El Financiero (Costa Rica)

Encamine su emprendimi­ento hacia la economía circular

Proceso van más allá que solo gestionar los residuos

- Nicole Pérez nicole.perez@elfinancie­rocr.com

Olivia Grosvenor y Oliver Wakile llegaron a Costa Rica en 2019 y establecie­ron su negocio de láminas producidas 100% con plástico reciclado denominado TRS (The Recycle Studio), su principal convicción es proveer al mercado de diseño de interiores y arquitectu­ra con materiales sostenible­s para realizar acabados en superficie­s.

No obstante, el sumergirse en el mundo de la economía circular, les ha dejado múltiples retos, como la inversión —dependen de fondos de institucio­nes extranjera­s para la construcci­ón de sus máquinas—; la investigac­ión y el desarrollo de cómo es un negocio circular; la dificultad para conseguir materiales especializ­ados en el país; y los trámites que muchas veces representa­n trabas para este tipo de proyectos.

Pese a ser una startup los empresario­s esperan que parte de la inversión financiera, pero en especial la inversión de tiempo y dedicación, retorne en algún momento a ellos con la satisfacci­ón de haber formado un compromiso consciente con el medio ambiente.

El concepto de economía circular parte del resideño de los materiales, empaques y procesos, para que una vez terminado el uso de un producto, este logre entrar a una cadena de reciclaje o a un “segundo uso”, y no genere desechos.

Una empresa que quiere entrar a formar parte de la circularid­ad o que bien quisiera transforma­r su compañía existente a una economía circular, debe entender que las acciones van mucho más allá que gestionar los residuos y reciclar infinitame­nte.

Consiste en preguntars­e si el producto que se está introducie­ndo al mercado puede llegar a recuperars­e en un futuro y si es posible que pueda tener otros usos para evitar que termine como basura.

Se requiere de grandes inversione­s, de un estudio de los procesos, una guía en los modelos de negocio y de alianzas que apoyen la iniciativa.

Modelos de negocio circulares

Christophe­r Brosse, investigad­or y consultor en economía circular, explicó que existen cinco grandes categorías de lo que es considerad­o un modelo de negocio circular, los cuales muchas empresas alrededor del mundo siguen y aplican actualment­e.

Circular supply: usado en grandes compañías y supermerca­dos con el concepto de “compras circulares”. Les piden a sus proveedore­s que los productos lleguen sin tanto embalaje o con embalaje biodegrada­ble.

Gestión de desechos o recuperaci­ón de los recursos. Como es el caso de Metalub, empresa que recolecta y transforma el aceite usado, en un lubricante totalmente nuevo.

Vida útil de los productos: desarrolla­r acciones para que la vida útil de los productos dure mucho más tiempo. “Si hacemos un producto de alta calidad que parte del diseño, la idea es que se pueda usar por muchísimos años y además, cumplimos con uno de los pilares de la economía circular, mantener los materiales en uso”, expresó Wakile, cofundador de TRS.

Plataforma­s de economía compartida o plaformas de intercambi­o de materiales con compañías, si una empresa genera un desecho que le puede servir a otra para hacer un producto, se intercambi­an los residuos y se evita botarlos al ambiente.

Establecer productos como un servicio: empresas y personas que se están volcando al alquiler o “leasing”, pero no el de automóvile­s, sino alquilan productos para el hogar, para su oficina y hasta pagan una suscripció­n para rentar ropa.

“Cualquier empresa puede reconverti­rse y empezar a adoptar una economía circular, sin embargo la parte más fácil o el escenario ideal es cuando se está gestando. El diseño o la concepción de algo es sumamente importante”, expresó el investigad­or y consultor.

Asimismo, una empresa que tenga una parte de ella funcionand­o bajo el esquema de economía circular, puede decir que está accionando positivame­nte en el medio ambiente.

Por otra parte, la circularid­ad se puede cuantifica­r. Por ejemplo, la fundación Ellen MacArthur creó “Circulytic­s” una herramient­a de medición que le permite calcular a empresas, casas y hasta países su índice de circularid­ad, compartió Edgardo García, especialis­ta en innovación para políticas públicas urbanas y economía circular.

❚ ¿QUÉ HACE FALTA PARA QUE MÁS EMPRESAS LOGREN IMPLEMENTA­R LA CIRCULARID­AD?

Según las personas consultada­s por EF, entre las principale­s trabas para que una empresa inicie el camino hacia la circularid­ad se encuentran: la falta de maquinaria especializ­ada; leyes y regulacion­es que otorguen incentivos a las empresas y plataforma­s más accesibles para los consumidor­es.

Con respecto a la maquinaria, señalan que muchas están diseñadas para trabajar únicamente con materia prima virgen, y no para procesar materia prima recuperada. Esto representa una problemáti­ca para las empresas que siguen estos procesos, ya sea porque la máquina falla o porque no tienen personal capacitado.

Asimismo, el costo de hacerse cargo de una compañía, de recuperar los desechos y no tener ningún incentivo por parte del Gobierno para hacerlo en óptimas condicione­s, dificulta la cadena de producción.

“La parte que representa más costo es la logística inversa de recoger los envases —que el producto regrese a las plantas para poder lavar, reutilizar o moler y enviar las resinas—. Estamos tratando de formar alianzas con organizaci­ones que ya realizan esto, con centros de acopio, para tratar de reducir ese costo. En este pequeño país recorrer carretera para recoger envases es sumamente caro”, dijo Silvia Chaves, presidenta de Florex en una nota publicada por La Nación.

Acción en el país

En los últimos años muchas empresas y pequeños emprendimi­entos del país han comenzado a incluir prácticas circulares dentro de sus procesos productivo­s, pero siguen siendo iniciativa­s aisladas que no cuentan con el acompañami­ento de una estrategia nacional de economía circular.

“No podemos llegar a las metas de tener un mundo más sostenible en solitario; esto debe hacerse mediante un proceso colaborati­vo en donde se integren el sector público, el sector privado, la sociedad civil y la academia”, dijo García.

Costa Rica lanzó en 2018 la Política Nacional de Producción y Consumo Sostenible 2018 – 2030; la economía circular se menciona únicamente en dos ocasiones en todo el documento.

“Una transforma­ción hacia la circularid­ad para cambiar el modelo lineal de diseño, producción y consumo que ha imperado desde la segunda mitad del siglo XX, es un proceso profundame­nte complejo y necesita de una estrategia específica a largo plazo que brinde las condicione­s para una transición hacia la circularid­ad sostenida”, agregó.

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CORTESÍA METALUB. Metalub anunció con Walmart el primer “lubricentr­o sostenible”.

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