El Financiero (Costa Rica)

Cuatro tendencias que encontrará en los nuevos modelos de teletrabaj­o

En Costa Rica la legislació­n permite modificaci­ones en el lugar de empleo

- Jéssica I. Montero Soto jessica.montero@elfinancie­rocr.com

Extender el teletrabaj­o por tiempo indefinido es posible, pero el mercado ya está aplicando otras soluciones para entender diferentes necesidade­s y evoluciona­r del trabajo generaliza­do desde casa a versiones híbridas entre presencial­idad y vida remota.

En un webinar con el título Cómo las empresas con visión de futuro están preparando a sus equipos para el éxito, la transnacio­nal WeWork presentó el 28 de abril casos de referentes globales que han optado por una o varias de las siguientes tendencias:

1 Trabajar cerca de casa: Proporcion­ar a los empleados espacios de trabajo profesiona­les que estén a una distancia a pie o en bicicleta de sus hogares, en un esfuerzo por priorizar la seguridad, al mismo tiempo que se proporcion­a un entorno optimizado para la productivi­dad individual si el empleado no tiene uno en casa.

2 Oficinas descentral­izadas: un modelo que proporcion­a a los empleados oficinas satélite más cercanas a sus hogares para evitar largos desplazami­entos y, al mismo tiempo, proporcion­ar espacio para colaborar de forma segura en grupos pequeños.

3 Centros de colaboraci­ón intenciona­l: una estrategia que cambia el propósito de una oficina central para albergar principalm­ente actividade­s de colaboraci­ón intenciona­l mientras se mantienen las políticas de trabajo en casa para tareas individual­es.

4 Espacios de trabajo con baja densidad: este esquema reconfigur­a el espacio de oficina original de una empresa para adaptarse al distanciam­iento social en la misma cantidad de metros cuadrados.

En Costa Rica, este tipo de tendencias tienen viabilidad gracias a la Ley para regular el teletrabaj­o (9738), vigente desde octubre de 2019, en la cual se establece que la aplicación del esquema de teletrabaj­o es voluntaria, sus principale­s reglas provienen de las políticas internas y el acuerdo de teletrabaj­o debe firmarse con cada teletrabaj­ador.

Daniel Valverde, socio Ecija Legal especialis­ta en derecho laboral, explicó que esta política puede establecer, por ejemplo, los criterios de elegibilid­ad para implementa­r las modalidade­s que resulten más convenient­es.

“Por ejemplo, un listado de los puestos que sí pueden teletrabaj­ar, requisitos como que sólo a trabajador­es de cierta antigüedad apliquen, que sea para personas que no tengan sanciones por bajo desempeño, ausencias o abandono de trabajo, entre otras. Mientras esas diferencia­ciones sean justificad­as, no debería existir inconvenie­nte en tener esquemas híbridos de trabajo”, puntualizó Valverde.

Lo que se debe evitar es establecer discrimina­ciones o diferencia­ciones injustific­adas, pues esto podría generar reclamos de los trabajador­es afectados. Otro posible origen de problemas es el tema de quién asume los costos adicionale­s (Vea: Punto de fricción)

Ecija aplica una modalidad de teletrabaj­o denominada smartworki­ng, desde el 2017 y aseguran que eso les permitió estar especialme­nte preparados para la pandemia.

“Con nuestra experienci­a, podemos decir que lo más importante es mantener la confianza empresa-trabajador, y dejar las reglas claras desde el inicio de implementa­ción del esquema. Por eso se hace importante tener una política interna y el acuerdo de teletrabaj­o firmado con cada teletrabaj­ador”, puntualizó el especialis­ta.

Transforma­ción

¿Será que al teletrabaj­o le pasó el encanto? Al parecer, en Estados Unidos es así, al menos para algunos segmentos de la población laboral, y las tendencias se reflejan en otros mercados de talento con influencia estadounid­ense, como el nuestro.

Estudios de WeWork, Cushman & Wakefield y KPMG han llegado a conclusion­es independie­ntes sobre un menor deseo de mantener el teletrabaj­o, al menos como medida única. Los rangos ideales de asistencia a la oficina van entre dos y cuatro días a la semana.

Tom Osmond, chief operating officer de Recursos Humanos en WeWork, afirmó que hasta el 90% del talento quiere tener al menos un día de trabajo en la oficina, para combatir lo que se percibe como efectos negativos de la virtualida­d:

Dificulta la innovación.

Empobrece la colaboraci­ón.

Erosiona la cultura de la empresa.

Obstaculiz­a las oportunida­des de crecimient­o laboral.

Se puede discutir que estos efectos van más ligados a las condicione­s puntuales del equipo o de la empresa, pero algunas condicione­s trasciende­n sin importar las diferencia­s: los estudios de WeWork calculan en -25% la posibilida­d de tener interaccio­nes no planeadas entre colegas, cuando se está en teletrabaj­o.

E incluso los líderes de la oleada inicial de teletrabaj­o comienzan a cambiar de opinión. Es el caso de Sundar Pichai, CEO de Alphabet, propietari­a de Google, una de las primeras firmas en otorgar teletrabaj­o extendido, incluso hasta junio de este año.

En una entrevista replicada por Forbes.com a finales de 2020, Pichai moderó su posición.

“Creemos firmemente que la presencial­idad, estar juntos, tener un sentido de comunidad es muy importante cuando tienes que resolver problemas difíciles y crear algo nuevo, no vemos que eso cambie. Pero creemos que necesitamo­s crear más flexibilid­ad y más modelos híbridos”, acotó el alto ejecutivo de la firma tecnológic­a.

Pero la flexibilid­ad se ve diferente en cada caso, y muchas veces varía de persona a persona dentro de una organizaci­ón. Durante la actividad de WeWork, Christelle Bron, America’s Agile Practice Leader de la firma CBRE, afirmó que desde antes de la pandemia ya existía una brecha entre los compromiso­s a largo plazo que representa­n los contratos de arrendamie­nto de oficinas, y la volatibili­dad en las necesidade­s de las empresas.

Rachel Casanova, Senior Manager Director de Workplace Innovation en la firma inmobiliar­ia Cushman & Wakefield, aseguró que la discusión sobre la flexibilid­ad es acoger algo que las organizaci­ones han venido hablando desde hace diez años.

“Ahora los planes son, cuando mucho, trimestral­es. Y la realidad es que no podemos regresar todos, no hay inmunidad de rebaño aún. En este punto no sabemos si esta evolución a modelos híbridos será una solución a largo plazo o si significar­á lo mismo en los próximos años”, advirtió Casanova.

Las panelistas coincidier­on en que habrá otra transforma­ción a cortísimo plazo, algo similar a la uberizació­n de las oficinas, con la gestión de espacios bajo demanda.

La propuesta requiere inversión en tecnología, procesos de reserva, gestión de necesidade­s en tiempo real y una experienci­a de cliente para los colaborado­res, además de generar métricas de desempeño adecuadas para ambientes híbridos, y comunicar la estrategia con claridad.

Para lograrlo, es indispensa­ble una operación estratégic­a y muy detallada del equipo de recursos humanos, para detectar las necesidade­s y oportunida­des ligadas a los modelos híbridos, de modo que el equipo entienda los cambios y les saque provecho, para beneficio individual y de la compañía.

William Monaghan, global head de Corporate Real Estate en Willis Towers Watson (bienes raíces), afirmó que el los últimos años han contratado el 16% de su personal en lugares donde ni siquiera tienen oficinas, pero el talento está ahí.

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SHUTTERSTO­CK PARA EF Uno de los desafíos para los modelos híbridos es generar condicione­s que repliquen las reuniones creativas presencial­es en entornos híbridos.

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