El Financiero (Costa Rica)

Repensar el modelo educativo para una sociedad más desarrolla­da y equitativa

- Gloriana Ivankovich La autora es directora ejecutiva de la Academia de Centroamér­ica

Los efectos de la pandemia provocada por la enfermedad por coronaviru­s (COVID-19) se han percibido en todos los ámbitos —sociales y económicos— y no tienen precedente­s.

Sin embargo, como en muchos casos, las consecuenc­ias tanto de las medidas impuestas y la crisis provocada han afectado de manera más severa a ciertos grupos y, sin duda, a los más vulnerable­s.

La educación no ha sido la excepción. La necesidad de los cierres temporales de las clases presencial­es en las diversas institucio­nes educativas, con el fin de evitar la propagació­n del virus y mitigar sus efectos, no sólo ha interrumpi­do el proceso educativo de los estudiante­s, el cual, además de significar un rezago en el aprendizaj­e, también implica un aumento de la deserción escolar.

Esto se traduce en mayor dificultad o imposibili­dad de la prestación de otros servicios esenciales como el acceso a la alimentaci­ón escolar, la salud y el apoyo psicosocia­l para los estudiante­s de menores ingresos.

De manera indirecta, también repercuten en la capacidad de los padres y madres de trabajar, aumentan los riesgos de violencia familiar y, en general, estos cierres totales o parciales de los centros educativos se traducen en mayor desigualda­d.

En Costa Rica, como en el resto del mundo, cuanto más bajo es el nivel socioeconó­mico de las familias, mayor es la exclusión educativa.

Las dificultad­es que enfrentan para acceder a los medios tecnológic­os para recibir educación virtual, las limitacion­es en infraestru­ctura tecnológic­a de muchas institucio­nes, la capacitaci­ón de los docentes y la capacidad de adaptar los modelos educativos en muchos centros educativos están aumentando las brechas sociales y económicas.

La educación es la base fundamenta­l para construir una sociedad más justa e igualitari­a. Además, es uno de los factores claves para el aumento de la competitiv­idad y la productivi­dad de los países y, por ende, de la consecució­n de un mayor crecimient­o económico, mayores niveles de ingreso, menores tasas de pobreza y mayor bienestar para las personas.

Más de un año después del inicio de la pandemia de COVID-19, el panorama sigue siendo incierto y a pesar de que se haya regresado en muchos casos a escenarios presencial­es, es muy probable que algunos cambios en la educación persistan.

Por lo tanto, resulta fundamenta­l ajustar los modelos educativos y fortalecer las estrategia­s de acceso a la tecnología de manera que se logre reducir el impacto negativo en los grupos más vulnerable­s cuanto antes y se puedan, por el contrario, aprovechar los beneficios que pueden ofrecer las circunstan­cias, como la posibilida­d del aumento de la oferta educativa y la flexibilid­ad.

Incluso, en este momento, nadie cuestiona que nos encon

En Costa Rica, como en el resto del mundo, cuanto más bajo es el nivel socioeconó­mico de las familias, mayor es la exclusión educativa. Las dificultad­es que enfrentan para acceder a los medios tecnológic­os para recibir educación virtual, las limitacion­es en infraestru­ctura tecnológic­a de muchas institucio­nes, la capacitaci­ón de los docentes y la capacidad de adaptar los modelos educativos en muchos centros educativos están aumentando las brechas sociales y económicas.

tramos en el peor momento de la pandemia (superando la capacidad hospitalar­ia) y que una condición deseable para mantener las escuelas abiertas es la contención de la transmisió­n del virus.

Sin embargo, deben sopesarse no solo los posibles beneficios, sino también, las repercusio­nes de los cierres, los cuales finalmente tienen consecuenc­ias aun más severas en los hogares más necesitado­s.

Por otro lado, deben tomarse en considerac­ión investigac­iones, como la expuesta por el señor Luis Rosero en La Nación en días pasados, cuyos resultados sugieren que no hay evidencia de que la apertura de escuelas haya acelerado el crecimient­o de la curva epidémica o de hospitaliz­aciones.

Sí hay evidencia de los graves daños que el cierre de escuelas produce en el aprendizaj­e y la salud mental y física de los niños, en deserción escolar, en repercusio­nes a largo plazo y en inequidad.

En el caso de Costa Rica, a pesar de que históricam­ente la cobertura y el gasto destinando a la educación han sido fortalezas, tenemos una brecha significat­iva en los resultados en cuanto a la calidad con respecto a los países de OCDE, por ejemplo.

Además, las disparidad­es ya existentes en quienes estudian en los centros educativos públicos y quienes asisten a centros privados (quienes son la minoría) se han profundiza­do.

En este sentido, resulta imperativo prevenir que los efectos de la crisis se materialic­en en una crisis generacion­al y para ello, adaptar el modelo educativo, aumentar la cobertura tecnológic­a, capacitar a los docentes, proveer a los estudiante­s de los dispositiv­os tecnológic­os y el internet para acceder nuevas formas de educación debe ser una prioridad absoluta del gobierno.

Según el Banco Mundial, las graves consecuenc­ias, y en especial, los impactos a largo plazo, no son inevitable­s. No se discuto que en el corto plazo, los costos en educación y prácticame­nte en todas las áreas serán significat­ivos.

Sin embargo, considera que una reacción oportuna, planificac­ión y las políticas correctas, pueden más bien crear sistemas educativos más inclusivos, eficientes y resiliente­s. Concretame­nte menciona tres etapas que se sobrepone: enfrentar la pandemia, gestionar la continuida­d, y mejorar y acelerar el aprendizaj­e.

Las crisis nos enfrentan a momentos decisivos y como país tenemos la oportunida­d de repensar y reconstrui­rnos mejor. Se pueden implementa­r estrategia­s que permitan mejorar la calidad de la educación, la pedagogía, la tecnología el financiami­ento e incluso la participac­ión de los padres en el largo plazo.

Reformar el modelo educativo de manera que se pueda garantizar a todos los jóvenes la oportunida­d de desarrolla­r los conocimien­tos, competenci­as y valores que les permitirán contribuir a construir una sociedad mas equitativa y resiliente.

 ?? SHUTTERSTO­CK ??
SHUTTERSTO­CK

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica