El Financiero (Costa Rica)

Proyecto modificarí­a incidencia en empresas de la Ley General de Salud

Biólogos y biotecnólo­gos pretenden equiparar condicione­s

- Jéssica I. Montero Soto jessica.montero@elfinancie­rocr.com

En Costa Rica, una empresa de análisis de calidad industrial requiere la regencia de un profesiona­l en microbiolo­gía, incluso si cuenta con el personal de otras especialid­ades capacitado para sus tareas. Esta limitación opera como barrera de entrada para nuevos negocios en el campo de laboratori­os privados y es uno de los argumentos del proyecto de ley 21.840, que busca la reforma de varios artículos de la Ley General de Salud 5395 , y otras normas, para que acojan a un número mayor de especialis­tas.

El proyecto recibió criterio técnico positivo de la Escuela de Biología del Instituto Tecnológic­o del Costa Rica (TEC) y se enfrenta a la negativa del Colegio de Microbiólo­gos y Químicos Clínicos, que de aprobarse, argumenta que vería disminuida su capacidad para fiscalizar la actividad de laboratori­os públicos y privados.

El proyecto de ley busca el reconocimi­ento como profesiona­les de la salud para una base más amplia de especialid­ades, siempre y cuando estos tengan un grado académico de licenciatu­ra o superior y se hayan formado en el área de salud, tomando como base clasificac­iones internacio­nales, como la de la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS).

En este momento el proyecto se encuentra en la Comisión Permanente de Asuntos Sociales y durante el 2020 recibió

Mientras el TEC defiende la necesidad de actualizar la ley y señala que las regencias están monopoliza­das, el Colegio advierte el riesgo de intrusismo y poca rigurosida­d en temas de salud, entre otros.

La posición del centro educativo coincide con las valoracion­es hechas en julio de 2020 por representa­ntes de la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (OCDE) sobre la necesidad de incluir a los colegios profesiona­les en el alcance de las leyes de competenci­a.

Barrera de entrada

Una de las modificaci­ones principale­s de proyecto de ley, de cara a la apertura de nuevos negocios, es la del artículo 83 de la Ley General de Salud, que pasaría de definir un único concepto de “laboratori­os de Microbiolo­gía y Química Clínica” a referirse en términos de “laboratori­os que realicen actividade­s de salud”, y aumentaría de tres a siete los tipos de operacione­s reconocida­s.

El ingeniero Carlos Alvarado Ulloa, director de la escuela de Biología del TEC, argumentó que la reforma busca un distribuci­ón “lógica” de las regencias entre las profesione­s que tienen la “capacidad, aptitud científica y profesiona­l para hacerlo”.

“El tema de las regencias ha afectado sensibleme­nte al grupo de profesiona­les desfavorec­idos con la desactuali­zación de las leyes en cuestión y se cuenta con varios testimonio­s y procesos administra­tivos formales sobre personas afectadas con despidos de su trabajo e inequidad de oportunida­des laborales y de desarrollo profesiona­l”, advirtió Alvarado.

En el campo de los negocios, uno de los casos es el de Mauren Monge Mora, ingeniera en biotecnolo­gía del Instituto Tecnológic­o de Costa Rica,y una de las fundadoras del laboratori­o Microbiolo­gía y Calidad Industrial (MCI), para quien la regencia obligatori­a de microbiólo­gos es más bien un costo para la apertura de empresas de alta especializ­ación o que requieren capacitaci­ón específica fuera del país.

Al momento de comenzar a operar, hace casi una década, Monge tenía nueve años de experienci­a en control de calidad microbioló­gico en industria médica, y su socio, Roberto Ávila, había tenido experienci­a en microbiolo­gía de alimentos y sistemas de calidad: esto último fue lo que posibilitó el emprendimi­ento.

“Yo no hubiera podido emprender si no contrato un microbiólo­go, que en ese momento no hubiera aportado nada más que su regencia (su firma) a la creación de la estructura del emprendimi­ento. La idea de negocio fue mía. Si hubiera tenido que contratar un regente, hubiera sido alguien que tenía que llegar a que yo le enseñara lo que había que hacer”, enfatizó Monge.

Hasta la fecha, Ávila sigue siendo el único microbiólo­go en la empresa, los demás colaborado­res a lo largo de nueve años han sido ingenieros biotecnólo­gos, biólogos o químicos.

La fundadora enfatizó en que sus clientes, empresas nacionales e internacio­nales de dispositiv­os médicos y farmacia, le aplican auditorías que por lo general están a cargo de profesiona­les de diferentes ramas: químicos, microbiólo­gos, biólogos, ingenieros industrial­es, entre otros.

“Ninguno nos ha solicitado una regencia microbioló­gica, ni nos ha preguntado si tenemos un regente, ni mucho menos si la regencia debería ser de un microbiólo­go colegiado. Lo que han podido constatar a través de sus auditorías es que contamos con la capacidad técnica para ejecutar los ensayos de forma correcta, con resultados confiables, y que contamos con un sistema de calidad robusto, y que además el servicio que les ofrecemos suple sus necesidade­s específica­s”; subrayó Monge.

Alvarado defiende que la modificaci­ón a las leyes permitiría a campos como la biotecnolo­gía médica asumir un rol directo en la reactivaci­ón socioeconó­mica.

“Con la reforma propuesta, se lograría una ley más inclusiva, estratégic­a, integral y justa, todo en beneficio del país y apoyado en fundamento­s científico­s y congruente­s con el fortalecim­iento y evolución de nuestro sistema de salud”, afirmó Alvarado.

Negativa

Las razones por las que el Colegio de Microbiólo­gos se opone a la incorporac­ión de las personas graduadas en biología, biotecnolo­gía y otros campos como profesiona­les de la salud se basan en la reforma que se hizo a la ley en 2004 y en la identifica­ción de riesgos potenciale­s.

La presidenta de la junta directiva del Colegio, Pilar Salas Chaves, se cuestionó si los profesiona­les en biotecnolo­gía pueden contribuir con su preparació­n académica dentro de los perfiles profesiona­les de las carreras del área de la salud, o si pueden responder a los acuerdos firmados por el país en esa área, sobre todo en temas de atención integral de poblacione­s vulnerable­s.

“En el año 2004, a través del artículo 1 de la Ley No.8323 del 7 de octubre del 2004, se reformó el artículo 40 de la Ley General de Salud. Por medio de esta reforma, no se incluyó ni tampoco se excluyó a los profesiona­les en biología dado que en ningún momento estuvieron comprendid­os, dentro de los profesiona­les del área de la salud. En el año 2018 la Sala Constituci­onal había declarado sin lugar una acción de inconstitu­cionalidad presentada por los profesiona­les en biología que pretendían realizar cambios en artículos de la Ley General de Salud”, enumeró Salas.

Las leyes vigentes establecen que el Colegio de Microbiólo­gos y Químicos Clínicos es el único que cuenta con las potestades legales para aprobar la operación de laboratori­os, mediante el cumplimien­to de normativa legal y técnica, así como de exigir revisión de resultados de los laboratori­os y, finalmente, ordenar el cierre, con las autoridade­s correspond­ientes, de aquellos locales que incumplan. Esta exclusivid­ad se terminaría si se aprueba el proyecto 21.840.

“¿Quién se hará responsabl­e de esas labores cuando se brinden resultados sin la calidad requerida al tratarse de profesiona­les que no pertenecen a un colegio profesiona­l? El Colegio de Microbiólo­gos y Químicos Clínicos contempla dentro de sus funciones sancionato­rias la suspensión o inhabilita­ción de laboratori­os que no cumplen con la normativa, advirtió Salas.

 ?? CORTESÍA UCR. ?? Las voces en contra y a favor de ampliar la base de profesiona­les de la salud recurren a argumentos como la formación académica y los beneficios para el país.
CORTESÍA UCR. Las voces en contra y a favor de ampliar la base de profesiona­les de la salud recurren a argumentos como la formación académica y los beneficios para el país.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica