Esposos crearon empresa para que no falte ni sobre el licor en bodas y fiestas
Yacxel Cruz y José Chaviano fundaron la firma Lico Eventos
Cuando Yacxel Cruz se encontraba en una boda cuya organización le habían contratado, se daba cuenta de que, en algún momento, la pareja o un familiar tenía que correr a conseguir licor, no se tenían previstas las bebidas de cada momento del evento o compraban más de la cuenta.
“Me partía el corazón verlos metiendo aquellas cantidades enormes de licor en las cajuelas de los carros, porque al final era un montón de plata que habían gastado”, dice Yacxel.
Se lo comentó a su esposo, Jose Chaviano, un informático especializado en análisis y datos. Pensaron entonces en un nuevo negocio: Lico Eventos, un servicio para la elección y la logística de los licores para eventos.
Yacxel y José se conocieron hace dos décadas, cuando tenían 21 y 22 años, respectivamente, en un gimnasio del centro de Alajuela.
“Fue un flechazo”, cuenta Yacxel.
A los ocho años de noviazgo se casaron. Juntos terminaron de estudiar y se acompañaron en sus respectivas carreras. También cuando Yacxel inició su primera empresa.
Ella sentía que tenía la experiencia y la preparación requerida para dar el paso. Cuando inició, supo que no era tan sencillo.
Ahora no tenía vacaciones. El salario no llegaba puntual cada quincena. Tampoco tenía aguinaldo.
Pero ella es perseverante y muy exigente consigo misma. Poco a poco, el negocio prosperó.
Se dio a conocer y los clientes que tenía en ese momento, los clientes nuevos y los proveedores le tomaron confianza. Las puertas se abrieron.
Hubo retos
En las empresas, su labor fue más administrativa. El negocio demanda, empero, mucho de creatividad. Empezó a desarrollarla y las ventas despegaron.
Con su firma, incluso, ha organizado capacitaciones sobre organización de eventos a los que trae expertos internacionales, con el aval de universidades locales.
Es una industria en evolución. En los eventos hay mucho de aspiracional, de estatus y de prestigio. Las personas no quieren más de lo mismo.
“Los eventos sociales son muy importantes para las personas”, dice Yacxel.
“Ya no es como antes, que le encargaban la boda o una actividad a la tía o a la prima. Hoy quieren servicios profesionales. Eso incluye el licor: la gente no quiere que le haga falta en un evento”, agregó.
Yacxel detectó que en las actividades se produce un ciclo de consumo de bebidas: se inicia con poco consumo, aumenta, se llega a un máximo y luego baja.
Otra situación es que, por falta de experiencia o desconocimiento, no saben cómo calcular la cantidad de licor que se consumirá ni tienen en cuenta los gustos de los invitados.
Tampoco consideran las gamas de marcas que deben tener disponibles para invitados o para la mesa principal, de forma que no incurran en gastos excesivos.
A muchas personas les pasa que salen a comprar cuando ven que el licor se está acabando. Pero es justo antes de que inicie el bajón y no lo saben.
Y los lugares que encuentran abiertos no son precisamente los de mejores precios. Al final, se quedan con cajas de bebidas sin consumir y el dinero gastado.
Ojo clínico
Yacxel y José vieron la oportunidad de un negocio que les diera seguridad a las personas mediante una cotización y un contrato del servicio.
Se requería a alguien que estuviera pendiente del consumo, con capacidad para volver a suministrar licor según la demanda y sin que eso implique que los organizadores, o la pareja que se está casando, tenga que preocuparse o salir corriendo a comprar y, al final, a hacer el inventario.
Otra tarea es planificar la cantidad y el tipo de bebidas para el coctel, el brindis, la cena y la fiesta.
“Se requiere alguien que se haga cargo de toda esa logística”, dice Yacxel.
En el momento en que lo pensó se encontraba en el primer piso de la casa. Subió al segundo piso, donde estaba José, y le preguntó si quería ser su socio en un proyecto.
Se lo comentó y lo iniciaron: crearon un sitio web, conversaron con diferentes actores del mercado, visitaron exposiciones y ferias, negociaron con compañías de distribución.
Una madrugada, Yacxel se levantó y encontró a José frente a la computadora.
“Venga para que vea esto”, le dijo José.
Le mostró una hoja de cálculo con una gran cantidad de columnas y filas llenas de cifras, operaciones y resultados. Estaba aplicando lo que había aprendido de datos e inteligencia de negocios. Para él, no es extraño emprender tampoco.
Siempre lo ha considerado. Incluso más de una vez les dio vuelta a varias ideas. Algunas las quiere implementar en el futuro. No están descartadas.
Desde el momento en que Yacxel le planteó su idea, José empezó a buscar información y a procesarla. Revisaron si había una oportunidad.
Exploraron diferentes modelos de ingreso. Vieron lo que se iba a necesitar para que funcionara. Hasta que tomaron la decisión.
“Vamos para adelante”, se dijeron.
Su oferta y servicio
El servicio de Lico Eventos permite elegir los licores favoritos (vinos, cervezas y destilados) y obtener una cotización (basada en un monto por hora, persona o consumo libre).
La entrega al hotel o al sitio donde se realiza el evento también está a cargo de Lico Eventos, así como el manejo del stock adicional en caso necesario.
“Esto se traduce en una inversión acertada y el disfrute del evento, sin preocupaciones por faltantes o sobrantes”, asegura José.
El servicio se ofrece en todo el país. Fuera del área metropolitana se suman costos de transporte.
El mercado para este tipo de servicios incluye a turistas o extranjeros residentes, así como empresas que lo requieren para sus eventos corporativos.
Una ventaja de Yacxel y José es que, como pareja, sus habilidades, conocimientos y competencias son complementarias.
Ella es creativa, está atenta a los diseños, las texturas, los colores.
José procesa la información, la analiza, la estructura y la conceptualiza, determina los tiempos de entrega, el inventario necesario para cada evento.
Yacxel ve a Lico Eventos como un complemento indispensable en el negocio de bodas y eventos.