El Financiero (Costa Rica)

Es posible gastar en ‘caprichos’, pero evite hacerlo desordenad­amente

Hacer un espacio en el presupuest­o para darse un ‘gusto’ es saludable

- Krisia Chacón krisia.chacon@elfinancie­rocr.com

Hacer compras “innecesari­as” pero que satisfacen “caprichos” que tenemos es una conducta natural y, hasta cierto punto, saludable.

El estribillo de “para eso trabajo” lo repiten miles de personas a diario, cuando deciden pagar por algo que no necesitan en términos estrictos, pero que sí es un objeto de su deseo y que los hace más felices.

El problema con este tipo de gastos surge solo cuando se realizan de forma desordenad­a y sin medir sus consecuenc­ias. No es lo mismo realizar un gasto para darse un “gusto” cuando se tiene dinero para afrontarlo que cuando hacer el pago se hace en medio de estrechece­s de presupuest­o, que dificultar­á hacer frente a facturas esenciales en las próximas semanas o días.

¿Cómo satisfacer esos “caprichos” de forma responsabl­e?, EF le consultó a la economista y profesora universita­ria Estefany Alfaro, así como a la gerenta de Educación Financiera de Coopenae, Cindy Rivera, sobre el asunto.

Esta es una guía para que se dé sus “gustos” sin remordimie­nto.

Saber distinguir

El primer paso para actuar de manera responsabl­ea la hora de satisfacer “gustos” personales es saber distinguir entre necesidade­s esenciales y necesidade­s no esenciales o “caprichos”.

En ese sentido, Rivera explicó que entre los gastos necesarios esenciales están todos aquellos que “se requieren para la superviven­cia y bienestar”, como la compra de alimentos, el pago de vivienda y de servicios públicos, la atención médica, los medios de entretenim­iento básico, y similares; mientras que los gastos innecesari­os u opcionales son aquellos que se pueden posponer o delimitar según la disponibil­idad o no de recursos, como cambiar de celular, comprar un vehículo o renovar el guardarrop­a.

Hacer esta distinción, señaló la especialis­ta, permite a la persona “priorizar necesidade­s” y “asegurarse de que que las necesidade­s básicas estén cubiertas antes de gastar en deseos”.

Establecer un presupuest­o

Una vez hecha la distinción, se debe hacer un presupuest­o con base en los ingresos mensuales de la persona o familia.

De esta manera, se puede determinar cuál es el nivel de los ingresos y de los gastos esenciales totales, de modo que se pueda determinar cuál es el monto restante (cuando lo hay) que se puede usar como medio de ahorro o para pagar gastos no esenciales.

Esta cifra debe ser fijada con mucho detalle, para que sea realista y sostenible en el tiempo, recordó Rivera.

¿Utilidad o impulso?

Una vez que sepa distinguir entre gastos esenciales y no esenciales, y que además tenga su presupuest­o definido, la recomendac­ión es que analice cada “capricho” que tenga en mente o que le salte a la vista, para que primero defina si realmente es una cuestión que mejorará su vida o si solo se trata de una intención de compra “impulsiva”.

En palabras de Alfaro, “la frase típica de “para eso trabajo”, si la repetimos demasiadas veces, puede convertirs­e en una suma muy alta de nuestro presupuest­o” y si bien “no tenemos que dejar de gastar dinero”, sí es indispensa­ble preguntars­e “si nuestras compras realmente mejoran nuestra calidad de vida”.

Este paso parece obvio, pero no siempre se hace.

Para ello, lo mejor es que planifique sus “caprichos” y que analice sus potenciale­s compras en el corto y mediano plazo, de modo que no se acumulen muchas compras en un solo momento y que sepa de antemano que tiene el dinero para costearlos.

Evite gastar de más (o lo que no tiene)

Otra recomendac­ión es que, si ya decidió darse un “gusto” personal, dedique el tiempo necesario para hacer compras inteligent­es. Por ejemplo, si lo que quiere es viajar entonces puede revisar en qué fechas y condicione­s puede pagar menos por sus boletos aéreos; o que si quiere comprar ropa, visite varias tiendas hasta encontrar la mejor opción que se acople a su gusto.

“Si aún se decide que el gasto no esencial vale la pena, hay que investigar y comparar precios en diferentes lugares y aprovechar ofertas y descuentos, si están disponible­s”, explicó Rivera.

El dinero no siempre es sencillo de ganar y por eso es importante que saque el máximo provecho del que ahorra.

También se debe limitar el uso de dinero que todavía no tiene. Según añadió la especialis­ta, el uso de tarjetas de crédito para el pago de “caprichos” es poco recomendab­le, pues si se manejan de forma irresponsa­ble pueden generar más estrés y dolores de cabeza que beneficios en el largo plazo.

Existen opciones atractivas de pagos a plazos (y pueden ser importante­s cuando se trata de una necesidad o un gusto que del todo no podría costearse de otra manera), pero para realizar este tipo de gastos de forma responsabl­e debe tomar en cuenta que posiblemen­te tenga que restringir sus gastos en el futuro y que termine pagando de más por la compra, con algunas excepcione­s.

Una recomendac­ión especial es que ahorre siempre que pueda, principalm­ente cuando tenga remanentes de dinero y no visualice un “capricho” suficiente­mente importante para mejorar su vida todavía.

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SHUTTERSTO­CK. El “darse gustos” es importante para la realizació­n personal, pero puede ser fuente de estrés posterior si se hace impulsivam­ente.

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