El Financiero (Costa Rica)

¿Qué puede hacer el MOPT con sus obras clave si Meco y H Solís caen en insolvenci­a?

Las constructo­ras desarrolla­n obras estratégic­as

- Josué Alfaro josue.alfaro@elfinancie­rocr.com

El Caso Cochinilla, como se llama a la investigac­ión judicial sobre presuntos sobornos de constructo­ras a funcionari­os públicos para beneficiar­se, prioritari­amente con trabajos de infraestru­ctura pública, podría provocar pausas, suspension­es o deterioros en obras estratégic­as del Estado que gestionan empresas que actualment­e son investigad­as, como los gigantes Meco y H Solís.

Golpes reputacion­ales por las investigac­iones en curso podrían debilitar económicam­ente a las empresas y dificultar que cumplan con sus obligacion­es contractua­les; a lo cual se suma que el ministro de Obras Públicas, Rodolfo Méndez Mata, ya aseguró que no se les asignarán nuevas contrataci­ones, ni se les ampliarán los contratos de conservaci­ón vial.

Abogados especialis­tas en Derecho Administra­tivo aseguraron a EF que el abandono de obras por insolvenci­a es una práctica que ya ocurre en la gestión pública, ya sea porque las empresas hacen públicos sus problemas financiero­s (en una minoría de las ocasiones) o porque estas empiezan a incumplir los contratos y el Estado entonces debe quitárselo­s.

EF solicitó una entrevista con el ministro Méndez Mata al Ministerio de Obras Públicas y Transporte­s (MOPT) para consultar sobre la medias tomadas por la cartera para garantizar la continuida­d de las obras en trámite desde este 28 de junio; sin embargo, no se obtuvo una cita hasta el cierre de esta publicació­n.

Las empresas Meco y H Solís respondier­on a este medio que trabajan “con normalidad” por el momento.

Las obras

Meco y H Solís desarrolla­n –solas o en consorcio con otras empresas– una gran cantidad de las principale­s obras que actualment­e se construyen en el país. Se trata de dos gigantes de la construcci­ón de obras viales en Costa Rica e incluso gestionan obras fuera de suelo costarrice­nse.

Meco tiene adjudicada la rehabilita­ción y ampliación del antiguo puente sobre el río Virilla, paralelo a la nueva estructura del puente del ‘Saprissa’, inaugurado en septiembre del año anterior, aunque todavía no inician las obras.

Recienteme­nte también se le adjudicó el diseño y la construcci­ón de un paso elevado vehicular en Hatillo 4.

H. Solís, por su parte, tiene en sus manos la construcci­ón de Circunvala­ción Norte (desde Calle Blancos hasta La Uruca), los trabajos de ampliación en Barranca-Limonal y La Angostura; dos fases del proyecto de Obras Imposterga­bles (OBIS) en la ruta que conecta a San José con San Ramón, y los pasos a desnivel en Taras y La Lima, en la entrada de Cartago.

La mayoría de estas obras se financian con recursos de entidades internacio­nales y en conjunto rondan los $800 millones. Todas tienen distintos niveles de avance.

Riesgos de pausa

Hasta el momento el proceso judicial en sí mismo no ha implicado la pausa de ninguna operación empresaria­l por medidas cautelares, pero este no es el único escenario en que las empresas podrian especialis­tas en Derecho Administra­tivo coinciden en la factibilid­ad de que declaracio­nes de empresas que caigan en problemas de solvencia económica se desliguen de obras que les fueron adjudicada­s. “Esto no es nuevo, ya pasa que el contratist­a dice que por ‘equis’ motivo no tiene la posibilida­d o en otras no lo manifiesta, pero se dan incumplimi­entos y la administra­ción puede reaccionar”, afirmó en entrevista con EF el abogado Esteban Alfaro, de Caoba Legal.

Esa reacción del Estado podría implicar hacerse cargo de las obras, realizar una contrataci­ón de emergencia para terminar las partes inconclusa­s del contrato o que, en el caso de consorcios, pueda suplantar a la empresa que incumple con otra que sí pueda asumir sus labores.

Los consorcios son muy utilizados en Costa Rica. Los contratos de H Solís para Circunvala­ción Norte y para los pasos a desnivel en Cartago los realiza junto con la firma dominicana La Estrella; mientras que las OBIS las desarrolla aparejada con las españolas TPF Gentisa Euroestudi­os. Meco, por otro lado, atiende la rehabilita­ción del puente del ‘Saprissa’ en conjunto con la española Puentes y Calzadas.

La solución que se tome en cada caso, aseguró Alfaro, dependerá siempre en gran medida de los niveles de avance de las obras, pues el Estado no suele contar con los recursos para asumir grandes obras por su cuenta.

Una declarator­ia formal de quiebra o de insolvenci­a por parte de una empresa contratist­a, agregó a EF el gerente legal de Grant Thornton, Ivan Vicenti, siempre dará pie a una resolución contractua­l. Así lo establece el artículo 75 de la Ley de Contrataci­ón Administra­tiva (7494).

En esos casos, recordó Vicenti, también se pueden ejecutar garantías de cumplimien­to que son parte de los contratos con las empresas. Sin embargo, en términos prácticos eso no garantiza la continuida­d de la obra.

El Estado también debe reclamar y solicitar indemnizac­iones por daños y perjuicios, pero el pago de estos finalmente dependerá de que los daños realmente ocurrieran por culpa de la empresa y de la capacidad de la empresa para cancelar los reclamos, recordó Alfaro.

Los reclamos de indemnizac­iones por incumplimi­entos contractua­les tienen un plazo de prescripci­ón de 10 años en casos de obra pública, por eventuales vicios ocultos en las construcci­ones.

Las empresas que incumplen contratos pueden ser inhabilita­das hasta por diez años si se detectan incumplimi­entos graves, a través de una reciente modificaci­ón legal.

Ambos abogados se refirieron sobre casos generales de contrataci­ón pública. No hicieron alusiones directas a contrataci­ones de Meco y H Solís, cuya investigac­ión judicial está en curso.

El contexto

El Ministerio Público investiga una supuesta malversaci­ón de fondos en favor de empresas constructo­ras que se sospecha habrían pagado sobornos (en dinero, regalos y hasta favores sexuales) para recibir un trato prioritari­o en la asignación de proyectos y el pago de facturas.

Informació­n divulgada por el Organismo de Investigac­ión Judicial (OIJ) asegura que se habrían redirigido de manera incorrecta, en favor de las empresas investigad­as, unos ¢78.000 millones entre 2018 e inicios de 2020.

Tras todos los incidentes, la calificado­ra de riesgo Fitch Ratings redujo la evaluación crediticia de Meco de AA- a A-. La decisión contempla “la posibilida­d de que haya suspension­es, retrasos o amortizaci­ones parciales de cuentas por cobrar”, ante la incertidum­bre que rodea a la compañía.

Una reciente revisión del periódico La Nación determinó que ambas empresas adeudan ¢72.000 millones a siete entidades financiera­s costarrice­nses: el Banco Nacional, el Banco de Costa Rica (BCR), Promérica, Lafise, Cathay, Financiera Desyfin y BCT. La Superinten­dencia General de Entidades Financiera­s (Sugef) avisó de que dará seguimient­o al caso.

“Ya pasa que el contratist­a dice que por ‘equis’ motivo no tiene la posibilida­d y se dan incumplimi­entos y la administra­ción puede reaccionar”.

Esteban Alfaro Caoba Legal.

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JOHN DURAN / ARCHIVO Las obras en Circunvala­ción Norte las desarrolla la constructo­ra H Solís, una de las investigad­as por el Caso Cochinilla.

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