Servicios funerarios atraviesan momento de prosperidad
Una población que envejece, la mayor tasa de mortalidad, junto con cambios en las costumbres y los ritos mortuorios ocasionan un crecimiento y diversificación de la actividad.
Funerales Vida atiende en este 2021 unos 400 servicios al mes, y asegura que la cantidad va en aumento cada año. La demanda es tal, que la empresa decidió invertir en un camposanto cuyos primeros lotes estarían disponibles en 2022. Este es un ejemplo sobre cómo en Costa Rica la oferta de servicios alrededor de la muerte es también un fenómeno marcado por la extensión de los años de vida: el país envejece.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) muestran que la tasa de mortalidad general por cada 1.000 habitantes aumenta en forma constante, incluso por encima de las proyecciones hechas a partir del Censo de 2010.
El envejecimiento poblacional se explica como la tendencia a que un país tenga cada vez menos jóvenes y más personas adultas mayores. Gilbert Brenes, director del Centro Centroamericano de Población (CCP) de la Universidad de Costa Rica (UCR) comentó que este fenómeno se refleja en general en el país a partir del comienzo del siglo XXI.
“La tasa bruta de mortalidad tiende a crecer porque las personas adultas tienen mayor probabilidad de fallecer”, puntualizó Brenes.
La transformación social que implica este proceso de aumento en la población adulta mayor se refleja en los servicios ligados con el final de la vida y se mezcla con otros fenómenos, como la digitalización y los cambios culturales. Algunos productos, como los nichos y lotes en cementerios, aparecen como bienes escasos e impulsan opciones como cremación y columbarios (sitios para mantener las cenizas de las personas fallecidas). (Vea: Entre códigos QR y redes sociales)
Ahora es más común que las salas de velación cierren alrededor de la medianoche, en lugar de permanecer abiertas hasta el amanecer para recibir dolientes. La pandemia también obliga a que los servicios y ritos se limiten a la asistencia de los familiares más cercanos, para mantener el aforo permitido por las regulaciones.
A diferencia de otros negocios, el sector funerario apenas comienza en la celebración de jornadas de velación en línea o actividades similares, y avanza en servicios digitales y la posibilidad de rendir tributo a quien partió sin estar físicamente en el momento de la despedida.
EF obtuvo información sobre paquetes, servicios y tendencias en el sector funerario de Funerales Vida, Jardines del Recuerdo y Funeraria del Magisterio. También se enviaron consultas a Funeraria Polini y La Piedad, pero no se obtuvo respuesta.
Las empresas reportaron que se mantiene un alto porcentaje de demanda de servicios inesperados, pero todas apuestan a que la población identificará a corto plazo la necesidad de prever un costo que puede ser elevado. En el mercado local existen planes de financiamiento en el sistema bancario, seguros para gastos funerarios y planes de pago en cuotas, como principales opciones para preparar el presupuesto.
Lo básico
En el país es posible adquirir paquetes de servicios fúnebres de entre ¢600.000 y ¢700.000, con servicios básicos: al menos el cofre, sala de velación, traslados y arreglos florales. Algunas funerarias incluyen también el servicio religioso, productos de cafetería y otros complementos en su oferta inicial, por lo tanto, los paquetes parecen pensados para evitar comparaciones.
Otros servicios que aumentan los costos son: los materiales y acabados del ataúd, la cantidad de arreglos florales y tipo de flores, servicios musicales, pauta de obituarios en diferentes medios de comunicación, preparación y conservación del cuerpo, transportes de lujo, ritos adicionales, cremación y trámites complementarios, entre otros.
La disposición final del cuerpo en un lote, nicho, mausoleo o columbario es un costo adicional y la elección en este tema puede convertirse en el ítem más elevado de la contratación.
En este momento, los espacios en cementerios públicos y privados pueden ser escasos o estar agotados, por lo tanto, en todas las funerarias se tranzan por aparte. Algunas excluyen del todo la gestión de espacios para sepultura tradicional.
Por ejemplo, en su página de
Internet la Junta Administrativa de Cementerios de Goicoechea, encargada de los camposantos Nuestra Señora de Guadalupe (en Guadalupe) y El Redentor (en Purral), solamente publica opciones de alquiler de nichos para el primero: el precio base es de ¢130.000 por la ocupación de un nicho durante 5 años. Además, los costos de sepultura (inhumación) y exhumación una vez concluido el arrendamiento van de ¢40.000 a ¢80.000, hay cuotas anuales de mantenimiento y otros costos asociados.
En el terreno de Purral sí es posible adquirir bóvedas de entre dos y seis nichos. Los costos para 2021 arrancan en ¢1.502.000, con pago de contado.
También existen sitios en línea donde se desarrolla un mercado secundario de espacios fúnebres, como la web Brappi.com. Aquí se presentan estas propiedades como una subdivisión del mercado de bienes raíces.
Las ofertas incluyen espacios en cementerios públicos y privados, con precios desde ¢1.700.000 por una tumba con dos nichos hasta ¢10.000.000 por 10 nichos. Como en toda transacción de propiedades, las personas interesadas deben confirmar la legalidad de la oferta y solicitar documentación oficial. También es recomendable reconfirmar con el camposanto si la venta es legal.
Tendencias
Funeraria del Magisterio encontró una oportunidad en los costos asociados a la sepultura tradicional, y apostó por incorporar un columbario en el edificio que inauguró este año en Paseo Colón.
Zianny Morales, gerente general de la Corporación de Servicios Múltiples del Magisterio Nacional, explicó que este espacio, identificado como Fuente de Luz, tiene 210 espacios y es una apuesta a la evolución del sector.
“El Columbario conserva las cenizas de los fallecidos en un espacio lleno de luz y de paz, consa
grado recientemente por la iglesia católica. Este espacio tiene un precio más económico que un cementerio o camposanto y está libre de cuotas de mantenimiento”, aseguró Morales.
Por mandato de la Iglesia Católica, las familias de personas fallecidas que opten por la cremación del cuerpo deben depositar las cenizas en un lugar consagrado. Ante esto, Magisterio solicitó la consagración y la obtuvo. Morales la considera una ventaja competitiva pues está libre de horarios y otras limitaciones asociadas a espacios que se ubican, por ejemplo, en iglesias o cementerios.
El servicio es permitido para los católicos apenas desde 2016. Esta denominación religiosa es mayoritaria en Costa Rica: de acuerdo con la encuesta publicada por el Instituto de Estudios Sociales en Población (Idespo) en 2019, hasta un 52,5% de la población se identifica como católica.
En países desarrollados, la cremación y el uso de columbarios está entre las opciones más populares para población de todas las denominaciones religiosas y no creyentes.
En 2020, la firma de seguros Choice Mutual encontró que el 44% de los estadounidenses prefería la cremación, por encima del 35% que optaría por un entierro tradicional.