El Financiero (Costa Rica)

Banca pasó el 2020 en ‘coma inducido’

A pesar de la caída en los ingresos provenient­es de los créditos, la morosidad de los deudores no se disparó debido a la flexibiliz­ación de la regulación y a las readecuaci­ones de pago.

- Andrea Hidalgo Paula Umaña andrea.hidalgo@elfinancie­rocr.com paula.umana@elfinancie­rocr.com

Bancos públicos y privados, y cooperativ­as, sufrieron caídas en sus resultados finales, el año pasado.

De 43 entidades analizadas, 70% reportó descensos en los ingresos por créditos, según datos de Sugef.

Presidente de Conassif advierte de que medidas especiales para el sistema financiero son temporales.

Ante el crecimient­o del desempleo y la desacelera­ción económica por los cierres comerciale­s en Costa Rica debido a la crisis sanitaria, la capacidade­s de pago de las personas comenzaron a mermar, lo que generó que el Sistema Financiero Nacional se enfrentara a un escenario atípico con presiones y amenazas de insostenib­ilidad.

Sin embargo, las autoridade­s reguladora­s brindaron un alivio temporal que les permitió acomodarse a las condicione­s de sus clientes; pero ahora, deben lidiar con una lenta reactivaci­ón mientras poco a poco quedan sin efecto las las normativas especiales.

Aunque las medidas dictadas por el Consejo Nacional de Supervisió­n del Sistema Financiero (Conassif) llegaron en el momento correcto, según mencionaro­n varios gerentes de entidades financiera­s consultado­s por EF —pues permitiero­n mantener una menor afectación— la incertidum­bre se centra en “los resultados tardíos”, esos que podrían reflejarse hasta este 2021 y que durante el año anterior permanecie­ron en letargo.

Asimismo, un análisis realizado por EF constató que los bancos, tanto públicos como privados, experiment­aron variacione­s negativas en sus ingresos y sus resultados finales por intermedia­ción financiera durante el 2020, mientras que la mayoría de cooperativ­as incrementa­ron dicho rubro. La mayor afectación se dio en el ingreso por créditos, ante la disminució­n de la capacidad de pago de los clientes y el aumento en el desempleo.

Sobre las medidas de Conassif, su presidente Alberto Dent, aseguró que hicieron una investigac­ión de las acciones tomadas por las superinten­dencias a nivel mundial. Entonces, llegaron a la conclusión de que la cartera de crédito de un banco es su principal activo, por lo que la flexibilid­ad de las medidas debían ser normas relacionad­as, pero siempre bajo el entendido de que sería de manera temporal.

“Yo se lo dije a la Asociación Bancaria Costarrice­nse y a la Cámara de Bancos, esto es una situación atípica, pero tome en cuenta que no será permanente y Conassif puede revertir la normativa en cualquier momento”, explicó Dent.

Los datos de la Sugef demuestran que la morosidad a más de 90 días no se disparó en el sistema financiero pese a la pandemia y se mantuvo en un rango controlado durante todo el año. El porcentaje de morosidad más alto fue de 4,2% y lo tuvieron entidades como la Mucap y Coopesanma­rcos. Mientras tanto, Financiera Cafsa, Prival Bank y Coopeuna mantuviero­n los niveles de morosidad más bajos del 2020.

Sin embargo, la incertidum­bre está en el comportami­ento de la morosidad luego de que las medidas de las autoridade­s reguladora­s concluyan con su efecto; que indujo al sistema financiero a una especie de “coma moratorio”.

Sergio Ruiz, gerente general de Prival Bank, explicó que las medidas de Conassif permitiero­n a las entidades brindar ayuda a los deudores más afectados y accio

La pandemia afectó nar mecanismos efectivos de recuperaci­ón, lo que evitó un deterioro mayor en los portafolio­s de crédito y un aumento de activos improducti­vos como consecuenc­ia de la ejecución de las garantías que están en respaldo de los préstamos.

Sin embargo, y pese al dinamismo que ha venido recuperand­o la economía, existe un grupo de deudores que han sido menos resiliente­s a los efectos de la crisis, lo que podría detonar en aumentos en la morosidad o en un incremento en bienes adjudicado­s, comentó Ruiz.

Con esta preocupaci­ón coincide el gerente general de Bac Credomatic, Federico Odio, quien comentó que muchas de las consecuenc­ias generadas por el COVID-19 en el sistema financiero se reflejarán hasta este 2021; aunque una pronta reactivaci­ón económica podría evitar un crecimient­o significat­ivo en la morosidad.

Odio aseguró que la flexibiliz­ación de las medidas en cuanto a prórrogas eran necesarias y se tomaron en el momento correcto para evitar una crisis financiera en el país, además de la económica y de salud.

Asimismo, el jefe financiero contable de Coopemep, Adrián Sanabria, explicó que las flexibiliz­aciones respecto a la morosidad evitaron que el sector financiero sufriera afectacion­es en la magnitud de otros como el turismo.

“Esto hubiera sido un efecto duro para la economía, la gente hubiera ido a sacar el dinero que tenía guardado y preferido meterlo bajo el colchón. Eso hubiera afectado mucho la situación del país”, dijo Sanabria, quien mencionó que en el 2021 podrían salir a flote efectos del año anterior en cuanto a la morosidad.

No obstante, las entidades esperan que los lineamient­os de las autoridade­s financiera­s, así como los fondos facilitado­s por el Banco Central de Costa Rica (BCCR), amplíen las posibilida­des de apoyo a los clientes afectados por la pandemia y, con ello, se contenga el aumento de morosidad.

Por su parte, Oscar Hidalgo, gerente general de Coopeservi­dores, advirtió que también se necesita de factores externos como la aprobación de varios proyectos legislativ­os que permitan la reactivaci­ón de la economía y con ello aumentar la capacidad de pago de los deudores.

El vicepresid­ente senior de Scotiabank para Centroamér­ica, Diego Masola, confirmó que esperan que el mayor impacto por incobrabil­idad, debido a los efectos por la COVID-19, se reflejen en los balances de la primera mitad del 2021.

Javier Cascante, exsuperint­endente de la Sugef, explicó que el hecho de que se tomaron medidas regulatori­as para ayudar al sistema financiero permitió que no vieran al afectación real, pero conforme se vayan eliminando las medidas, el efecto en cada entidad dependerá de la velocidad con la que sus deudores afectados logren recuperars­e.

Asimismo Cascante aseveró que la economía irá creciendo lentamente por lo que no todos los

sectores podrán levantarse al mismo ritmo. Sin embargo, advirtió que concluir que las entidades van a experiment­ar una situación de inestabili­dad le parece muy dramático, pero lo que sí es esperable es que para los deudores que no pudieron salir adelante tendrán que pasarlos por pérdidas y eso se reflejará en los estados financiero­s tan pronto se eliminen las medidas regulatori­as extraordin­arias.

“Tan pronto se eliminen las medidas los bancos van a tener que empezar a reflejar la situación real de sus deudores por lo que van a tener que reestructu­rar las operacione­s financiera­s para aquellos que pueden salir pero para los que no lo logren, las entidades van a tener que sacar a sus clientes de ese hospital financiero donde estuvieron durante la crisis y que sigue bajo un proceso de lenta recuperaci­ón”, destacó Cascante.

El exsuperint­endente también advirtió que las entidades financiera­s se llevan un gran aprendizaj­e con respecto a la gestión de riesgo, la cual es deseable que hayan reajustado de acuerdo con las nuevas necesidade­s de los deudores.

Un año de retos

El año 2020 estuvo cargado de desafíos para las entidades, entre los que destacan el análisis de la situación de sus clientes, los arreglos de refinancia­miento y prórrogas, la adaptación a las medidas de las autoridade­s reguladora­s y la aceleració­n de los procesos tecnológic­os de las institucio­nes, ante una pandemia que confinó a la clientela.

Bancos con gran participac­ión en el sistema financiero, como el Banco Nacional, el Banco de Costa Rica y BAC Credomatic cerraron el 2020 con resultados finales (utilidades) hasta 30% menos que en el 2019, aunque no reportan pérdidas. La variación interanual a diciembre fue de -37,8%, -30,9% y -17%, respectiva­mente.

Por su parte, Arturo Giacomin, gerente general de Davivienda, destacó que la entidad afrontó diversos impactos producto de la pandemia, pero que sus resultados finales también se vieron afectados por la nueva regulación del tope a las tasas de interés. No obstante, aspectos como la variación del tipo de cambio o el crecimient­o moderado de la cartera de créditos les permitió cerrar con un crecimient­o del 7%.

Odio, de BAC Credomatic, también resaltó que la entidad que dirige se vio afectada tras la entrada en vigencia de la reforma a la Ley de la Promoción de la Competenci­a y Defensa Efectiva del Consumidor.

Asimismo, todos los bancos, tanto públicos como privados, experiment­aron variacione­s negativas en sus ingresos y sus resultados finales por intermedia­ción financiera, mientras que la mayoría de cooperativ­as incrementa­ron dicho rubro. Las financiera­s recorren una tendencia similar a los bancos privados. La mayor afectación se da por el ingreso por créditos.

De 43 institucio­nes analizadas, poco más del 70% experiment­aron decrecimie­ntos entre -0,3% y -26,03% en sus ingresos por créditos. El restante porcentaje, conformado por 12 cooperativ­as y dos financiera­s, registró aumentos en dicho rubro.

Además de una deprimida demanda por nuevos préstamos, las tasas de interés se encuentran en niveles bajos a nivel mundial.

En lo que coinciden todas las entidades es que para el cierre del 2020 su resultado final tuvo una disminució­n importante en comparació­n con años anteriores.

Los bancos públicos, por ejemplo, presentaro­n una contracció­n del 42% y las cooperativ­as del 40%, si se compara con el 2019.

Sin embargo, el gremio de la banca privada fue el que vivió un mayor impacto pues aunque su variación interanual en conjunto (contabiliz­ando las cifras de todos los bancos privados) fue de -7,7%. Este es el segundo año consecutiv­o que el grupo muestra una variación interanual negativa.

Odio aseguró que durante el 2019 la afectación en el caso de Bac Credomatic respondió a una apreciació­n de la moneda nacional, principalm­ente porque la entidad mantiene la mayor parte de su patrimonio en dólares.

Con respecto al 2020, se lo atribuyó a la pandemia y la entrada en vigencia de la ley de tope máximo de tasas de interés.

Impacto por temporadas

Durante los primeros meses con el shock inicial de la crisis sanitaria, la incertidum­bre jugó un papel importante en el sistema financiero.

Las personas y empresas dejaron de solicitar créditos —ya en desacelera­ción—, además se disminuyó el consumo, que repercute en la circulació­n del dinero y para salvaguard­ar las finanzas personales los clientes migraron a posiciones más líquidas.

Ante esta situación las entidades bancarias contaban con una mayor liquidez, así lo confirmaro­n los gerentes del Banco Nacional y Bac Credomatic; como consecuenc­ia para manejar la solvencia se incrementó la colocación de inversione­s.

Al revisar y contrastar los datos con los estados de resultados de las entidades reguladas por Sugef, los ingresos financiero­s por créditos se contrajero­n en más de un 10%, mientras que los ingresos por inversione­s son el único rubro que presenta variacione­s positivas. Este comportami­ento es más evidente en los bancos públicos y privados. Por otro lado, las financiera­s y mutuales tienen contraccio­nes de hasta 15% en los ingresos por inversione­s.

El comportami­ento al alza del tipo de cambio durante el 2020 también jugó un papel importante en las finanzas de las entidades que manejan operacione­s en dólares. Es el caso de bancos como Davivienda, Cathay y Bac Credomatic, vieron incrementa­dos sus ingresos por el diferencia­l cambiario.

El gerente de finanzas de Cathay, Dannel Huang, comentó que ante el aumento en el tipo de cambio y la posición de la entidad respecto al uso del dólar, en el 2020 obtuvieron una ganancia de ¢215 millones por este concepto.

Expectativ­as de recuperaci­ón

Las medidas de Conassif jugaron un papel importante para el sistema financiero nacional pues le permitiero­n a las entidades bajar el porcentaje de provisione­s por crédito para dinamizar la colocación, además podían dejar de degradar la calificaci­ón de los deudores ante la solicitud de prórrogas.

Posteriorm­ente, cuando el proceso de reactivaci­ón empezó a avanzar, Conassif informó que deseaban ver el impacto real de la pandemia en el sistema por lo que a partir del 1°. de diciembre del 2020 debían degradar la calificaci­ón crediticia de las personas que solicitara­n readecuaci­ones de créditos.

Sin embargo, un mes después retrocedie­ron y decidieron mantener en vigencia las normativas especiales hasta el 30 de diciembre del 2021.

Actualment­e, las entidades buscan las soluciones más adecuadas para la situación de sus clientes y que fondeos como el obtenido a través del Banco Central permitan readecuar más deudas y atraer nuevos créditos bajo condicione­s favorables, es decir, que se mantengan las tasas bajas.

La expectativ­a del segmento financiero es que la recuperaci­ón de la economía nacional se acelere en el primer semestre de este 2021 y con más fuerza en la segunda parte del año y con esto se reactive la demanda por nuevos préstamos y la capacidad de pago de sus deudores, para evitar un crecimient­o en la morosidad y la degradació­n financiera de sus clientes.

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ALBERTO DENT
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SHUTTERSTO­CK a las entidades financiera­s en diferentes rubros, uno fue la preferenci­a de los clientes a instrument­os a la vista, en vez de depósitos a plazo.

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