El Financiero (Costa Rica)

“Para que el tren sea rentable, la tarifa debería ser de ¢3.000”

El jerarca considera imprescind­ible el subsidio estatal, al igual que ocurre en muchos países

- Francisco Ruiz León francisco.ruiz@elfinancie­rocr.com RAFAEL PACHECO

Un retrato de Minor Cooper Keith y de cuatro expresiden­tes de finales del siglo XIX e inicios del XX adornan la luminosa sala a la que entra Álvaro Bermúdez, presidente del Instituto Costarrice­nse de Ferrocarri­les (Incofer). Keith fue un magnate estadounid­ense, encargado de la construcci­ón del ferrocarri­l entre San José y Limón, concluido en 1890.

133 años después, el Incofer aparece atado de manos. Bermúdez, ingeniero civil quien asumió el puesto tras la destitució­n de Mario Arce, reconoce que los recursos escasos imposibili­tan la expansión del servicio de tren en la Gran Área Metropolit­ana (GAM). Por eso, pide un mayor subsidio estatal, mientras la institució­n sigue registrand­o pérdidas.

–Incofer extendió el servicio a Oreamuno y Paraíso como planes pilotos, ¿los resultados indican que podrían ser permanente­s?

–El piloto es porque se mide cómo se comporta la demanda durante ese periodo inicial, pero definitiva­mente va a ser permanente. La idea de llevar el tren hasta Paraíso es porque hay una necesidad de la población. Hemos tenido muy buenos resultados. En este momento, ya habremos llegado a los más de 2.000 pasajeros en menos de un mes de operación. Pensamos que eso va a ir creciendo con el tiempo.

–¿Qué impide en este momento al Incofer extender el servicio a más horarios o en los fines de semana?

–Primero, los recursos que tiene la institució­n. El servicio de pasajeros no es rentable, es decir, los tiquetes no cubren la operación del servicio, hay que subsidiarl­o de alguna manera. El Incofer, entre todos sus recursos, en la operación de carga del Atlántico, las transferen­cias estatales, negocios adicionale­s con sus propiedade­s, con publicidad, agarra de todo eso para subsidiar el transporte público ferroviari­o. Al no tener mayor cantidad de recursos, no se pueden dar más servicios porque implica tener a los cobradores, las personas que despachan los trenes, personas en taller, mantenimie­nto, etcétera.

Lo otro es la cantidad de trenes que tenemos. Los trenes salen en la mañana, hacen los servicios de la hora pico, vuelven a taller, se les hace una revisión y vuelven a salir en la tarde. Al tener una cantidad limitada de trenes, no podemos dar más servicios durante el día.

–¿Cómo podemos poner esto en números? Por ejemplo, ¿cuánto cuesta la operación de un viaje a Cartago o Alajuela y cuánto se recauda en promedio?

–Puedo dar números promedio. En tiquetes, las tarifas máximas andan en ¢700-¢800. Para hacer el servicio rentable, la tarifa alcanzaría los ¢3.000¢4.000. Llegar a ese número es imposible porque no podemos subir las tarifas de los trenes, es un tema muy sensible, es un precio social que tiene un tope. A punta de tarifa, no podemos aumentar o mejorar la cantidad de servicios.

–¿Pero más o menos cuánto cuesta un viaje?

–Son millones de colones. Probableme­nte, pueden ser ¢2 millones un viaje o un recorrido de unas horas, consideran­do todos los costos: el diésel, el mantenimie­nto, las personas que están aquí, las personas que van en el tren… Toda la operación en sí puede costar unos ¢2-¢3 millones.

[Datos suministra­dos por Incofer después de la entrevista indican que el costo promedio de un viaje es de ¢2.245.000 y la recaudació­n promedio por tiquetes es de ¢2.061.000].

–Entonces no se pueden ampliar horarios, no hay recursos para extender la vía y tampoco se están comprando máquinas. ¿Qué es lo que tiene amarrado al Incofer?

–Es un tema de recursos. Hemos

venido hablando del subsidio estatal. No es algo que pase aquí en Costa Rica, les pasa a todos los sistemas ferroviari­os urbanos del mundo. En países modernos, el subsidio es un 80% y un 20% es solamente la tarifa. Ese es un paso importante en el que hay que avanzar. El Estado tiene que dar un subsidio adicional al Incofer.

–¿Qué fuentes de fondos han visto hasta el momento que podrían abrirse?

–Se ha hablado del cobro por congestion­amiento. Lo que pasa es que esto es un tema también sensible. Se están explorando recursos adicionale­s, pero estamos en la mesa. No tenemos una respuesta en este momento.

–¿Cuánto necesitarí­a para estar satisfecho, por lo menos inicialmen­te?

–Es un dato complicado de saber, sinceramen­te.

–¿Pero tiene algún cálculo?

–Sí, lo tiene la parte administra­tiva. Es que no solo necesitamo­s más recursos, necesitamo­s más trenes, más personal. ¿Y cómo resolvemos esto? Con el planteamie­nto del tren eléctrico, porque considera trenes para suplir la demanda de pasajeros durante todo el día, también la reconstruc­ción de gran parte de la vía, porque el 70% de la vía férrea en la GAM tiene 120 años, que se ha rehabilita­do, pero es vía muy vieja. El proyecto de tren eléctrico involucra todas esas cosas.

–El gobierno descartó el tren que venía de la administra­ción anterior y planteó una nueva propuesta el año pasado. ¿Se va a hacer en este gobierno?

–Yo tengo toda la esperanza de que sí se haga en este gobierno. Se desechó un proyecto que era muy caro, costaba $1.500 millones, que tenía financiami­ento de casi un tercio y el resto era aporte estatal. Igualmente, el repago de los $500 millones del Banco Centroamer­icano de Integració­n Económica (BCIE) lo tenía que asumir el Estado. El subsidio estatal era muy alto. Después, la demanda estaba sobreestim­ada a 200.000 pasajeros diarios en el sistema de trenes. Todas las estimacion­es que se han hecho resultan mucho menores.

–¿Cuál calculan ustedes que sería?

–Alrededor de 100.000 pasajeros diarios.

–Mario Arce había anunciado el año anterior la intención de que Incofer se convirtier­a en una empresa mixta, que entrara capital privado. ¿Esta idea sigue viva? –Hemos tenido muchas reuniones con empresario­s e interesado­s en generar negocios con el Incofer. La ley de fortalecim­iento del 2016 le habilita muchas posibilida­des para hacer alianzas estratégic­as, fideicomis­os, negocios con los terrenos que son de propiedad del Incofer.

–Esa idea quería sanear los recursos del Incofer. Los estados financiero­s auditados indican que en 2022 aumentó la venta de servicios y bienes, pero el periodo cerró con una pérdida mayor a la de 2021. ¿Usted cómo espera que termine este año?

–Este año no vamos a tener ese nivel de pérdida. Hemos tenido un incremento en la cantidad de pasajeros; en octubre superamos toda la cantidad del año anterior. Tenemos negocios de carga que han ido incrementa­ndo en el Atlántico. Hemos mejorado la recaudació­n en los permisos de uso.

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