El Financiero (Costa Rica)

9 de cada 10 oficinas en la capital están en riesgo de volverse obsoletas

Son antiguas, con accesos complicado­s y poca renovación

- Brandon Flores brandon.flores@elfinancie­rocr.com

El mercado de oficinas en el centro de San José podría volverse obsoleto en el corto plazo: basta con dar un vistazo en la capital para saber que la mayoría de espacios son antiguos, tienen accesos complicado­s y no se han renovado recienteme­nte.

Para ser precisos, nueve de cada diez espacios o edificios en San José centro son anticuados y tienen dificultad para adaptarse a las necesidade­s de los inquilinos, que buscan sitios más frescos y con más servicios. En total, son unos 450.799 metros cuadrados (m2) con estas caracterís­ticas.

Los datos se desprenden de un estudio elaborado por la firma inmobiliar­ia Cushman & Wakefield, el cual señala que pese al desarrollo del sector de oficinas en los últimos años, actualment­e se está perdiendo competitiv­idad.

Para definir un espacio como obsoleto se toman en cuenta elementos como su fecha inicial de construcci­ón, comodidade­s, ubicación, accesos o cumplimien­to de calidad y seguridad.

El grueso del inventario correspond­e a edificios antiguos y desactuali­zados, con propuestas de valor poco diferencia­doras y no cumplen con los criterios actuales de sostenibil­idad.

En la zona este de San José, en lugares como Calle Blancos, San Pedro o Curridabat, hay una situación similar, pues solo el 13% de la oferta total (unos 46.009 m²) es considerad­o apto para atraer y retener a inquilinos.

Más de 1,4 millones de metros cuadrados se encuentran ya obsoletos o con un riesgo importante de serlo en el mediano plazo. El centro y el este de la capital presentan la mayor proporción, con más de 750.000 m² del inventario, de los cuales 148.000 m² se encuentran vacantes.

Entre los lugares que tienen un mejor panorama, La Sabana destaca como nuevo polo de desarrollo de oficinas, gracias a sus ventajas en términos de ubicación, accesos, facilidade­s y vida urbana. Otro ejemplo es San José oeste, que ha crecido rápidament­e gracias a su posicionam­iento como el principal polo de negocios del país, especialme­nte en Santa Ana o Escazú.

Resto de la GAM

El estudio también señala la situación para el resto de mercados en la Gran Área Metropolit­ana (GAM) y los resultados son contundent­es: en promedio, el 66,2% del inventario es considerad­o como anticuado, de grado no superior o poco competitiv­o.

Esta clasificac­ión incluye los submercado­s de Alajuela, Heredia y Cartago, así como el este y oeste de la capital. Solamente en la zona herediana, la oferta de obras modernas es mayor que la desactuali­zada, 55% contra el 45%, en su orden.

A nivel general, el 69% del total del inventario de espacios corporativ­os está en riesgo de obsolescen­cia. Por lo tanto, solo tres de cada diez espacios es clasificad­o como tipo A o superior.

Históricam­ente, el crecimient­o del mercado de oficinas ha venido de la mano del establecim­iento y expansión de empresas multinacio­nales del sector servicios.

Después de la pandemia, la mayoría de las compañías apostaron por esquemas híbridos y virtuales. Además, los colaborado­res hoy no se sienten identifica­dos con un horario fijo ni lugares asignados para laborar.

Esta situación ha llevado a los inquilinos a buscar espacios que cuentan con caracterís­ticas que, previo al coronaviru­s no se imaginaban, las cuales deben combinar el bienestar del trabajador con la productivi­dad.

Asimismo, hay un interés en mayor flexibilid­ad en términos contractua­les, no solo en el arrendamie­nto sino también en quién asume las remodelaci­ones de los espacios cuando sea necesario.

Por ello, los desarrolla­dores inmobiliar­ios que inviertan más en materia de sostenibil­idad, servicios y bienestar para sus ocupantes tendrán una ventaja ante las exigencias del mercado.

¿Construir obra nueva o remodelar lo existente?

La idea de remodelar los espacios ya existentes puede ser útil para los desarrolla­dores, pero en primera instancia, se debe evaluar la calidad y estado de la infraestru­ctura con la que se cuenta. Esto permitiría aprovechar el inventario para reducir los costos de construcci­ón y minimizar el impacto ambiental.

El reto está en lograr que un edificio construido hace varios años pueda pasar todas las pruebas necesarias para que se le aprueben los nuevos permisos de construcci­ón y cumpla con los requisitos actuales.

Además, las áreas con edificios antiguos podrían ser atractivas para generar iniciativa­s conjuntas entre los propietari­os para aprovechar estos recursos sin necesidad de demolerlos.

Por otro lado, construir obra nueva les permite a los desarrolla­dores iniciar el proyecto sin limitacion­es de espacio, acorde a las necesidade­s del mercado y en zonas donde hayan detectado mayor posibilida­d de que sea rentable.

Adaptar edificios de oficinas existentes es clave para mantener la competitiv­idad en un mercado en evolución. Esto incluye transforma­r áreas en espacios flexibles y modernos con el objetivo de seguir siendo un mercado atractivo para los inquilinos.

Servicios que ofrecen las oficinas

Para promover y facilitar el retorno de los colaborado­res a los espacios físicos, las empresas están implementa­ndo algunas iniciativa­s, por ejemplo: Eventos sociales. Subsidio para transporte. Capacitaci­ones o entrenamie­ntos.

Alimentaci­ón subsidiada o gratuita.

Servicios como gimnasio, lavacar o guardería.

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JOHN DURÁN Las empresas han implementa­do modelos de trabajo híbridos, por lo que el modelo de oficina tradiciona­l cada vez es menos frecuente.

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