¡Salud en Navidad y Año Nuevo!
Muchas son las actividades y eventos en las fiestas de fin de año y también muchos los sentimientos que emergen en las personas por todas las vivencias que se tienen en estos días.
Algunas personas dicen que son fechas llenas de alegría, mientras que para otros, es un tiempo de mucha añoranza.
Lo que sí es cierto es que es un momento ideal para poner en perspectiva lo que hemos hecho de nosotros, junto con las costumbres y conductas que hemos desarrollado. Las metas logradas y aquellas aún no alcanzadas; las experiencias adquiridas y lo que nos han dejado; es decir, sacar un tiempo para la introspección y la reflexión personal.
Esto es fundamental, porque es hacer un alto en el camino en medio de múltiples actividades que podrían impedirnos sacar un espacio para ser conscientes de nosotros mismos.
Es de gran relevancia tomar conciencia de que en Navidad y fin de año podemos cuidar de nuestra salud integral; mental, física, social y espiritual, desarrollando hábitos saludables que no solo nos ayudarán a sentirnos mejor, sino a disfrutar realmente de estas fiestas.
¿Y qué son hábitos saludables? Son todas las acciones oportunas para nuestra salud, que desarrollamos con frecuencia y que tenemos incorporadas de una manera más sistematizada en nuestro repertorio de comportamientos. Los hábitos están determinados por nuestros pensamientos y elecciones cotidianas, llegan a impactar nuestro estilo de vida y, por ende, nuestra vida entera.
Debemos preguntarnos: ¿cuáles son mis hábitos comunes en estas fiestas?, ¿suelo disfrutar sanamente?, ¿tomo bebidas alcohólicas con medida o me excedo?, ¿ingiero dulces con decoro o como todos los que pueda?, ¿ahorro parte de mis ingresos o gasto todo lo que tengo adquiriendo regalos materiales propios o para otras personas?, ¿vivo con paz y armonía en estas fiestas, o me dejo llevar por el estrés que respiro en las calles?, ¿me planifico para organizar mis compromisos con tiempo o dejo todo para última hora?, ¿realizo actividades recreativas al aire libre en los días de vacaciones o me quedo conectado(a) a los dispositivos electrónicos?, ¿disfruto y conecto con mis seres amados o me encierro para no compartir?, ¿me comparo constantemente con lo que hacen y tienen otras personas o agradezco por quien soy y lo que tengo?
Estas son algunas de las preguntas que podemos hacernos para reflexionar en estas fechas. En caso de identificar en las respuestas algunos hábitos no saludables, es imprescindible incorporar cambios. A continuación,
Pregúntese: ¿cuáles son mis hábitos comunes en estas fiestas?, ¿las vivo con paz y armonía o me dejo llevar por el estrés que hay en las calles?, ¿realizo actividades recreativas al aire libre en vacaciones o paso conectado(a) a los dispositivos electrónicos?, ¿disfruto y conecto con mis seres amados o me encierro para no compartir?
algunas recomendaciones:
1
Enfóquese en todas las actividades que le nutran: este es un tiempo de muchos eventos pero es importante priorizar aquellas actividades que son de mayor relevancia. ¿A qué desea dedicar tiempo? Conecte con las personas y cosas más significativas.
2
Una palabra clave es “equilibrio”, búsquelo en sus compromisos y acciones: Navidad y fin de año es una época de muchas comidas y bebidas, y es natural querer disfrutar de los banquetes, pero el cuerpo agradecerá el no caer en excesos. Además, el consumo de bebidas alcohólicas de forma desproporcionada puede llevar incluso a situaciones de violencia intrafamiliar y a promover accidentes en las vías.
3
Anticípese al estrés navideño: la época navideña es la preferida de muchas personas por las decoraciones y celebraciones, también suele incrementarse el estrés por compromisos familiares, económicos y sociales. Es posible que perciba mayor estrés en las personas que manejan en las carreteras. Anticípese a esto, sepa qué va a suceder, pero no se deje llevar por ese ambiente estresante.* 4
Cultive su paz interior: no se trata de sobrecargarse de actividades y compromisos, sino, sobre todo, de alimentar la paz y la armonía interior. Busque momentos de silencio en medio del bullicio externo, y espacios para meditar en el verdadero sentido de la Navidad y en el año que está por concluir. 5
Priorice los regalos emocionales sobre los materiales: es hermoso querer mostrar a los seres queridos cuánto los amamos; sin embargo, no es necesario endeudarse o caer en “despilfarros” comprando cosas que estén fuera de nuestro presupuesto. Las muestras de afecto pueden centrarse en detalles sencillos. Sea ordenado con la administración de las finanzas.
6
Regálese tiempo para descanso y recreación: programe tiempo para hacer cosas tranquilas y relajantes; no es necesario tener un gran presupuesto para esto. Valore el simple hecho de salir a caminar al aire libre, conversar con un amigo, ver su película favorita o dormir.
7
Recuerde vivir con gratitud, cerrar el 2023 con agradecimiento y abrir así el 2024: repase todo lo vivido en este año: las experiencias y aprendizajes adquiridos, las cosas que se tienen, por más comunes que nos parezcan. Inicie con agradecimiento y con afirmaciones positivas el 2024.
¡Salud por una feliz Navidad y un próspero 2024!
* La autora es psicóloga, ‘coach’ y consultora