Hogares de bajos ingresos son los más golpeados por la inflación
37% del gasto de estas familias en zona urbana se destina a comprar alimentos
La inflación afecta de forma diferente a los hogares porque cada uno dedica distintas proporciones del gasto a la compra de bienes y servicios. En Costa Rica, la inflación golpea con más fuerza a los hogares de bajos ingresos, los cuales destinan la mayor parte de su gasto a la compra de alimentos y bebidas no alcohólicas.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), cuando la inflación interanual en el país llegó a 12,13% en agosto de 2022, los hogares de estratos bajos experimentaron una variación interanual en los precios de bienes y servicios de 13,49%; los medios, de 12,24%; y los altos, de 11,36%.
Once meses después de este momento, la inflación registró una variación interanual de –2,29%, el segundo registro interanual consecutivo en terreno negativo. A pesar de la caída del indicador, los precios en la canasta de consumo de las familias de bajos ingresos económicos siguen experimentando una variación interanual más alta (–0,19%) en comparación con los de estratos medios (–1,74%) y altos (–3,87%).
José Luis Arce, economista y director de la firma FCS Capital, sostiene que la inflación de los últimos 24 meses fue particularmente mala para las familias de bajos ingresos económicos porque estuvo asociada a dos rubros en los que estas gastan mucho: alimentos y bebidas no alcohólicas, y transporte (”más que todo, transporte público”).
“Si uno ve el comportamiento del Índice de Precios en los últimos 24 meses, el aumento que hubo hasta agosto del año pasado estuvo liderado por alimentos disparados de precio y por transporte, y las familias más pobres gastan mucho eso. Entonces, estas padecieron una inflación más alta durante ese periodo”, explicó Arce.
El golpe desigual de la inflación no es algo desconocido, pero desde mayo de 2023 el INEC estima el efecto que tienen las estructuras de consumo de los hogares sobre las variaciones promedio de los precios y esto permite cuantificar la variación en los precios de las canastas de bienes y servicios según estratos de ingreso.
Además, para Luis Vargas, economista del Colegio de Ciencias Económicas, analizar la inflación por estratos permite diseñar políticas públicas más precisas para aliviarles la carga a los hogares de menos ingresos.
Adriana Rodríguez, gerenta general de Acobo Puesto de Bolsa y economista, recordó que después de la pandemia de covid-19, los cuellos de botella y la invasión de Rusia a Ucrania hicieron que la división de alimentos y bebidas no alcohólicas empezara a sufrir incrementos de precio de forma más acelerada, lo cual generó una afectación mayor en los hogares de bajos ingresos.
“Alimentos, granos y bebidas subieron muchísimo de precio. Cuando uno da la vuelta a la página y se fija en los ingresos de los hogares, cuanto más bajo sea el ingreso, el porcentaje más alto de este se gasta en alimentos”, agregó la economista. Rodríguez explicó que, proporcionalmente, los hogares con menos entradas económicas gastan más en comida y bebidas.
Luego de que la inflación en el país alcanzó un pico de 12,13% en agosto antepasado, el indicador empezó a bajar y aunque el Índice de Precios al Consumidor (IPC) para los alimentos y bebidas no alcohólicas también se desaceleró, lo ha hecho a un ritmo lento.
Según el Informe de Política Monetaria presentado por el Banco Central de Costa Rica (BCCR) en julio, a pesar de que la variación de precios considerada en el IPC es la misma para todos los hogares, no todos dedican la misma proporción del gasto a los mismos fines.
Precisamente, Luis Vargas explicó que aunque, en términos generales, la inflación tiene el mismo comportamiento (sube o se desacelera para todos), la mayor incidencia negativa de este fenómeno en ambas direcciones la viven los hogares de ingresos bajos dada su canasta de consumo y la cantidad de recursos que destinan a la adquisición de bienes y servicios de las “categorías más volátiles”.
Por eso, indica el IPM, “estos hogares afrontan una mayor pérdida de poder adquisitivo con respecto a los de ingreso medio y alto”.
Los hogares con ingresos altos han sido favorecidos por la rápida disminución en la variación de los precios del transporte, rubro que tiene mayor peso relativo dentro del gasto de estas familias (incluidos ítems como autos nuevos y boletos aéreos).
La división de transporte pasó de una inflación interanual de 23,17% en julio de 2022 a una de –15,96% en el mismo mes de 2023. Mientras, la variación interanual en los precios de alimentos y bebidas no alcohólicas bajó de 21,08% a –0,84% en igual periodo.
El gasto en los hogares
Según datos del INEC, los hogares en zonas urbanas de Costa Rica destinan la mayor parte de su presupuesto a tres divisiones de consumo: alimentos y bebidas no alcohólicas, alquiler y servicios de la vivienda, y transporte.
“No hay que perder de vista que fue ahí donde se concentraron las subidas más fuertes en la inflación”, recordó Vargas.
En los hogares de estratos de ingresos bajos, la mayor parte de su gasto es destinado a la compra de alimentos y bebidas no alcohólicas (37%), alquiler y servicios de la vivienda (17,5%), y transporte (9,8%).
A modo ilustrativo, si el gasto total de un hogar de zona urbana y estrato de ingreso bajo es de ¢100, en promedio, se destinan ¢37 en alimentos y bebidas no alcohólicas, ¢17,5 en alquiler y servicios de la vivienda, y ¢10 en transporte.
Siguiendo con este ejemplo, en los hogares de ingresos medios si el gasto es de ¢100, en promedio se utilizan ¢26,3 en alimentos y bebidas no alcohólicas, ¢14 en transporte y ¢13,4 en alquiler y servicios de vivienda.
Y en los de estratos de ingresos altos, el mayor peso relativo lo tiene el transporte (18,14%), seguido de los alimentos (16,34%) y el alquiler y servicios de la vivienda (9,21%).