazada por el sector empresaria­l. El Foro de Convergenc­ia Empresaria­l indicó que los proyectos que pretenden gravar el patrimonio y las ganancias produce un ambiente negativo para el clima de inversión.

“Todos aquellos que tengan ingresos muy altos, ya sean del sector público o privado, deben de contribuir de manera solidaria”.

Luis Fernando Chacón Jefe de fracción del Partido Liberación Nacional.

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RAFAEL PACHECO/ ARCHIVO La diputada oficialist­a Paola Vega propuso el Proyecto de Ley Justicia Fiscal Frente a la Emergencia del COVID-19 (Expediente 22.034) para gravar las rentas más altas.

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