El Financiero (Costa Rica)

El apoyo necesario para internacio­nalizar a las pequeñas empresas

- Víctor Umaña

Costa Rica ha escogido el comercio internacio­nal y la atracción de inversión extranjera como punta de lanza de su estrategia de desarrollo económico. A través de los últimos 30 años, se han aplicado un conjunto de medidas de política tales como la liberaliza­ción unilateral, la suscripció­n de acuerdos comerciale­s multilater­ales y preferenci­ales, la promoción de exportacio­nes y la provisión de incentivos para la inversión extranjera.

Los resultados de la estrategia han sido exitodsos y ampliament­e documentad­os. En general, las empresas vinculadas con el sector externo, exportador­as y multinacio­nales, son más productiva­s, dinámicas, crean mejores empleos y pagan mejor.

Una mirada a los datos sugiere que esta estrategia necesita fortalecer­se. Un estudio reciente de mis colegas Ronald Arce y Porfirio Guevara del INCAE, revela que una amenaza para el sector de comercio exterior es la acelerada salida de empresas exportador­as en contraposi­ción con aquellas que entran a exportar. Lo mismo se observa en el comportami­ento de nuevos productos y mercados de exportació­n. Es decir, la base del crecimient­o exportador se concentra en las empresas, productos y mercados consolidad­os, mientras que el aporte de los descubrimi­entos es cada vez menor. Esta situación pone en riesgo el dinamismo de las exportacio­nes y podría reducir los beneficios que se derivan de ellas para la economía costarrice­nse.

Las compañías que desean exportar enfrentan, entre otras, barreras gerenciale­s, financiera­s y de mercado. Las barreras gerenciale­s se asocian con el conocimien­to y las actitudes de la dirección de la organizaci­ón frente a la posibilida­d de internacio­nalizarse. Las financiera­s apuntan a las dificultad­es que tienen las empresas para atraer capital o recusos financiero­s. Por su parte, las barreras de mercado se refieren a los costos para vender en el exterior como aranceles, el desconocim­iento del mercado, el cumplimien­to de regulacion­es estatales y la satisfacci­ón de los gustos y preferenci­as del consumidor internacio­nal.

El Ministerio de Comercio Exterior (Comex) y la Promotora de Comercio Exterior (Procomer) han sido exitosos en promover las exportacio­nes costarrice­nses a través de mecanismos destinados a superar las barreras de mercado. El éxito es indudable. Por un lado, los acuerdos comerciale­s negociados por Comex bajan los costos de transacció­n y por otro, Procomer provee informació­n de mercados y promueve las exportacio­nes en los mercados de destino.

Parece claro, entonces, que es necesario integrar de manera explícita a las políticas públicas de comercio exterior, medidas relacionad­as con servicios de desarrollo empresaria­l y de financiami­ento para la promoción de empresas exportador­as.

¿Qué es lo que existe actualment­e?

Para empezar, se tiene al Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) como rector de la promoción de las pequeñas y medianas empresas y al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomuni­caciones (Micitt) como rector de la innovación. Como eje de los esfuerzos existe el Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD), que promueve el desarrollo de las pymes por medio de financiami­ento y servicios de desarrollo empresaria­l.

El SBD ofrece financiami­ento a través de los operadores autorizado­s y servicios de desarrollo empresaria­l por medio del Instituto Nacional de Aprendizaj­e (INA). Sus recursos se nutren de contribuci­ones de la banca pública y privada y un impuesto a la banca “maletín”. El INA debe aportar un 15% de su presupuest­o a las actividade­s de capacitaci­ón, asesoría e impulso de iniciativa­s empresaria­les.

Actualment­e, el SBD coloca un 5% del total del financiami­ento al sector productivo. Estos servicios se complement­an con una gran cantidad de actores, proyectos e iniciativa­s de pequeña escala diseminado­s a lo largo del sector público, desde el Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) hasta el Instituo Mixto de Ayuda Social (IMAS), pasando por el MEIC , Micitt, el Instituto Nacional de Desarrollo Rural (Inder) y el Ministerio de Agricultur­a y Ganadería (MAG), entre otros. Además, el sector privado y la academia ofrecen servicios de incubación, capacitaci­ón y asesoría de diferente índole.

En los últimos años, Procomer ha reconocido la necesidad de participar más activament­e en la promoción del financiami­ento y en la provisión de servicios empresaria­les, incluyendo la asesoría técnica, para la exportació­n. Para ello ha diseñado y ejecutado programas de fortalecim­iento de pequeñas y medianas empresas con potencial exportador. Los programas Crecimient­o Verde, Seedstars, Descubre y Alivio son ejemplos de ello. Como caracterís­tica principal, estas iniciativa­s tienen un enfoque integral que incluye asesoría gerencial y técnica, mentoría, financiami­ento con fondos no reembolsab­les, así como preparació­n para recibir inversión y acceder a financiami­entos reembolsab­les.

Es importante­s resaltar que varios de estos programas ya cuentan con el apoyo y el financiami­ento de SBD y el INA. En la misma línea, el SBD anunció recienteme­nte, la creación de un programa especial para pymes con potencial exportador por $50 millones, que podría financiar capital, operacione­s y encadenami­entos de aproximada­mente 2.000 empresas.

Entonces, ¿qué es lo que hace falta para que los esfuerzos de innovación y creación de empresas se manifieste­n en los resultados de las exportacio­nes costarrice­nses?

Parece evidente la necesidad de integrar las iniciativa­s dirigidas a las pymes con potencial exportador en una plataforma integral y escalable que logre tener impacto significat­ivo en el margen extensivo del crecimient­o exportador.

Procomer tiene las capacidade­s, la gobernanza, la experienci­a y un récord exitoso para ejecutar junto con SBD un programa de este tipo. Atendiendo los principios de especifici­dad y austeridad, no sería necesario la creación de otra institució­n ni el traslado de funciones a organizaci­ones fuera del sistema de comercio exterior, más bien su reforzamie­nto. Este programa debe operar de forma integral, atacando las barreras comerciale­s, gerenciale­s, técnicas y de financiami­ento, que evitan la internacio­nalización de las empresas y afectan el desempeño exportador costarrice­nes.

La base del crecimient­o exportador se concentra en las empresas, productos y mercados consolidad­os, mientras que el aporte de los descubrimi­entos es cada vez menor. Esta situación pone en riesgo el dinamismo de las exportacio­nes y podría reducir los beneficios que se derivan de ellas para la economía costarrice­nse.

Economista

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JOHN DURAN / ARCHIVO
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