50.000 extranjeros se han naturalizado costarricenses durante la última década
Provienen de 116 países y territorios, como EE. UU., Sudán o Mongolia
Pol cambió su Cataluña natal por Costa Rica hace cinco años y tres meses, por motivos laborales. Desde entonces ha desarrollado una relación con el país que quiere terminar de sellar con su naturalización como costarricense.
A Pol, quien prefirió reservar su apellido, le motiva tener 116 países y territorios, algunos de ellos tan familiares como los centroamericanos o Estados Unidos, y otros de países más distantes como Nueva Zelanda, Sudán o Mongolia.
El número de personas naturalizadas por año ha variado. Entre el 2013 y el 2015 no superó las 4.000 anuales, pero la cifra creció considerablemente en el 2016 y por cuatro años se mantuvo por encima de las 5.500.
La cantidad cayó en el 2020 y el 2021, probablemente como consecuencia de la pandemia, y volvió a superar las 5.000 en el 2022 y en el 2023, con datos hasta octubre, según el TSE.
No obstante, 10 nacionalidades agrupan poco más del 90% de las naturalizaciones en esos 10 años. La primera son los nicaragüenses, con 30.000 personas naturalizadas.
Los colombianos, con más de 5.000, son segundos, seguidos de los venezolanos, con cerca de 2.600. Salvadoreños, panameños y estadounidenses también superan las 1.000 nacionalizaciones cada una de esas nacionalidades.
La lista se completa con dominicanos, cubanos, hondureños y peruanos.
Existen 23 países de los que solo una persona se ha nacionalizado costarricense en la última década. Entre esos están Surinam, Indonesia, Islas Caimán, Kazajistán, Somalia,
Luxemburgo o San Vicente y las Granadinas.
También se han entregado menos de 10 cédulas a ciudadanos naturalizados de países como Marruecos, Pakistán, Letonia, Guyana, Cabo Verde, Túnez, Finlandia o Sri Lanka.
Además, otras 123 naturalizaciones corresponden a personas apátridas, es decir, que no tienen una nacionalidad oficial. Esto ha sucedido, por ejemplo, con algunos indígenas ngöbe buglé que han vivido históricamente entre los territorios que hoy corresponden a Costa Rica y Panamá. La nacionalidad les facilita el acceso a servicios públicos y la atención de instituciones de las que por décadas fueron privados al no contar con la ciudadanía.
¿Cómo es el proceso?
El proceso de naturalización está a cargo del TSE, a través del Registro Civil. Existen varias leyes en las que se respalda esta oportunidad, como la 1.902 y principalmente la Ley de Opciones y Naturalizaciones (1.155), que data del año 1950.
En total existen ocho maneras en las que un extranjero puede naturalizarse, y puede escoger la que mejor se acople a su realidad. Sin embargo, cuatro procedimientos agrupan a la mayoría de solicitudes.
Estas cuatro vías son: el matrimonio con una persona costarricense por al menos dos años, la residencia permanente por al menos cinco años, la residencia permanente por al menos 20 años y la trascendencia, que significa la obtención de la nacionalidad para menores de edad cuando alguno de sus padres se haya naturalizado.
Sea cual sea el mecanismo elegido, el extranjero que opta por la naturalización debe aportar varios documentos como la copia de su comprobante de identidad, antecedentes penales, alguna constancia de que recibe un sustento económico, entre otros.
El examen de ciudadanía, que evalúa aspectos de estudios sociales y datos de Costa Rica, no es requisito obligatorio en todos los casos. Por ejemplo, aquellos que se naturalizan vía matrimonio con un costarricense están eximidos de esa prueba.
Nicolás Prado, secretario general del Registro Civil, explicó además que en casos de matrimonios la entidad hace indagaciones para verificar que el nexo es legítimo y real, y no por conveniencia. En caso de que se detecte esto último, el proceso del extranjero se detiene.
La duración general del proceso de naturalización está establecida en 10 meses, aunque el tiempo final depende de cada caso particular.
La naturalización es un trámite gratuito y está abierta para cualquier persona extranjera, sin discriminación. El único impedimento es cuando se detectan antecedentes penales o el involucramiento con actividades ilícitas.