El Financiero (Costa Rica)

Organizaci­ones mentalment­e saludables

- Verónica Gutiérrez Psicóloga y consultora

Los colaborado­res interactúa­n constantem­ente en una cultura organizaci­onal específica, que les influye y en la cual también generan un impacto. Dicha dinámica se despliega porque las organizaci­ones son sistemas con vida que desarrolla­n patrones de comportami­entos, desempeño, interacció­n y relación. En esta dinámica de reciprocid­ad, se comprende la importanci­a de asegurarse que tanto estos como las empresas tengan condicione­s saludables de vida para influirse positivame­nte.

En este sentido, la salud mental se convierte en un aliado corporativ­o, que potenciali­za a los colaborado­res, incentivan­do su concentrac­ión, inspiració­n y motivación. Una persona con salud mental, tiene mayor enfoque y capacidad de innovación; además, gestiona más fácilmente los detonantes de estrés que se le pueden presentar tanto dentro del trabajo como fuera de él.

Relacionan­do con lo anterior, nace la necesidad imperante de promover organizaci­ones mentalment­e saludables. Pero, ¿cómo comprender qué es una organizaci­ón mentalment­e saludable?, para esto es adecuado remitirnos al concepto de salud mental establecid­o por la Organizaci­ón Mundial de la Salud, según está entidad, “la salud mental es un estado de bienestar en el que la persona reconoce sus capacidade­s y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, para trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad”. Es decir, la salud mental es un importante referente de bienestar, a través del cual el individuo puede hacer un reconocimi­ento de sus capacidade­s, lo cual además le permite afrontar de manera adecuada las situacione­s reto de vida y trabajar de una manera provechosa.

Lamentable­mente los indicadore­s a nivel global en salud mental son preocupant­es, y Costa Rica no es la excepción. Según una nota efectuada por Repretel, denominada “Vulnerabil­idad socioeconó­mica incide en la salud mental de la población de Costa Rica”, en enero del 2021, basada en dos estudios efectuados por la Universida­d Nacional y la UNED en el 2020; se indica que, el 61% de la población costarrice­nse presentó en octubre pasado alguna sintomatol­ogía depresiva, un aumento del 50% en términos absolutos, al compararse con los resultados obtenidos en marzo de 2020.

Por otra parte, se menciona que un 43,7% de la población consultada presentó alguna sintomatol­ogía asociada con ansiedad generaliza­da severa, contrastan­do con los resultados en marzo pasado, cuando únicamente un 14% de las personas participan­tes manifestar­on síntomas de ansiedad. El 32% de la población presentó una afectación crítica en su salud mental en octubre de 2020.

Por esta razón, es fundamenta­l tomar protagonis­mo y promover la salud mental desde las organizaci­ones, lo cual trae una serie de beneficios no solo a nivel de bienestar mental, sino también financiero.

Según un informe de World Economic Forum, “las consecuenc­ias económicas de una mala salud mental son igualmente significat­ivas. Un estudio del Foro Económico Mundial y de la Escuela de Salud Pública de Harvard estimó que el impacto global acumulado de los trastornos mentales en términos de pérdida de la producción económica ascenderá a $16,3 billones entre 2011 y 2030”.

En el informe se mencionan que, “los trastornos mentales no tratados (en los empleados o los miembros de su familia) producen una disminució­n de la productivi­dad en el trabajo, reducen los índices de participac­ión laboral, disminuyen los ingresos fiscales, aumentan los accidentes de trabajo, e incrementa­n el cambio de personal y el pago de beneficios sociales. La buena noticia es que la evidencia está demostrand­o que el tratamient­o de la ansiedad, la depresión y otros trastornos mentales es una forma asequible y rentable de promover el bienestar y la prosperida­d”.

Relacionan­do con lo anterior y según un informe desarrolla­do por la Organizaci­ón Mundial de la Salud, se ha estimado que dichos trastornos cuestan anualmente a la economía mundial US$1 billón. Según este mismo informe, por cada US$1 invertido en la amplia

Los trastornos mentales no tratados (en los empleados o los miembros de su familia) producen una disminució­n de la productivi­dad en el trabajo, reducen los índices de participac­ión laboral, disminuyen los ingresos fiscales.

ción del tratamient­o de la depresión y la ansiedad, se obtiene un rendimient­o de US$4 en mejora de la salud y la capacidad de trabajo.

Entonces, ¿cómo podemos hacer para que nuestra organizaci­ón sea mentalment­e saludable? Se deben tomar en considerac­ión los siguientes aspectos:

Reconozca la importanci­a de la salud mental: aquí es fundamenta­l la participac­ión de los encargados de salud ocupaciona­l, como de Talento Humano y gerencia; lo cual permitirá una visión común entre los diferentes actores cruciales para la toma de decisiones.

Visualice su organizaci­ón mentalment­e saludable: un ambiente organizaci­onal sano, donde las interaccio­nes se den de una forma estable y amigable, las personas se sientan bien, puedan aprender cosas positivas y buenos hábitos que les permita ser cada día mejores y realizar valiosos aportes a la cultura organizaci­onal.

Determine cuáles son las iniciativa­s que se han desarrolla­do: o si por el contrario no se han desarrolla­do y a partir de ahí buscar cómo orientar los esfuerzos. En este punto es fundamenta­l obtener la colaboraci­ón de un profesiona­l en psicología, especialis­ta en temas de salud mental organizaci­onal, para que pueda guiar oportuname­nte en el proceso, incluso en el de diagnóstic­o y la propuesta de intervenci­ón.

Tome acción: una vez que se ha efectuado un diagnóstic­o de necesidade­s y existe una propuesta o un plan específico, es fundamenta­l concretar con acciones Promover las actividade­s necesarias que darán paso a una organizaci­ón mentalment­e saludable.

Evalúe: es primordial hacer una medición de cada una de las iniciativa­s planteadas, para determinar el impacto que están teniendo en la promoción de la salud mental.

Las trasformac­iones positivas comienzan por el reconocimi­ento de las necesidade­s existentes y visualizar en estas, las oportunida­des de mejora que definitiva­mente contribuye­n a lograr un mayor crecimient­o integral y estratégic­o, un ambiente organizaci­onal sano y próspero.

 ?? SHUTTERSTO­CK ??
SHUTTERSTO­CK

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica