Más personas científicas en la política
Acontinuación, algunas razones por las cuales más científicos deberían involucrarse en política: En primer lugar, la ciencia está subrepresentada entre los tomadores de decisiones políticas. ¿Cuántos diputados son científicos? ¿Cuántos científicos hay en Consejo de Gobierno? ¿Cuántos científicos hay en el propio Ministerio de Ciencia y Tecnología? El número de políticos con formación científica es realmente bajo. La representatividad de la diversidad social e intelectual también los debería incluir.
Los científicos son formados para observar los problemas complejos desde diferentes perspectivas, plantear preguntas e hipótesis, recoger y organizar información, así como para analizar objetivamente los resultados. También, pueden generar y comunicar conocimientos con apertura mental, donde incluso, podrían retractarse cuando alguien demuestra su error. Estas habilidades de análisis crítico y pensamiento estructurado son sumamente necesarias en política. Por otro lado, es más fácil que un científico adquiera habilidades políticas que convertir un político en científico.
Todos los gobiernos dicen que apoyan la ciencia. Pero lo dicen de la boca para afuera. En realidad, tienen a los científicos encerrados en una especie de caja hermética que abren solamente cuando hay problemas graves o cuando requieren alguna asesoría técnica. La comunidad científica, un rebaño manso, sigue aceptado esta exclusión sistemática en silencio.
La solución de grandes desafíos como las pandemias, el cambio climático, la pobreza, la desigualdad, la resistencia a los antibióticos y la contaminación por microplásticos, requiere políticos con habilidades y conocimientos científicos. Que tomen decisiones basadas en evidencias. El negacionismo científico de los políticos se paga caro.
Para Aristóteles la política en sí misma era una investigación científica. Para él, los científicos serían los encargados de diseñar las políticas para resolver los problemas más delicados. Asimismo, para Ortega y Gasset el progreso de la civilización humana depende tanto de la democracia como del conocimiento. Para mantener la democracia es fundamental la política. Para generar conocimiento se necesita la ciencia, la investigación y el desarrollo tecnológico.
Es hora que los científicos se empoderen, salgan del encierro, hagan oír su voz, ejerzan un mayor liderazgo intelectual y que participen activamente en la política.