El Financiero (Costa Rica)

Arribo de vacunas se traba entre tensiones

Detrás de las 950.000 dosis en Costa Rica hay un pulso por el abastecimi­ento que se concentra en países desarrolla­dos y la gran necesidad de inmunizaci­ón en economías emergentes.

- Laura Ávila laura.avila@elfinancie­rocr.com

“El principal cuello de botella es la disponibil­idad global de vacunas. La capacidad mundial de producción está por debajo de las necesidade­s”.

Carlos Alvarado

Presidente de la República

El mundo enfrenta el segundo año de la pandemia en medio de una fuerte ola de contagios y con una distribuci­ón desigual de vacunas. El panorama agudiza la crisis sanitaria en países con altos niveles de pobreza, como la India, y ralentiza la inmunizaci­ón en naciones de renta media como Costa Rica.

Mientras que algunas potencias tienen un rol protagónic­o y acaparan millones de viales. Estados Unidos, por ejemplo, pretende que el 70% de los adultos tengan al menos una dosis de la vacuna contra el nuevo coronaviru­s para el 4 de julio, y ya se planea incluir a los adolescent­es en la campaña de inmunizaci­ón, según anunció el presidente Joe Biden.

Suspender las patentes de las vacunas para dinamizar la producción de los medicament­os ha sido una idea impulsada por India y Sudáfrica ante la Organizaci­ón Mundial del Comercio ( OMC). Aunque suena loable, no es una vía fácil pues implica inmensos retos logísticos y posibles complicaci­ones legales.

No obstante, la idea recibió el espaldaraz­o de la administra­ción Biden este 5 de mayo, luego de que expresara que está a favor de levantar las patentes.

Entre tanto, India experiment­a un tsunami a causa del SARSCOV-2. Posee una nueva variante, superó los 20 millones de casos y contabiliz­a más de 222.000 fallecimie­ntos, según un recuento de la agencia AFP al 5 de mayo.

El recrudecim­iento de la pandemia en el país asiático pone en jaque la producción de todo tipo de vacunas, pues India es una de las mayores fábricas de medicament­os del mundo.

El rezago

Aunque el mundo ya cuenta con diversas vacunas para darle la lucha al SARS-COV-2, aún no hay suficiente alivio, pues a lo largo y ancho del planeta surgen múltiples tensiones por el abastecimi­ento de los viales.

A finales de enero la Comisión Europea aplicó un mecanismo temporal para controlar las ventas de los fármacos que se producen en territorio europeo y que se pretendían comerciali­zar fuera del bloque comunitari­o. La medida se tomó para garantizar el acceso a los medicament­os y para acelerar la campaña de vacunación en los 27 países de la Unión Europea (UE).

Meses más tarde India también restringió las exportacio­nes de vacunas de manera “drástica”, según un artículo de The New York

Times. La nación asiática se aferra a millones de medicament­os para enfrentar el tsunami de contagios lo que implica menores envíos a varias partes del mundo.

En marzo el mecanismo COVAX dio la voz de alerta al anunciar retrasos en las entregas del Serum Institute de la India (SII) ante el recrudecim­iento de la crisis sanitaria.

Esta empresa está obligada a proporcion­ar la vacuna de AstraZenec­a a 64 países de ingreso bajo (incluido India), según consta en el acuerdo entre el SII y la iniciativa GAVI (asociación público privada que pretende aumentar la inmunizaci­ón en los países pobres).

En medio de estas restriccio­nes comerciale­s, los países más desarrolla­dos concentran la mayor cantidad de dosis. El tema fue abordado durante el informe anual que el presidente Carlos Alvarado rindió ante el Congreso el pasado 4 de mayo.

“El principal cuello de botella es la disponibil­idad de vacunas. En primer lugar, la capacidad mundial de producción está por debajo de las necesidade­s. Además, los países ricos que tienen el 16% de la población mundial han acaparado el 54% de la producción global de vacunas. Hemos señalado este hecho en los foros internacio­nales y pedido mayor justicia”, afirmó el mandatario en su alocución.

Estados Unidos es una de las naciones que lidera la carrera de inmunizaci­ón y al 5 de mayo se habían aplicado 247,76 millones de dosis; lo que significa que el 32% de su población ya cuenta con el esquema completo de vacunación. Las cifras se desprenden del rastreador de vacunación mundial de The New York Times.

Mientras que Israel, que ya decidió dejar atrás el uso de las mascarilla­s, ha aplicado 10,47 millones de dosis y ya contabiliz­a al 56% de su población con dos dosis de vacuna anticovid.

Costa Rica a paso lento

Entretanto, Costa Rica apenas se acerca al millón de vacunas. Hasta el lunes 3 de mayo se habían aplicado 950.252 dosis, de los cuales el 36% correspond­en a esquemas completos de vacunación. Hasta esa fecha la tasa nacional de aplicación de vacunas contra la COVID-19 era de 18,40 por cada 100 habitantes, de acuerdo a datos de la Caja.

Hasta el momento Costa Rica cuenta con acuerdos bilaterale­s con Pfizer, AstraZenec­a y el mecanismo COVAX, que garantizar­ían el acceso a 7 millones de dosis.

No obstante, una de las dudas es si Costa Rica no utiliza las vacunas Sputnik (Rusia) o Sinovac (China) por razones políticas, como sí lo hacen otros países de la región -principalm­ente sudamerica­nos-.

“Yo creo que en esto no ha habido una considerac­ión política, no veo que esto haya sido afectado por factores políticos, es una cuestión de mercado y certificac­iones”, manifestó Constantin­o Urcuyo, politólogo y profesor especialis­ta en política internacio­nal.

El Ministerio de Salud acepta fármacos aprobados por “agencias estrictas” como la Food and Drug Administra­tion o la Agencia Europea de Medicament­os. Sin embargo, no incluye en ese listados organismos de países que ya han dado luz verde a la vacuna rusa.

Esta es una decisión cuestionad­a por la empresa costarrice­nse VMG Pharma S.A. que intentó adherirse al proceso rápido para obtener el permiso de importació­n y uso para la Sputnik.

Lo que sí existe es una guerra propagandí­stica para medir quién hace una mejor vacuna o cuál (país) dona más, según Urcuyo.

Varias naciones han donado vacunas, tal es el caso de Estados Unidos que anunció la donación de 60 millones de vacunas de AstraZenec­a a otros países. Luego del anuncio el Ministerio de Relaciones Exteriores toco las puertas de la potencia para solicitar apoyo para Costa Rica y otros países de la región.

EF consultó a la cartera si valoran un acercamien­to con Rusia o China, pero la institució­n ni lo negó ni lo confirmó “Agregamos que las gestiones con otros socios estratégic­os siguen en curso (...). Por otra parte, cualquier desarrollo de vacunas que cumpla con los requisitos establecid­os por las autoridade­s competente­s de salud, podría ser considerad­o”, indicó vía correo la oficina de prensa de Cancillerí­a.

Este año Costa Rica ha gestionado donaciones en varias ocasiones, en marzo el Gobierno hizo la petición a India, según una nota publicada por el diario La Nación.

En este caso el país pretendía adquirir vacunas Covishield contra la COVID-19 producidas por el Instituto Serum de la lndia.

Liberar patentes, un reto logístico

Uno de los temas más discutidos en esta coyuntura es liberar las patentes, un proceso que iría en contra de la propiedad intelectua­l pero que permitiría que otros países puedan hacer copias de las vacunas sin temor a ser demandados. El tema tiene seguidores y detractore­s.

“Nosotros como sociedad tenemos que hacer como en algún momento hicimos con el agua, el agua potable es un derecho humano y las vacunas también deberían de serlo. Ahora es el momento más claro para una declarator­ia de ese tipo y así de fuerte”, afirmó María Luisa Ávila, exministra de Salud.

Levantar las patentes podría ser viable pero el verdadero reto está en la capacidad de manufactur­a y de distribuci­ón, considera Luis Güell, profesor de Lead University.

“La distribuci­ón es un reto logístico porque la producción de las vacunas no es un tema sencillo. Aunque se publique la receta qué garantía hay que se pueda hacer el volumen adecuado o si se llega al volumen que tengan calidad”, dijo Güell.

Países como México, Brasil, Argentina y Cuba tendrían la infraestru­ctura necesaria para producir las dosis, considera la exministra de Salud.

Liberar las patentes recibió un espaldaraz­o de la administra­ción Biden luego de que apoyara la idea ante la OMC. No obstante, la Federación Internacio­nal de la Industria Farmacéuti­ca (IFPMA) reaccionó rápido y dio a conocer su malestar. La entidad afirmó que liberar patentes no resuelven los desafíos actuales que permitiría­n aumentar la producción.

Algunos de los retos en los que se debe trabajar según la agrupación empresaria­l son eliminar barreras comerciale­s, resolver los cuellos de botella en las cadenas de suministro, la escasez de materias primas e ingredient­es, y la voluntad de los países ricos para compartir sus dosis con las naciones menos desarrolla­das.

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