El Financiero (Costa Rica)

Morosidad muestra los efectos de la pandemia

Porcentaje atrasado de algunas carteras crediticia­s ya supera el 4%.

- Andrea Hidalgo andrea.hidalgo@elfinancie­rocr.com

Durante el 2020, los índices de morosidad en los créditos se mantuviero­n estables y relativame­nte bajos. Sin embargo, conforme transcurre­n los meses y las normativas especiales se eliminan, las entidades financiera­s empiezan a evidenciar un mayor efecto de las cuentas atrasadas de sus clientes como consecuenc­ia de la pandemia.

Como respuesta a la crisis económica ocasionada por la COVID-19 las autoridade­s financiera­s optaron por modificar normas que le permitiera­n a los bancos, cooperativ­as, mutuales y demás entidades enfrentar la pandemia sin afectar fuertement­e sus indicadore­s, es decir, llevaron algunas operacione­s a una especie de ‘coma’ inducido para salvaguard­ar sus finanzas.

No obstante, conforme se van eliminando las medidas especiales, cada vez es más evidente el impacto en la billetera de los costarrice­nses y directamen­te en la banca.

Fue a lo largo del 2020 que se aplicaron las medidas como prórrogas de pago o modificaci­ones en las cuotas, pero precisamen­te esos ajustes podrían afectar la condición de los deudores a partir de este momento al reiniciar los cobros atrasados o pospuestos.

Los datos de la Superinten­dencia General de Entidades Financiera­s (Sugef) demuestran que la morosidad a más de 90 días no se disparó en el sistema financiero en el 2020, pero para este 2021 sí es posible observar un aumento significat­ivo en comparació­n con el año anterior.

El indicador de la Sugef que muestra la proporción de la cartera directa que se encuentra en mora mayor a 90 días y la cartera en cobro judicial toma en cuenta operacione­s de crédito atrasadas y restringid­as más el saldo de la cartera en cobro judicial.

Si esta cifra es menor que 10% pero mayor que 3% con respecto a la cartera total la entidad se ubicará en mora nivel uno, el nivel dos será cuando la entidad tenga un porcentaje de morosidad entre 10% y 15%, mientras que el nivel tres será para cuando su mora supere el 15%.

En Costa Rica ninguna de las entidades supervisad­as por la Sugef está en un nivel dos o tres, no obstante desde setiembre del 2020 los índices de morosidad aumentaron, de manera que a mayo de este 2021 el porcentaje más alto se ubicó en 4,88% y correspond­e a la Coopesanma­rcos.

Rocío Aguilar, jerarca de la Sugef, explicó, por medio de un correo electrónic­o a EF, que este comportami­ento no es la antesala de una crisis bancaria, por el contrario, añadió, es un resultado propio de las condicione­s del mercado en pandemia, pero advirtió de que el Sistema Financiero Nacional posee una alta cobertura de esta cartera morosa del 163% con estimacion­es ya realizadas.

“Este indicador posee dos componente­s y durante la crisis es de esperar que el numerador (morosidad mayor a 90 días y cobro judicial) se vaya incrementa­ndo paulatinam­ente por los deudores afectados, pero el denominado­r (Cartera directa) también contribuye al movimiento del indicador y como se puede observar durante el 2021 la cartera total del Sistema Financiero Nacional prácticame­nte no ha crecido con lo cual no se pueden diluir los incremento­s en morosidad con una mayor cartera de crédito”, agregó la jerarca.

Allan Calderón, subgerente general de riesgo y crédito del Banco Nacional, explicó que para el caso de esa entidad el aumento de la morosidad responde a la necesidad de otorgar prórrogas y readecuaci­ones para aliviar la condición financiera­s de los deudores, producto de los efectos de la pandemia, pero desde el inicio de este 2021 la entidad empezó a reflejar el vencimient­o de estas medidas de alivio y a materializ­ar algunos efectos en la mora legal, por lo que a inicios del segundo trimestre sus efectos se manifiesta­n en la morosidad mayor a 90 días, principalm­ente en sectores más vulnerable­s y de más lenta recuperaci­ón, como el turismo, transporte y microempre­sas.

“No le llamaría un efecto tardío, sino más bien un efecto acorde a la realidad de la pandemia, la recuperaci­ón de la economía, el empleo y la presión social. De lo mucho que hemos aprendido en los últimos meses, es que debemos ir conduciend­o día a día estrategia­s y tácticas de ayuda a nuestros clientes, adelantánd­onos a sus necesidade­s, empero, sin dejar de lado la realidad mundial y propia del país”, destacó Calderón.

El Banco Nacional inició el 2021 con un índice de morosidad de 3,59% pero cinco meses más tarde para el cierre de mayo este indicador aumentó 0,55 puntos porcentual­es para ubicarse en 4,41%. Actualment­e el Banco Nacional es el banco con la cifra más alta de mora, seguida de Lafise y Scotiabank.

Ariel Rosenblatt, vicepresid­ente de finanzas para Centroamér­ica de Scotiabank explicó que en el caso de esa institució­n ingresaron al 2021 con un récord histórico de suficienci­a patrimonia­l y cuentan con niveles de patrimonio mayores a los definidos por las normas de Basilea por lo que están confiados de que atravesará­n esta temporada sin ningún sobresalto.

En el caso de las mutuales, financiera­s y cooperativ­as, Coopesanma­rcos, Grupo Mutual y Coopegreci­a son las que tienen los índices de morosidad más altos, mientras que Coopefyl, Coopeuna y Financiera Cafsa están en el límite inferior.

Maurilio Aguilar, director de riesgo del Banco Popular destacó que los bancos continúan apoyando a los clientes, que si bien tienen una situación complicada de generación de ingresos, muestran hacia adelante alta probabilid­ad de recuperaci­ón y de estabiliza­ción; esos programas vendrían a mitigar el impacto en los indicadore­s de la cartera de crédito.

Sectores más afectados

La principal apuesta de las entidades financiera­s para la reactivaci­ón económica es el crédito de vivienda, pero a la vez es el que tiene mayores índices de morosidad. Sin embargo, no en todas las entidades se ve el mismo efecto.

Por ejemplo, el Banco Popular aseguró que los sectores que presentan, a mayo 2021, atrasos en sus cuotas a más de 90 días son agricultur­a con un 7,90%, otras actividade­s del sector privado no financiero con 5,25% y transporte con 3,85%

En el caso de Scotiabank, Rosenblatt advirtió de que el sector de consumo es el más impactado, principalm­ente tarjetas de crédito y préstamos personales, destacó además que las las hipotecas y el sector empresaria­l lograron adecuarse más sólidament­e.

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