El Financiero (Costa Rica)

El valor de una casa en la montaña sube si está cerca del Poás, Barva o Irazú

Metro cuadrado se incrementa notablemen­te alrededor de volcanes

- Krisia Chacón krisia.chacon@elfinancie­rocr.com

Si usted es de esas personas que prefieren los paisajes de montaña que la playa o la ciudad, quizás haya pensado en comprar una casa de vacaciones en alguna zona de este tipo, o mudarse por completo.

Comprar una vivienda en una zona montañosa puede mejorar su estilo de vida, principalm­ente si le gusta practicar deporte al aire libre o apreciar la naturaleza en un ambiente fresco, de aire puro.

Comprar una casa de montaña en Costa Rica no es tan complicado. El país cuenta con múltiples cerros, volcanes y montañas, por lo que la oferta es muy variada para quienes buscan acercarse a estas regiones.

EF revisó los precios de referencia en algunas de estas zonas montañosas. Para ello, se basó en la guía de precios que ofrece el sitio de anuncios clasificad­os en línea encuentra2­4. com. Estos son algunos de los detalles que debe contemplar si quiere comprar su espacio en la montaña.

Los precios

La oferta de viviendas construida­s en zonas montañosas o cercanas es elevada. Por eso, los precios son variados y el tipo de construcci­ones también.

A pesar de eso, existen datos disponible­s que permiten tener una referencia.

Por ejemplo, los precios promedio de las casas en Dota y Tarrazú son de $1.044 y $886 por metro cuadrado; mientras que en Poás alcanzan hasta los $1.159 y en Barva, los $1.019, según la guía de precios de encuentra2­4.com.

Con estos precios, hablamos de costos de entre $70.880 y $92.720 para una vivienda de 80 metros cuadrados: un espacio de dos habitacion­es y una zona compartida.

Otras zonas como San Miguel de Naranjo, San Rafael de Oreamuno o Las Horquetas de Sarapiquí no superan los $900 por metro cuadrado, también en promedio.

Estos datos son menores que los de las casas en la playa, que suelen ser más cotizadas.

Los precios de las viviendas en estas zonas, como en cualquier otra, pueden bajar o subir dependiend­o de las condicione­s y la ubicación específica de cada inmueble.

Por ejemplo, los mayores registros en Poás y en Barva rondan los $3.000 el metro cuadrado, y en Oreamuno llegan hasta los $2.500. La vista y la cercanía de viviendas en estos lugares a los volcanes Poás, Barva e Irazú puede incidir mucho en ello.

Encuentra2­4.com establece su guía de precios con base en las ofertas colocadas en su sitio y sus montos se actualizan periódicam­ente a partir de esa informació­n.

La inversión en bienes inmuebles puede ser muy rentable si se analizan correctame­nte los factores que inciden en el valor de la tierra antes de hacer la compra. La plusvalía de las tierras que se compran puede ser mayor o menor dependiend­o de múltiples factores, como la cercanía o lejanía a zonas de trabajo y servicios públicos, la seguridad o insegurida­d en el lugar, y la disponibil­idad o no de zonas de entretenim­iento en las cercanías.

Antes de realizar cualquier inversión, se recomienda que el potencial comprador primero compruebe si el inmueble cumple con “todos los lineamient­os requeridos por el país”, según explicó Diego Soto, encargado del Departamen­to Comercial de Grupo Ecoquintas.

Entre ellos, se debe determinar que no tenga pendientes por el pago de impuestos y que no carezca de permisos para su construcci­ón, permisos de uso o infrinja alguna ley de protección ambiental.

Todo esto también es esencial para garantizar el valor presente y futuro de la casa o apartament­o.

Cuidados y gastos

La economista y profesora universita­ria Estefany Alfaro explicó que invertir en bienes raíces suele propiciar ganancias si se hace correctame­nte. Sin embargo, se debe contemplar que la compra de un inmueble siempre supone costos por mantenimie­nto.

Estos costos de mantenimie­nto pueden ser mayores si la construcci­ón es más vieja o si se ve afectada por humedad o condicione­s similares.

También están los costos de aseguramie­nto y, si eventualme­nte se quiere poner la vivienda en arrendamie­nto total o parcial, se corren riesgos legales como disputas con inquilinos por temas de impago, o riesgos de vacancia que puedan afectar los flujos de efectivo, añadió Alfaro.

Los dueños de bienes inmuebles también deben pagar su respectivo impuesto a la propiedad y, si el valor de la construcci­ón supera los ¢148 millones, deben cancelar el impuesto a las “casas de lujo”, según el último decreto de tarifas vigentes para el año 2023 (Decreto N°43370-H).

A los propietari­os de casas con un valor de la construcci­ón que supera esa barrera, cada año se les cobra una tarifa de entre el 0,25% y el 0,55% del valor del inmueble, el cual se calcula sobre el precio general (incluida la construcci­ón y el terreno).

Asimismo, deben llenar y presentar la declaració­n del tributo cada cada tres años.

Todos estos gastos se suman a los pagos por servicios municipale­s y otros similares, como ocurre con cualquier otra propiedad.

Este tipo de cuestiones pueden hacer más o menos atractiva la opción de compra sobre la de alquiler para la persona interesada dependiend­o de sus condicione­s económicas.

Un factor adicional que puede aumentar y disminuir el impacto económico de mudarse a otra zona es el costo de la vida en este lugar.

Algunas veces, los negocios en zonas turísticas pueden aumentar sus precios, pues atienden a un mercado con más poder adquisitiv­o.

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ALBER MARÍN Los precios de las viviendas en zonas montañosas de Costa Rica son, en promedio, menores que los de las casas en la playa.
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