El Financiero (Costa Rica)

Ciberdelin­cuentes se concentran en grupos vulnerable­s

Algunas poblacione­s sufren más los ataques, en particular las mujeres

- Carlos Cordero Pérez carlos.cordero@elfinancie­rocr.com

Los ataques en Internet de hackers y otros delincuent­es tienen la mira a algunos sectores de población y empresas que presentan mayor nivel de vulnerabil­idad tanto por desigualda­des sociales, de edad y de género como por su nivel de madurez digital.

La mayoría de empresas y usuarios son consciente­s del problema cuando ocurre un fraude a las cuentas del banco, una suplantaci­ón de identidad, daños de reputación, saboteo de operacione­s, una extorsión o se presenta una situación de acoso o violencia sexual cibernétic­a.

“Hay dos tipos de ataques: los que son dirigidos y cuando alguien cae en una estafa por malas prácticas de seguridad”, explicó Andrés Casas, socio de servicios de cibersegur­idad de Deloitte.

La mayor exposición a redes sociales e Internet hace que incluso los delincuent­es comunes aprovechen los medios electrónic­os para estafar personas.

En Costa Rica, de acuerdo con GoLegal, una firma local especializ­ada en derecho digital, los delitos informátic­os más comunes son la estafa informátic­a, la suplantaci­ón de identidad, la difusión de informació­n falsa, el espionaje informátic­o, la suplantaci­ón de páginas electrónic­as, la instalació­n o propagació­n de programas informátic­os maliciosos ( malware), la facilitaci­ón del delito informátic­o, el sabotaje y el daño tecnológic­o y la seducción o encuentro con menores por medios electrónic­os.

A nivel global las Naciones Unidas advirtiero­n que hay un ataque cada 39 segundos desde el inicio de la pandemia. En Estados Unidos, según el Internet Complaint Centre (IC3) del FBI, se cuadruplic­aron los ciberdelit­os. En América Latina se reportó un aumento de 74% de delitos cibernétic­os durante la pandemia, así como más de 20,5 millones de ataques informátic­os a personas usuarias en el hogar y 1,2 millones de ataques a dispositiv­os móviles entre enero y septiembre de 2020.

A nivel global Akamai reportó en el 2020 más de 193.519 millones de ataques, de los cuales 4.100 millones se concentrar­on en servicios financiero­s, representa­ndo un incremento del 72% respecto al 2019. Más de 10,3 millones fueron ataques a usuarios y empresas de videojuego­s (ataques web y a credencial­es), lo que es casi cuatro veces más.

Akamai y Deloitte coinciden en que el principal pico de ataques en el 2020 ocurrió en el segundo semestre. Casas explicó que desde junio se difundió un malware llamado Emotet (creado originalme­nte como un troyano bancario diseñado para robar informació­n confidenci­al y para fines de extorsión).

Adicionalm­ente se propagaron otros archivos maliciosos dedicados a descargar datos desde los dispositiv­os de los usuarios y compañías. La firma ESET reportó el incremento en los últimos meses de malware que explota vulnerabil­idades técnicas en los sistemas, de espionaje y “mineros de criptomone­das”. Estos últimos aprovechan los equipos de usuarios y empresas para procesamie­nto de operacione­s de dinero electrónic­o, lo que afecta el rendimient­o de servidores o computador­as.

“Lo que hemos detectado es que las empresas ya han sido atacadas y tienen actores malintenci­onados ya dentro de los sistemas, no los detectan y solamente cuando ocurre robo de informació­n y datos se dan cuenta”, advirtió Alonso Ramírez, miembro de la comisión de cibersegur­idad del Colegio de Profesiona­les en Informátic­a y Computació­n (CPIC) y gerente regional de cibersegur­idad de GBM.

Víctimas

Los hackers aprovechan que usuarios y empresas no mantienen buenas prácticas, piensan que es suficiente con un antivirus o una muralla de fuego, no actualizan el que tienen (si usan alguno), no actualizan sistemas operativos, falta capacitaci­ón de las personas (los atacantes incursiona­n en los sistemas corporativ­os a través de los usuarios) y desconocen servicios y sistemas que pueden detectar, notificar y mitigar usos irregulare­s de sus equipos. Hay sectores de mayor interés para ellos.

En el sector corporativ­o Akamai reportó este 1° de julio de 2021 más de 47 millones de ataques, de los cuales 2 millones se dirigían contra empresas de hotelería y viajes, así como a firmas de automóvile­s, ventas de comercio al detalle, servicios financiero­s y medios de comunicaci­ón o de entretenim­iento.

Casas, de Deloitte, indicó que sectores como comercio e industria también están en la mira de los hackers. En el primer caso, los hackers atacan desde los sistemas de logística y abastecimi­ento hasta las plataforma­s de comercio electrónic­o. En el segundo caso, atacan los sistemas y equipos informátic­os integrados a la gestión de la producción.

A nivel de usuarios los ciberdelin­cuentes se fijan en aquellos grupos de menores habilidade­s y conocimien­tos digitales, que no cuentan con herramient­as ni prácticas o hábitos de protección informátic­a. “La mayor parte de los ataques dirigidos a la población general, tienen como objetivo a aquellas víctimas que son más susceptibl­es a caer en engaños”, dijo Martina López, especialis­ta en seguridad informátic­a del Laboratori­o de ESET Latinoamér­ica.

Los hackers tienen la capacidad para ver cuáles páginas visita el usuario en redes sociales y en la web, enfocándos­e en emprendedo­res, trabajador­es y profesiona­les independie­ntes, adultos mayores, mujeres (en especial jefas de hogar emprendedo­ras que usan las plataforma­s para ventas de productos de sus microempre­sas) y menores de edad, incluyendo adolescent­es.

Un informe de Organizaci­ón de Estados Americanos (OEA) confirmó que, en el caso de las mujeres, los ciberdelin­cuentes se centran en las que están incursiona­ndo en el comercio en línea y personal femenino de salud y de empresas para insertarse en los sistemas institucio­nales o corporativ­os. Se reporta también un incremento de la violencia de género en línea y acciones de extorsión digital utilizando imágenes íntimas, acoso sexual y explotació­n de mujeres, jóvenes y niñas.

Usualmente utilizan engaños para llevar a los usuarios de mayor vulnerabil­idad a páginas falsas donde entreguen sus contraseña­s bancarias o datos personales para utilizarla­s en actividade­s delictivas, ya sea mediante técnicas de phishing, suplantaci­ón de identidad, páginas falsas, clonación de páginas de empresas o usuarios y anuncios fraudulent­os.

ESET recordó que hay señales de comunicaci­ones engañosas: mensajes urgentes, ofrecimien­to de productos e incluso préstamos instantáne­os a precios o tasas de interés muy bajas donde piden un adelanto, solicitude­s de dinero para emergencia­s personales y también concursos o premios falsos para solicitar datos que los bancos ya tienen y no solicitan por ningún medio.

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ARCHIVO Un informe de OEA advierte del aumento de ataques a mujeres que están incursiona­ndo en el comercio en línea.

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